El crédito destinado a consumo concedido por las entidades financieras prácticamente se ha duplicado entre los meses de marzo y mayo. En concreto, ha crecido un 96% de acuerdo con los últimos datos recogidos por el Banco de España. La llegada del buen tiempo, el final de la denominada cuarta ola y la paulatina relajación de las restricciones en la práctica totalidad de las comunidades autónomas han hecho explotar una demanda contenida desde hace más de un año, que ha tenido su primer reflejo en este tipo de financiación bancaria, destinada a satisfacer la demanda de automóviles, ordenadores, televisores de alta gama, viajes y vacaciones…
La sustancial mejoría del número de contagiados por la pandemia desde finales del pasado mes de febrero, amenazada en los últimos días, no ha tenido aún su traslación a las principales cifras macroeconómicas del país, que se conocen con carácter trimestral. El gasto en consumo final de los hogares seguía en terreno negativo (-2,8%) al finalizar el primer trimestre del año. Pero se comparaba con el mismo periodo de 2020 que se vio fuertemente afectado por el parón de la economía a partir del 14 de marzo, fecha en la que se decretó el estado de alarma. Los datos del segundo trimestre reflejarán todo lo contrario, al compararse trimestres opuestos tanto en lo social como en lo económico.
Las cifras de paro registrado han sido ya un indicador de que algo está empezando a cambiar a medida que aumenta la población vacunada. Entre marzo y junio, han abandonado el paro cerca de 395.000 personas y el número de personas ocupadas ha crecido en otras 650.000. Son cifras que necesariamente tendrán su continuidad en los distintos componentes del Producto Interior Bruto, cuyo primer avance se dará a conocer por el INE a finales de este mes.
Los créditos al consumo han sido los más afectados desde la declaración de pandemia puesto que su destino final puede ser aplazado cuando las condiciones económicas familiares varían sustancialmente.
Durante los últimos cinco años, entre 2015 y 2019 no han parado de crecer. En 2015, las entidades bancarias concedieron 19.747 millones de euros en nuevas operaciones. Al año siguiente se alcanzaron los 25.356 millones; en 2017, 29.389 millones; en 2018, 34.387 millones y en 2019, 36.237 millones. Ahí terminó una escalada que generó bastante inquietud en el Banco de España, toda vez que este tipo de préstamos, a plazos generalmente de entre uno y cinco años, no exigen las mismas garantías de los prestatarios que los destinados a la compra de una vivienda.
Destino de los créditos al consumo
Entre marzo y mayo, los bancos han concedido un total de 7.356 millones de euros en préstamos destinados a financiar el consumo de las familias. Son casi el doble que los firmados en el mismo periodo de 2020 (3.755 millones de euros). El fuerte tirón de estos tres meses no ha podido evitar que, en los que va transcurrido de año, el montante total sea inferior en un 4,3% al concedido en los cinco primeros meses del año.
La diferencia radica en que en los meses de enero y febrero de 2020 la economía española, como el resto de las economías desarrolladas, no sospechaba que el nuevo virus acabaría convirtiéndose en una pandemia de consecuencias económicas catastróficas. El pasado mes de enero coincidió con la cresta de la cuarta ola. Por eso, en los dos primeros meses de este año se ha concedido un volumen de 3.930 millones de euros, un 34% inferior al de los dos primeros meses del pasado año.
La suspensión del estado de alarma, del toque de queda, la vuelta a la normalidad de los horarios y el final del invierno han hecho explotar un consumo embalsado a lo largo de los últimos quince meses
La suspensión del estado de alarma, del toque de queda, la vuelta a la normalidad de los horarios y el final del invierno han hecho explotar un consumo embalsado a lo largo de los últimos quince meses. En marzo se firmaron nuevos créditos al consumo por valor de 2.523 millones de euros, un 37,6% más que en el mismo mes de 2020. En abril, el crecimiento fue del 130,8% y en mayo, del 93,75%. Todo hace indicar que el inicio de las vacaciones, las ganas contenidas de viajar y la llegada del periodo de rebajas en buena parte del comercio acaben por disparar las cifras de consumo. En algo han podido contribuir los tipos de interés que se mantienen en el entorno del 7,6%, algo por debajo del cobrado durante el pasado año.
La crisis financiera que siguió a la quiebra de Lehman Brothers hizo que el saldo vivo de los créditos al consumo (lo que las familias españolas deben a las entidades financieras) cayera desde los 212.000 millones de euros en 2010 a los 162.000 en 2015. Desde entonces ha ido creciendo, aunque a un ritmo más moderado, hasta situarse a cierre del pasado ejercicio en algo más de 181.000 millones de euros.