La financiación participativa capta adeptos en España. De 2016 a 2017 se registró un incremento del 38,92% en la cifra de recaudación a través de plataformas de crowdfunding. Es decir, de 73,1 millones a 101,6 millones, según el último informe anual publicado por Universo Crowdfunding, la Universidad Complutense de Madrid, Crowdants y Coavanza. El sector gana terreno tras tres años de su regulación y promete seguir creciendo con el amparo de Bruselas.
El informe toma en consideración las operaciones realizadas en el mercado autorizado por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). De haber incluido los movimientos del mercado secundario, los autores sugieren que la recaudación total en 2017 podría haber alcanzado los 300 millones de euros. “Pero al no poder comprobar y validar las cifras de recaudación ni el número de plataformas que realmente operan hemos decidido no incluirlas”, detalla.
En términos de recaudación las que más euros suman son las plataformas de préstamos que han conseguido levantar 35,9 millones, un 68,6% del total levantado en 2017, frente a los 23,1 millones del crowdfunding de inversión y el 23,1 del crowfunding inmobiliario.
Aunque ha sido el sector que menos ha recaudado (7,8 millones), el crowdfunding de donación es el que mayor crecimiento ha registrado en el último período, específicamente del 86,93% con respecto a 2016. Le siguen las plataformas de préstamos, con un crecimiento del 68,86%; las de inversión, con un aumento del 44,26%; y las destinadas al sector inmobiliario, que suben un 20,79%. El único tipo de crowdfunding que cae es, precisamente, el precursor en el mercado español: el de recompensa.
Las startups de 'éxito'
Con el auge de la financiación participativa surgió también el fantasma del fraude. Este último informe subraya varias casos de éxito en el sector: las primeras desinversiones (exits) rentables en startups financiadas con crowdfunding.
El año pasado Utopic_us, startup especializada en espacios de coworking financiada a través de la plataforma Bolsa Social, ha sido adquirida por otra empresa. “Los inversores han recuperado 1,8 veces lo invertido en 20 meses”, apunta el informe.
Asimismo, la plataforma The Crowd Angel anunció un exit parcial de los inversores de Glovo. La startup catalana de reparto cerró una ronda de inversión de 30 millones de euros y se convirtió en el primer exit de inversión con equity crowdfunding en el país. Capitall Cell, por su parte, dio a conocer la desinversión de la startup de biotecnología ZeClinics.
Los autores del informe aplauden el crecimiento del sector y aseguran que los datos de 2017 “sugieren una diversificación, profesionalización y consolidación creciente de la financiación participativa en España, con buenas y sólidas perspectivas futuras, no exentas de ciertos elementos de incertidumbre”.
¿Pasaporte europeo?
Este año, la Comisión Europea ha propuesto la creación de un pasaporte europeo para que las plataformas de crowdfunding puedan ofrecer sus servicios en toda la Unión Europea siguiendo un reglamento único, en lugar de regularse por 28 regímenes diferentes.
Bruselas aplaude las 'bondades' de este tipo de plataformas: "La microfinanciación colectiva mejora el acceso a la financiación, en especial para las empresas de nueva creación y otras pequeñas empresas". Pero reconoce que uno de los "mayores obstáculos" en la Unión Europea es la "falta de normas comunes".
En el caso español hace tres años que se aprobó la regulación. Desde entonces, la Ley de fomento de la financiación empresarial distingue tres tipos de modelos de crowdfunding: el de recompensa o donación (que no está regulado), el crowdlending (o préstamo P2P préstamos de particulares a proyectos empresariales a través de una plataforma online) y el de equity crowdfunding. Estos dos últimos sí están sujetos a la ley y se han popularizado en el ecosistema startup gracias a plataformas especializadas.
En el caso del crowlending, el emprendedor recurre a pequeños inversores para que le presten dinero sin trasvase alguno de acciones; en el del equity crowfunding, la startup acude a inversores que sí reciben a cambio una participación accionarial en relación al dinero aportado.
La CNMV ya registra 26 plataformas de financiación participativa. La legislación las obliga a disponer de responsabilidad civil profesional, un aval o cualquier otro tipo de garantía para hacer frente a cualquier negligencia; la cobertura mínima tiene que ser de 300.000 euros por reclamación de daños, así como 400.000 euros anuales para todas las reclamaciones.