Abengoa prevé desinversiones por 285 millones este año y 136 millones el próximo en su plan de reestructuración -421 millones en total-, ha explicado la compañía en una conferencia con analistas para presentar su plan de reestructuración.
El consejero delegado del grupo, Joaquín Fernández de Piérola, ha destacado que ya se han realizado desinversiones en la planta de agua de San Antonio (SAWS), la termosolar israelí Ashalim o su filial de telecomunicaciones Abentel, al tiempo que están avanzadas las ventas del negocio de bioenergía en Estados Unidos y Europa, la planta solar mexicana A4T o los activos de transmisión eléctrica en Brasil, entre otros.
De este plan de desinversiones no estratégicas están excluidas la planta solar mexicana AT3 y la participación en la filial cotizada en los Estados Unidos Atlantica Yield, cuyas ventas se dedicarán exclusivamente a devolver los préstamos recibidos en concepto de "nuevo dinero". Este "nuevo dinero" es la piedra angular del plan y supondrá la inyección de 1.170 millones de euros -a través de aportaciones y refinanciación de créditos existentes- por parte de un grupo de fondos.
La ingeniería sevillana ha ofrecido este martes a todos sus acreedores la posibilidad de participar en esta inyección de recursos. Los inversores que aporten los dos primeros tramos -los más cuantiosos- de este dinero, recibirán un interés del 14 %, articulado en un 5 % en efectivo y un 9 % bajo la modalidad de "payment in kind", es decir, en acciones, que sumarán un 45 % del futuro capital. Otro 5 % será para quienes aporten el tercer tramo.
Abengoa espera empezar a generar caja positiva en 2018 y reducir la deuda sujeta al plan de refinanciación hasta 2.253 M., desde los 7.511 actuales
En cuanto a los acreedores, el plan prevé el aplazamiento de 688 millones y quitas por otros 300 millones. Fernández de Piérola ha recordado que la versión actualizada del plan establece menores necesidades de capital tras la ejecución de desinversiones, la hibernación de proyectos y la pérdida de parte de la cartera, debido al propio proceso de reestructuración, así como la puesta en marcha de diversas medidas de ahorro.
Con estas medidas, Abengoa espera empezar a generar caja positiva en 2018 y reducir la deuda sujeta al plan de refinanciación hasta 2.253 millones de euros, desde los 7.511 millones actuales. El plan del grupo también prevé poner en marcha una nueva política de gobierno corporativo que separará los cargos de presidente y consejero delegado y que establecerá que todos los consejeros sean independientes, con la excepción del presidente.
El presidente de la compañía, Antonio Fornieles, se ha mostrado convencido de que este plan servirá para crear una Abengoa más sólida, por lo que ha pedido el apoyo de los acreedores, algo que también han hecho durante sus intervenciones los asesores de la banca, KPMG, y los bonistas, Houlihan Lockey.
Abengoa y sus acreedores alcanzaron un acuerdo la pasada semana para la reestructuración del grupo, que se encuentra en preconcurso de acreedores desde noviembre del pasado año. Este acuerdo necesita ahora el aval de los dueños del 75 % de la deuda y de la junta de accionistas antes de solicitar su homologación judicial, un proceso que la compañía espera completar antes de finales de septiembre.