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Santander Consumer retrasa por tercera vez la presentación de sus cuentas en USA

La filial estadounidense de crédito al consumo remite un nuevo escrito a la SEC para reconocer que se volverá a retrasar un máximo de seis meses en la publicación de sus resultados, todavía en discusión con sus auditores.

  • Sede de Banco Santander en Boadilla del Monte (Madrid).

Los problemas no cesan en la filial estadounidense del banco presidido por Ana Botín. Santander Consumer USA (Scusa) remitió el pasado lunes un escrito al regulador de los mercados en Estados Unidos (la SEC) en el que vuelve a reconocer un nuevo retraso en la publicación de sus cuentas correspondientes al segundo trimestre del año más allá del 15 de agosto de 2016, fecha límite fijada la pasada semana. Este documento se suma a los escritos ya publicados el pasado 25 de julio, cuando se conocieron los problemas de la financiera con sus auditores, y el pasado 9 de agosto, en lo que es el tercer retraso reconocido por la entidad.

Aunque en esta ocasión la financiera del Grupo Santander en Estados Unidos opta por no definir la nueva fecha en la que espera dar a conocer sus cuentas correspondientes al primer semestre (la pasada semana se dieron un plazo de cinco días hábiles) desde Scusa insisten sin embargo en que presentarán resultados de acuerdo a la normativa de la SEC "lo antes posible". El banco lleva meses en discusiones con su actual (PwC) y antiguo auditor (Deloitte) con el fin de presentar unas cuentas que reflejen la situación de la entidad, si bien hasta el momento no se han visto capaces de alcanzar un acuerdo.

La entidad prevé en su escrito que la revisión llevada a cabo con los auditores impacte en las cuentas de periodos anteriores

En su escrito, Scusa recuerda que "la compañía está en un proceso de preparación previa del envío [de las cuentas] con la Oficina del Jefe de Contabilidad de la SEC, en relación con el tratamiento contable para consideración del descuento neto en la estimación de la ayuda por pérdidas en los créditos. La resolución en éste y otros asuntos contables (...) está previsto que impacte en las cuentas financieras de periodos anteriores", según señala la filial estadounidense en su escrito.

Sin impacto material en el negocio

Los problemas de Scusa con sus auditores y con las autoridades regulatorias no tendrá un impacto material en el banco. Así lo aseguran al menos desde la propia entidad, que incide en que ha "revisado todas sus relaciones críticas y no prevé una interrupción material o un cambio en su negocio habitual relacionado con las cuentas retrasadas". A este respecto, desde Santander Consumer USA insisten en que los asuntos contables pendientes están relacionados únicamente con aspectos no monetarios de sus balances. De hecho, sostienen que si el actual proceso de preparación previa que se mantiene con la SEC es consistente con las cuentas propuestas por la compañía, esperan publicar las cuentas "inmediatamente".

Esta posible inmediatez, sin embargo, no hace que la compañía se pille los dedos de nuevo con fechas. Así, tal y como especifica en su escrito remitido a las autoridades estadounidenses, Scusa ha informado a la Bolsa de Nueva York (NYSE) de que no podrá cumplir con los requisitos te información financiera periódica y de que dispone de un plazo de seis meses a contar desde el lunes 15 de agosto para publicar unos resultados semestrales de acuerdo con la normativa contable. En el hipotético caso de que para entonces tampoco pudieran presentarse las cuentas, la NYSE podría, discrecionalmente, dar otros seis meses al banco para ponerse al día, "dependiendo de las circunstancias específicas".

Según José Antonio Álvarez, CEO del Grupo Santander "la cifra en cuestión es en principio poco material. La discrepancia radica en si el reflejo en las cuentas va por devengo o va por upfront"

Hace unas semanas, durante la presentación de resultados del Grupo Santander correspondientes al segundo trimestre del año, su consejero delegado, José Antonio Álvarez, dio más detalles respecto a las "discusiones entre sus actuales y anteriores auditores", en lo que supone un nuevo contratiempo en un país en el que se le acumulan los tropiezos al principal banco español. Tal y como señaló, existen discrepancias entre PwC y Deloitte "relacionadas con cómo se contabilizan las comisiones de los concesionarios cuando financiamos los préstamos subprime. Hay una discusión ahí. Por eso hicimos ese comunicado, para potencialmente retrasar los resultados, si bien no esperamos un efecto material en el grupo", explicó Álvarez, quien trató de quitar hierro a los posibles efectos adversos en las cuentas del banco (efectos que podrían afectar también a ejercicios contables anteriores).

Santander asegura que su problema con las cuentas de Scusa no tendrá "impacto material en resultados, dado que la cifra en cuestión "es en principio poco material. La discrepancia radica en si el reflejo en las cuentas va por devengo o va por upfront", explicó Álvarez. ¿Por qué ahora? "Porque hemos cambiado de auditor ahora", recalcó. Es decir, que las discusiones con el auditor se localizarían en las carteras de crédito subprime vinculado a la compra de vehículos, aquellas que aglutinan los préstamos más arriesgados, concedidos a los clientes con menores probabilidades de devolver el dinero tomado. Precisamente por su condición de subprime, este tipo de créditos permiten obtener unos mayores ingresos vía intereses, ya que los mismos se fijan en función del riesgo.

¿Qué volumen de subprime para la compra de vehículos hay a día de hoy en Scusa? La entidad no facilita cifras concretas y desglosadas de sus créditos de alto riesgo, si bien en las últimas cuentas publicadas por la financiera de Santander en Estados Unidos, del primer trimestre del año, sí que dan algunos datos. Del total de créditos nuevos concedidos para la adquisición de un vehículo (unos 6.782 millones de euros) por Scusa entre enero y marzo de 2016, unos 1.242 millones consistían en préstamos subprime, cuyo índice FICO estaba por debajo de 640, el valor considerado por el mercado como mínimo para ser un acreedor seguro. Es decir, que cerca de una quinta parte de los nuevos préstamos para la compra de coches originados por la financiera entrarían dentro de esta clasificación más arriesgada. Este porcentaje fue más alto en ejercicios anteriores, toda vez que el banco lleva algunos años tratando de mejorar el mix de su cartera crediticia para que tenga más calidad. Actualmente la financiera controla unos 37.900 millones de dólares de activos en su balance, según una reciente presentación para inversores. De estos, una parte relevante del negocio son los créditos para la compra o adquisición de un vehículo. 

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