El número de hogares que accede a Internet a través de fibra óptica es ya de 5,7 millones, frente a los 5,5 millones que lo hacían a través de ADSL, o conocido tradicionalmente como par de cobre, señal que se dividía en tres -voz, datos de subida y datos de bajada- al llegar a casa gracias a la tecnología ADSL.
Son los últimos datos publicados por la CNMC (Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia), organismo desde el que señalan que "el sorpasso se ha producido en julio pero se veía venir ya desde hace mucho tiempo".
Telefónica, el mayor operador del país, mantiene desde hace unos años, como el resto de las compañías del ramo, una fuerte apuesta por la fibra óptica para llevar servicios de telecomunicaciones a los hogares, toda vez que es una tecnología que aporta mucho más ancho de banda, capacidad imprescindible para ofrecer televisión a calidad 4K, videojuegos en streaming y muchos más servicios que requieren de una conectividad estable y veloz.
En 2013 el ADSL vivió su momento álgido, con 9,3 millones de hogares utilizando este tipo de tecnología. Desde ese momento y hasta ahora ha vivido cuesta abajo, pero el desnivel se ha acentuado especialmente en el último periodo. En 2014 descendió hasta los 9,2 millones de hogares, en 2015 hasta los 8,2 millones de hogares, hasta los 6,7 millones en 2016 y hasta los 5,5 millones el pasado mes de julio.
Datos que contrastan con lo que ha sucedido con la fibra. En 2012 apenas había 250.000 hogares con esta tecnología. El millón se alcanzó dos años después, en 2014. En 2015 se llegó a los 2,3 millones, en 2016 a los 4,1 millones y en julio se alcanzó el techo de los 5,7 millones.
Del total de líneas de fibra óptica de España, más de la mitad, unos 3,2 millones, son de Telefónica. El resto de los operadores posee aproximadamente 2,5 millones de líneas
Del total de líneas de fibra de España, más de la mitad, unos 3,2 millones, son de Telefónica. El resto de los operadores posee aproximadamente 2,5 millones de líneas.
El apagón del par de cobre
Telefónica ya ha comenzado a apagar las centrales en las que se gestiona el acceso a Internet de los hogares a través de par de cobre. Una tecnología que está ineludiblemente condenada a desaparecer o quedar en uso residual por el avance de la fibra óptica y la evolución de los nuevos servicios de telecomunicaciones.
Hasta la fecha ha apagado 30 estaciones de un total de 6.000. Aunque es un número poco representativo, la cifra se irá ampliando paulatinamente, tal y como el operador tiene fijado en sus planes de cierre. En 2017 casi medio centenar se habrán apagado y en 2022 serán casi 300 las que dejarán de funcionar.
La lentitud de este apagado se debe a que en muchas de estas estaciones Telefónica da servicio, pero también lo hacen otros operadores. Para ejecutar el cierre de estas infraestructuras la legislación establece un periodo de cinco años de carencia tras el aviso al operador con el que se comparte esta infraestructura.