El conglomerado de unos 20 fondos de inversión (Blue Crest, Centerbridge, Kinght Head…) liderado por Eduardo Serra se ha retirado de la puja por la compañía pesquera, pese a que Santander les había abierto un rayo de esperanza.
Este consorcio tenía previsto entregar su oferta en el último momento, sin pasar por el consejo de administración celebrado el viernes, que aprobó la propuesta de los bancos y Damm. Para ello, pensaba entregar al juez concursal el lunes una oferta con el apoyo del 20% de los acreedores, cifra mínima para que el magistrado la aceptara.
Sin embargo, posteriormente sería preciso tener un quorum de, al menos, el 51%, para haber podido sacarla adelante. Y es ahí donde Botín, consciente o inconscientemente, parecía erigirse en árbitro, ya que Santander vendió su deuda en Pescanova de manera unilateral hace unos días, tal como adelantó Vozpópuli.
Con esa venta, el pool bancario quedaba con un 45%-46% de la deuda bajo control. Si los fondos eran capaces de recomprar todo lo que restaba, podrían hacerse con una posición de control.
Esa posibilidad ha tenido preocupados a los bancos, ya que, pese a la enorme dificultad, si el grupo liderado por Serra lograba desplazarles, se habrían visto en una situación de subordinación, al imponer los fondos más quita de deuda y, sobre todo, anteponer la retribución al capital antes que a los acreedores.
Habían vendido más
En los últimos tiempos, además de Santander, otras firmas internacionales como Rabobank o BNP Paribas habían vendido su posición en el mercado secundario. Asimismo, había dudas sobre la situación de Commerzbank. Los bancos españoles y portugueses daban por hecho que estaba este consorcio de fondos detrás de dichas ventas.
Y tenían un malestar latente con Santander, por vender unilateralmente su deuda, pese a que la entidad cántabra pertenecía al steering comitee, que lidera el proceso de refinanciación de la compañía.
Finalmente, a Blue Crest no le han salido las cuentas, aunque reitera que puede seguir interesado en colaborar en el futuro con la compañía.
Ahora, el lunes se entregará al juez la propuesta de los bancos y Damm, que contempla una inyección de dinero de 150 millones de euros y una quita inferior a la prevista, del orden del 70%.
El motivo para este menor capital es que se colocará en la matriz de manera directa y las necesidades de las filiales se irán viendo (y reestructurando) a su debido tiempo. Por cierto, la compañía no tiene necesidades urgentes de liquidez: las ventas han ido bien en los últimos tiempos y hay tesorería para todo el primer semestre.