No hay mejor malo que un cura. Un aforismo que podría parecer casi una parodia y que en ocasiones, ha funcionado como tal. Y es que en su eterna búsqueda de malvados sorprendentes, Hollywood ha recurrido a todos los antifaces posibles para esconder la identidad del villano. Al fin y al cabo, ¿quién sospecharía del cura? Pero además, hay autores que han querido lanzar una buena pica a la Iglesia, todo ello en beneficio de la necesaria crítica social. Y el resto de las veces, hay que decirlo, la propia institución lo ha puesto demasiado fácil, con sucesivos escándalos y acciones que evocan las villanías de los malos más malos del cine. Vamos a ver cómo se les ha dado en la gran pantalla.

Estamos en tiempo de Carnaval. O no. Porque a lo mejor no es ni su tiempo ni es ya, estrictamente, Carnaval. Y es que ni hay coincidencia entre los estudiosos de la Historia sobre las fechas en las que se producían los festejos carnavalescos, ni hay acuerdo sobre si lo que hoy llamamos Carnaval tiene algún trasunto histórico o si, por el contrario, ha perdido todo su significado.

Nada hacía presagiar que lo que empezó como un flirteo o como una noche loca más del príncipe Carlos Felipe de Suecia acabaría en campanadas de boda. Según los medios suecos, su matrimonio con la ex stripper Sofía Hellqvist se anunciará en las próximas semanas. De nada han servido todas las estrategias que, al parecer, la reina Silvia de Suecia y sus hijas, las princesas Victoria y Magdalena, habrían tramado durante todo este tiempo a espaldas del príncipe.

Anne Igartiburu está triste. Se nota en su mirada, en el color apagado de su pelo, en sus gestos e incluso, en su simpatía antaño tan natural y hoy tan forzada. En poco tiempo ha visto como sus compañeras la humillan, los productores la ningunean y hasta el público la ha olvidado. ¿Dónde ha quedado aquella joven guapa y educada que representaba a la perfección el espíritu RTVE? ¿Ha terminado la era Igartiburu?

Demoledor informe de la CNMC, que considera que el nuevo sistema que sustituirá a las subastas ahorrará al consumidor como máximo 6 euros al mes, a costa de intruducir más volatilidad en la fijación de precios y de no ser verdaderamente operativo hasta que en 2018 estén instalados los 27 millones de contadores. El regulador pide aplazar un mes su entrada en vigor, hasta mayor.