El barrio de Salamanca en Madrid es el destino preferido de las grandes fortunas latinoamericanas, y Camilo Ibrahim Issa no es una excepción. El empresario venezolano que impulsó a la rescatada Plus Ultra Líneas Aéreas ha elegido la ubicación de uno de los edificios más exclusivos de la capital para asentar la base de operaciones de sus emprendimientos en nuestro país.
Se trata de un inmueble recientemente rehabilitado a lo largo de la calle de Salustiano Olózaga, cerca de la Puerta de Alcalá y la Plaza de la Independencia, con un puñado de residencias de lujo con un valor a partir de los 900.000 euros y espacio para locales comerciales.
El emblemático edificio, en el número 12, fue acondicionado recientemente por la inmobiliaria Lasabia, impulsada también por capital venezolano. La firma de los hermanos Manuel y Federico González Weil fue pionera en el boom de operaciones inmobiliarias con capital latinoamericano para el superlujo en Madrid la última década, liderado primero por venezolanos y, desde tiempos más recientes, por mexicanos.
Cuando los González Weil asumieron el edificio en Olózaga 12, tenía la forma de los vestigios de un antiguo hotel cinco estrellas originario del año 1.900. El proyecto de reconversión del inmueble en unos pocos pisos de lujo precisó de un cambio de uso que el Gobierno municipal de Manuela Carmena autorizó en 2016. Actualmente, alberga una decena de pisos que en algunos casos superan los 800 metros cuadrados de superficie.
El impulsor de Plus Ultra también se asienta en Salamanca
En el mismo edificio ha asentado su base de operaciones Camilo Ibrahim, empresario con llegada en el pasado al Gobierno venezolano que recientemente ha aflorado una empresa de emprendimientos inmobiliarios y consultoría para la contratación en España con la Administración Pública, como informó ya este diario. Thabeh Business Iberian, como ha sido inscrita en el Registro Mercantil la sociedad limitada de Ibrahim, empezó a estar operativa desde finales de 2021.
A principios de ese año había comenzado a hacerse célebre el nombre del empresario venezolano en España al hilo del rescate de la compañía Plus Ultra, la compañía deficitaria que el Gobierno decidió socorrer durante la pandemia después de que la banca española se negara a concederle un crédito ICO.
Este medio desveló que Camilo Ibrahim llegó a entrar como accionista de la entonces incipiente aerolínea a principios del año 2017 tras pagar 3,7 millones de euros. Se mantuvo en el capital de la empresa hasta, por lo menos, septiembre del año 2019, cuando traspasó sus acciones a otro inversor, según reconocieron finalmente desde la propia Plus Ultra a este periódico.
Ibrahim también ha sido consejero, junto al actual CEO de Plus Ultra Roberto Roselli, de dos sociedades creadas en 2018 y ahora inactivas con sede en Torregalindo 1, donde a principios del 2021 empezó a operar la firma The Valley Digital Business School
Ibrahim también ha sido consejero, junto al actual CEO de Plus Ultra Roberto Roselli, de dos sociedades creadas en 2018 y ahora inactivas con sede en Torregalindo 1, donde a principios del 2021 empezó a operar la firma The Valley Digital Business School. Esta última ha ocupado recientemente a los medios de comunicación por integrar la Unión Temporal de Empresas recomendada por la mujer del presidente del Gobierno, Begoña Gómez, para contratar con el Estado.
El nombre de Ibrahim ha figurado también en sociedades panameñas junto a Alcides José Carrión Romero, el presidente del banco Panacorp Casa de Valores, que ha contado con quien sería sobrino de Camilo, Mohamed, como tesorero y que había evitado la disolución de Plus Ultra a finales de 2017 con un crédito de 6,3 millones de euros. Panacorp tenía entonces bonos en Venezuela por un montante de 9,3 millones de euros, de los que 7,1 millones estaban ligados a la República Bolivariana y 2,2 millones, a la petrolera venezolana PDVSA.
Republica-Rojigualda
Zona de lujo, si. Pero no es el barrio de Salamanca, este estaba delimitado por la Castellana y la calle Alcalá. No obstante, es una de las zonas más bonitas de Madrid. Por el centro del Bº de Salamanca, cada ves es más frecuente ver a venezolanos, pero no exiliados, sino de los que van y vuelven con cierta frecuencia a Caracas.