Los acreedores de Esther Koplowitz, BBVA y Bankia, han aprovechado los recientes cambios en la estructura accionarial de FCC para poner un punto y casi final en su relación con la empresaria, que ha atravesado por momentos muy complicados en los últimos años. Ambas entidades han firmado una opción de venta de la deuda que Koplowitz mantiene con ellas asociada a su participación en el grupo de construcción y servicios, que actualmente asciende a 843 millones de euros, a favor del principal accionista de la compañía, Carlos Slim, de modo que si se produjeran un impago, sería el magnate mexicano el que se haría cargo de la deuda.
El contrato se firmó el pasado 5 de febrero, coincidiendo con la renovación del pacto parasocial entre Slim y Koplowitz que desbloqueaba el lanzamiento de una OPA sobre FCC por parte del empresario azteca. Por efecto de la última ampliación de la constructora, Slim superaba el 30% de la constructora, una circunstancia que, además de obligarle a presenta una oferta por el 100% del capital, hacía que se incumpliera uno de los puntos del acuerdo alcanzado con Koplowitz en noviembre de 2014, cuando aterrizó en FCC con motivo de la anterior ampliación. Dicho punto recogía un compromiso por parte de ambos de no sobrepasar el 30% del capital.
Precisamente, este contrato aparece recogido en la documentación que Slim ha remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) con motivo del anuncio formal de la OPA sobre FCC.
Aprovechando esta circunstancia, BBVA y Bankia decidieron eliminar el riesgo de ser los acreedores de Esther Koplowitz, una situación que les ha generado no pocos quebraderos de cabeza en los últimos tiempos. Desde que FCC suspendió el dividendo, a finales de 2012, las tensiones de liquidez llegaron a las finanzas de la empresaria, que se quedaba sin la que era prácticamente su única fuente de ingresos para hacer frente a sus compromisos con la banca acreedora. Por entonces, la deuda personal de Koplowitz con BBVA y Bankia se situaba en torno a los 1.000 millones de euros.
El escenario se volvió prácticamente insostenible en la primavera de 2014, cuando la deuda vencida y no satisfecha por la empresaria llegó a ser de unos 120 millones de euros. Las amenazas de ejecución de las garantías (consistente en el paquete de acciones de Koplowitz en FCC) por parte de los acreedores se cruzaban con las de declaración de concurso de acreedores por parte de la, por entonces, todavía máxima accionista de la constructora.
Una ventana para escapar
Finalmente, la llegada de Carlos Slim al grupo en noviembre de 2014 alivió estos problemas. El empresario mexicano compró a Koplowitz sus derechos en la ampliación de 1.000 millones de euros que llevó a cabo la compañía en la recta final de aquel ejercicio, lo que supuso la entrada de unos 150 millones de euros en las maltrechas finanzas de la empresaria. Suficiente para saldar la deuda vencida con BBVA y Bankia y propiciar una refinanciación que cristalizaría definitivamente antes del verano de 2015 aunque, eso sí, todo esto supusiera el fin de la era Koplowitz en FCC, toda vez que Slim pasaba a ser el principal accionista de la compañía.
Sin embargo, el riesgo para los bancos seguía latente. La empresa sigue sin poder recuperar el dividendo pues no cumple con las condiciones impuestas por la banca acreedora del grupo para retribuir a los accionistas y las tensiones de liquidez pueden volver en cualquier momento. De ahí que BBVA y Bankia hayan aprovechado la circunstancia para asegurarse una salida airosa de en el caso de que las cosas vuelvan a complicársele a su problemática clienta.
De esta forma, Slim se convierte en el garante último de la deuda que Koplowitz mantiene con BBVA y Bankia. El empresario mexicano ya es de por sí acreedor de la empresario, puesto que le ha proporcionado financiación para que pueda acudir a la última ampliación de FCC y mantener así su actual participación del 22,4%. Sin embargo, a efectos de la Ley de OPA, Slim cuenta con el 53% de los derechos de voto del grupo, toda vez que al 30,4% que controlaba por efecto de la mencionada ampliación hay que añadirle el 7% suscrito por Koplowitz con el crédito de Slim y el resto de la participación de la empresaria, puesto que se sostiene con el préstamo de BBVA y Bankia objeto de la opción de compra a favor del magnate mexicano.
Avales de Caixabank y Santander
Slim, ha presentado al supervisor del mercado el folleto y el escrito de autorización de la opa sobre el 100% del grupo a un precio de 7,6 euros una vez que ha superado el 30% de los derechos de voto. La operación, que fue avanzada por el empresario el pasado 4 de marzo, arroja ahora una prima del 0,3 % frente al 15,32% que representaba en el momento de publicarse.
Con el fin de garantizar la ejecución y el pago de la contraprestación ofrecida, se aportará un aval bancario de Caixabank por importe de 1.000 millones y otro de Banco Santander por 529,6 millones de euros que cubren todas las obligaciones del pago que puedan resultar de la oferta, teniendo en cuenta las acciones inmovilizadas.
Inversora Carso -sociedad matriz de Control Empresarial de Capitales (CEC) y vinculada a Slim- es titular, directo e indirecto de 115.361.589 acciones de FCC, representativas del 30,48 % de los derechos de voto, ha detallado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).