¿Cómo se decidió el precio de venta de Banco Popular? Éste es el principal punto de polémica de la resolución de la entidad, ya que provocó pérdidas a cientos de miles de inversores. Hasta ahora, tanto autoridades como reguladores han sido unánimes: el precio (-2.000 millones) lo fijó Santander, el único banco que presentó una oferta en firme.
Sin embargo, documentos de la resolución a los que ha tenido acceso Vozpópuli reflejan que el precio de -2.000 millones lo había puesto sobre la mesa el Frob, como precio base al que se podía llegar en el proceso.
Se trata del documento técnico de la subasta ('process letter' o carta de proceso), que el Frob distribuyó a Santander y BBVA el 6 de junio y que ayer fue distribuido en la Audiencia Nacional. En el texto, el fondo de rescate español exigía que la oferta "agregada" -u oficial- fuera "igual o superior a un euro", como se anunció. Y daba a entender que si el precio estimado de las acciones era inferior a cero se podría cargar pérdidas a las emisiones de deuda híbrida, como así sucedió. En concreto, el Frob incluía un apéndice recordando los 1.346 millones de deuda AT1 y los 685 millones en deuda Tier 2.
Coincide que ésta fue la opción elegida por Santander, que unas horas más tarde (en la madrugada del 6 al 7 de junio) presentó una oferta de 1 euro tras la amortización del capital y los 2.000 millones de la deuda híbrida. Y coincide también que ése fue también el escenario central planteado por el asesor del Frob y la JUR (el mecanismo de resolución europeo), Deloitte.
Ayudas públicas
En la carta de proceso el Frob hace especial hincapié en que las ofertas que se presentaran no podían incluir la petición de ayudas públicas ni estar pendientes de ningún tipo de condición y/o aprobación.
"La oferta vinculante será automáticamente descalificada y considera como no presentada, a menos que la ruptura de una de estas condiciones sea exonerada por el Frob". Estas condiciones eran que la oferta fuera por todo el perímetro del banco, no incluyera la exigencia de garantías, ni esquemas de protección de activos (EPAs), ni dependieran de aprobaciones externas.
De hecho, la venta a Santander estuvo cerca de saltar por los aires cuando desde el banco, el Frob y sus asesores abordaron la filial norteamericana de Popular, Totalbank. La entidad presidida por Ana Botín tiene bajo vigilancia de la Reserva Federal su negocio en EEUU, por lo que no puede protagonizar operaciones corporativas. Por ello hubo que conseguir una autorización exprés de la Fed durante la madrugada.
El documento al que ha tenido acceso este medio es una versión modificada distribuida el 6 de junio, ya que unos días antes se distribuyó otra 'process letter' en la que se contaba con un calendario más amplio para la venta. Pero la fuga de depósitos aceleró los procesos. Algo que refleja que las autoridades contaban con que Emilio Saracho pidiera la intervención del banco ese martes 6 de junio.
El calendario fue el siguiente: el sábado 3 de junio se comunicó el inicio del proceso, al que inicialmente se apuntaron Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell y Bankia. El domingo se firmaron los contratos de confidencialidad. El lunes 5 se dio acceso a los datos del Popular y empezaron las reuniones, pero el empeoramiento de la situación hizo que se optara por iniciar una subasta exprés al día siguiente exclusivamente con Santander y BBVA.
Tras un análisis rápido debían presentar ofertas el 6 a las 24,00. La oferta de Santander fue aceptada a la 1,00 y desde entonces se negoció una compleja letra pequeña para poder llegar con el acuerdo a la apertura del mercado. Se consiguió por los pelos. Y el resto de la historia está, de momento, contada.