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Indra centrará su reestructuración en España y Brasil y en su negocio de consultoría

La multinacional teconológica española presenta el miércoles su plan de reestructuración que puede suponer un recorte de plantilla de más de 3.000 personas.

  • Vista general de la sede de Indra en Alcobendas (Madrid).

Fernando Abril-Martorell, presidente de Indra, presenta el miércoles ante inversores el plan de reestructuración de la compañía, que parece contar ya con el beneplácito del mercado: Indra se anotó el lunes una subida en Bolsa del 1,45% cerrando a 9,15 euros por acción, en una jornada caracterizada por las caídas a plomo de grandes valores arrastrados por la crisis griega.

De acuerdo a fuentes cercanas a la multinacional tecnológica española, el plan contempla una reducción de al menos 3.000 empleos, la mayoría de ellos localizados en España, hasta 2.000 puestos, y Brasil, 700, y rebajar el peso del negocio de consultoría en las cuentas del grupo. La compañía ha fichado al bufete Sagardoy para negociar los despidos en España.

"En consultoría Indra no puede diferenciarse mucho de otros competidores, no tiene sentido seguir apostando por esta división", comentan las fuentes consultadas. "Los dos principales agujeros de la empresa están en Brasil y en la política laboral en España", consideran dos fuentes cercanas a la compañía.

De acuerdo a las fuentes consultadas, los negocios previstos a través de acuerdos firmados con el banco público Caixa Economica Federal de Brasil no están teniendo los resultados previstos y la relación con la entidad brasileña no pasa por su mejor momento. Indra es contratista de Caixa Economica desde hace más de una década, banco para el que ha desarrollado la gestión y mantenimiento de los sistemas informáticos para la emisión de tarjetas y transferencias electrónicas. El pasado mes de diciembre la compañía española firmó con la entidad brasileña la gestión de sus servicios de atención telefónica en Sao Paulo.

Una operación realizada en Brasil por Indra llamó la atención de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, que el pasado año requirió al grupo información adicional. La multinacional española acordó en 2011 la adquisición de la brasileña Politec por 100 millones de euros, una operación, que según aseguró Indra al regulador del mercado supondría en 2013 unas ventas de 1.000 millones de reales y un Ebit del 9%. Sin embargo, tal y como reconoció Indra al regulador del mercado español, en 2013 las ventas no llegaron a los 750 millones de reales y el Ebit comunicado fue del 0%. En ese mismo año Indra provisionó prácticamente la misma cantidad que había destinado a la compra de Politec en contingencias relacionadas con esta misma compañía: 31 millones por contingencias laborales; 35 millones por operaciones de tráfico; tres millones por contratos onerosos; seis millones por deterioro; y 26 millones por riesgos de ejecución de proyectos (en total 101 millones de euros).

A pesar de reconocer que las previsiones de negocio tras la compra de Politec no se habían cumplido, Indra aseguró en sus respuestas a los requerimientos de la CNMV, en octubre de 2014, que mantiene "una visión positiva del desarrollo del mercado brasileño así como de su posicionamiento en el mismo".

En la presentación de sus resultados del primer trimestre de este año Indra ya admitió que la caída en las ventas registradas, un 5% en relación con el mismo periodo de 2014, hasta 702 millones de euros, y del ebit, 7,2 puntos básicos, había estado marcado por proyectos afectados en Brasil y Lituania. La compañía perdió entre enero y marzo de este año 20 millones, frente a un beneficio anunciado de 31 millones en los primeros tres meses de 2014.

Abril-Martorell sustituyó a Javier Monzón como presidente de Indra el pasado 29 de enero, y desde entonces el ejecutivo ha acometido ya una reestructuración del consejo y de otros altos cargos. La compañía, que tiene como primer accionista a la Sepi, con el 20%, designó en abril como consejero independiente a Enrique de Leyva, socio de la firma de capital riesgo Magnum (fundada por Ángel Corcóstegui) y exdirector de la oficina en Madrid de la consultora McKinsey, sustituyendo a Mónica de Oriol. Además nombró como secretario no consejero a José Antonio Escalona de Molina e incorporó a Antonio Mora Morando como director de Control de Gestión, Organización y Procesos. También ese mes destituyó al consejero delegado de Indra Brasil, José Antonio Fernández Ignacio.

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