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Pallete pasa el examen de la Junta: aprueba el dividendo y el nuevo Consejo sin Alierta y Pablo Isla

El presidente de Telefónica ha destacado que los ingresos de datos superaron por primera vez en 2016 a los de voz. Ha destacado la mejora de la situación en Colombia, donde el departamento de Hacienda ha dado el visto bueno al plan para recapitalizar la filial.

  • José María Álvarez-Pallete, presidente ejecutivo de Telefónica España

La Junta General de Accionistas de Telefónica ha dado el visto bueno este viernes a la nueva composición del Consejo de Administración de la compañía, que hace unas semanas abandonaron César Alierta, Pablo Isla -presidente de Inditex- y Gonzalo Ginojosa -Cortefiel-; y al que se han incorporado Francisco José Riberas Mera y Carmen García de Andrés. Durante la Asamblea, el 97,56% de los votantes han aprobado el reparto del dividendo propuesto por la compañía, de 0,40 euros por acción, que se abonará en dos tramos, en junio y en diciembre.

La multinacional de las telecomunicaciones ha sometido a la aprobación de su Junta la renovación como consejero ejecutivo de su presidente, así como la del consejero Ignacio Moreno. En estos puntos, los 'accionistas activistas' han expresado sus reservas, dado que 'tan sólo' han votado a favor el 80,23 y el 74,14% de los asistentes. Los dos nuevos miembros de su órgano de gobierno, Francisco José Riberas Mera y Carmen García de Andrés, han sido ratificados con el 93,90 y el 97,37% de los sufragios.

Durante su discurso, Álvarez-Pallete ha hecho balance de su primer año al frente de la compañía, en el que se han vivido contratiempos como el bloqueo de la transacción de O2 por parte de la Comisión Europea, el brexit o la volatilidad de las divisas en América Latina. “Tuvimos que tomar decisiones duras”, como no sacar a bolsa Telxius, pero el balance ha sido existoso y ahora "Telefónica depende de sí misma", ha manifestado.

Álvarez-Pallete ha destacado la aprobación por parte del departamento de Hacienda de Colombia del plan de recapitalización de la compañía en este país, participada en un 67,5% por Telefónica y en un 32,5% por el Estado. La inversión de la empresa española será de alrededor de 1.000 millones de euros y servirá para corregir los problemas financieros de su filial.

En el contexto de incertidumbre de 2016, ha destacado que los ingresos orgánicos aumentaron el 1,3%, entre otras cosas, por las mayores ventas registradas en el subcontinente americano y por la vuelta al crecimiento en España. También ha valorado la transformación del negocio de la compañía, que ha permitido que “los ingresos de banda ancha y de servicios sobre conectividad” hayan “superado por primera vez a los de acceso y voz”.

“Los nuevos servicios digitales crecen a ritmo de doble dígito y ya suponen casi 5.000 millones de euros”, ha destacado Álvarez-Pallete, que ha asegurado que la posición financiera del grupo le permite “tener cubiertos los vencimientos de deuda” al menos durante los próximos dos años.

Álvarez-Pallete ha incidido en que durante 2017 la inversión estará enfocada en la 'ultra banda ancha' (más de 500 Mhz) y en la inteligencia cognitiva, este último, un proyecto que -estima- tendrá un impacto similar al que tuvo la aparición de la telefonía móvil y de la banda ancha.

El objetivo de la compañía pasa porque la fibra óptica llegue a 25 millones de unidades inmobiliarias en 2020, una cantidad superior a la de sus más inmediatos competidores, Orange y Vodafone.

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