Las buenas sensaciones que dejó la reciente visita del presidente de los ferrocarriles saudíes a España se vieron confirmadas este viernes, cuando el Ministerio de Fomento anunció la consecución de un principio de acuerdo entre el Gobierno de Arabia Saudí y el consorcio que construye el AVE a La Meca, que allana el camino para que la obra llegue a buen puerto. No obstante, los términos del pacto complicarán el equilibrio financiero del grupo de empresas, toda vez que los sobrecostes que reconocerá el cliente son netamente inferiores a los que calcula el consorcio.
El acuerdo, que deberá ser ratificado en los próximos días por las autoridades saudíes, contempla una extensión de 14 meses para entregar la obra, de manera que la nueva fecha para el cierre de los trabajos será marzo de 2018. Según la información facilitada por las agencias, el pacto también contempla un reconocimiento de sobrecostes por parte del cliente que asciende a unos 140 millones de euros. Una cantidad alejada de las estimaciones que miembros del consorcio manejaban sobre los sobrecostes acumulados, cuyos máximos se iban notablemente por encima de los 1.000 millones y cuya media se situaba en el entorno de los 800 millones.
Es cierto que el hecho de disponer de más tiempo para finalizar los trabajos aleja la posibilidad de una penalización económica por no cumplir los plazos. E incluso, la amenaza de una rescisión de contrato, como sucediera en su día ante los retrasos acumulados en las obras.
Sin embargo, la primera impresión es que la cantidad que abonará el Gobierno saudí por este concepto es insuficiente para evitar que el proyecto sea francamente deficitario por los gastos adicionales que se han tenido que realizar debido a las múltiples incidencias acaecidas.
Insuficiente fondo de contingencia
El consorcio siempre ha sostenido que las múltiples deficiencias que presentaban las obras de la primera fase del proyecto, realizadas por un consorcio chino, han sido el motivo tanto de los retrasos como de que el presupuesto se haya disparado. El principio de acuerdo supone una aceptación de esa versión por parte del cliente aunque desde el punto de vista económico no termina de solventar el problema.
De confirmarse esta cantidad, tampoco se lograría el equilibrio con el fondo de contingencia acordado en su día por los miembros del consorcio, cuya cuantía se sitúa en el entorno de los 150 millones de euros. El pacto, alcanzado en las últimas horas en Arabia Saudí, hasta donde se desplazó una comitiva del consorcio encabezada por su presidente, Pablo Vázquez, que también está al frente de Renfe, resuelve una situación de crisis que se extendía durante los últimos meses y resta una buena dosis de incertidumbre al proyecto.
Otra cuestión será la de la relación entre las empresas que componen el consorcio y la forma de asumir los desequilibrios económicos, lo que ha centrado buena parte de los enfrentamientos entre ellas.
Por lo pronto, Talgo y OHL, dos de los miembros del consorcio, han mostrado una notable reacción en bolsa al anuncio del acuerdo. El fabricante ferroviario, que ya ha enviado ocho convoyes a territorio saudí, cerró la sesión con un alza del 9,15% mientras que el grupo constructor se anotó una subida del 4,49%. Ambos valores se situaron entre los tres mejores de la jornada en el Mercado Continuo.