"En España el marco normativo no favorece nuestros proyectos, penaliza a la generación distribuida. Por eso ahora nuestro principal mercado es Reino Unido, donde hay unos 3.000 aerogeneradores de potencia mediana dado que los consumidores creen que hay un ahorro notable. Aprovechar la energía renovable generada por uno mismo puede ser más eficiente que pagar la luz en un sistema centralizado. Pero en España no tenemos un marco favorable, ya que el impuesto al sol lo es también al viento".
Habla Iván Nogueiras, director de Energía de Norvento, una compañía gallega especializada en energía eólica. Su lema habla de la "independencia energética", y por tanto el autoconsumo es uno de sus principales objetivos, gracias a nuevos generadores que tratan de reproducir la eficiencia de las grandes turbinas a pequeña escala. Sus generadores permiten, según aseguran, reducir la factura eléctrica con una tecnología que "aprovecha vientos más bajos, tiene poco ruido y bajo mantenimiento". Su target: puertos, centros comerciales, instalaciones agrarias, polígonos industriales con generación compartida, complejos residenciales...
Sin embargo, prefieren lanzarse a mercados internacionales, donde tiene una cartera de proyectos de 228 MW. Sus proyectos miran al exterior porque en casa chocan con la planificación del Gobierno, expresada por el hermano del ministro Álvaro Nadal, Alberto, el pasado mes de octubre: mantener los peajes al autoconsumo es imprescindible porque lo contrario supondría una disminución de los ingresos presupuestarios.
El verdadero motivo del impuesto al sol es tributario: 235 millones al año
El ministro ha asegurado este jueves que sería ideal que aumentara la importancia de las energías renovables para bajar el precio. Sin embargo, uno de los ámbitos con más margen de crecimiento, como es la generación distribuida y descentralizada, se observa con la frialdad de los números: no puede quitarse su 'impuesto al sol' porque recauda 235 millones al año.
No importa que la Comisión Europea a través de Miguel Arias-Cañete impida las trabas al autoconsumo ni que la oposición al mismo haya unido a PSOE, Podemos y Ciudadanos, tres partidos que no coinciden en casi nada. Nadal sigue adelante y busca argumentos para defender el impuesto, básicamente que lo contrario sería insolidario por parte de los usuarios del autoconsumo o que los que vivieran en edificios compartidos estarían pagando el consumo a los que vivieran en parcelas grandes.
Todos estas motivaciones son puntualmente enmendadas, una a una, por UNEF, la asociación fotovoltaica, quien no mantuvo las mejores relaciones con el anterior ministro José Manuel Soria ni parece haber empezado con buen pie con Nadal, si bien todo es mejorable. Para ellos, el autoconsumo no tiene impacto en el sistema eléctrico, ya que "cada 100 MW instalados implican una reducción de los ingresos del sistema de 2,6 millones, es decir, un 0,01% del total. ¿Es mucho? No, si consideramos que el sistema factura más de 18.000 millones al año, la repercusión en los consumidores es nula".
Según estos cálculos, cada 400MW que se instalaran de autoconsumo se dejarían de ingresar 10,4 millones, una cifra que consideran "insignificante" al compararla con los 1.385 millones que factura al año, por ejemplo, Red Eléctrica. Con respecto a los consumidores, pagaríamos cada uno 11 céntimos al año si el autoconsumo no fuera penalizado.
"Es como si se entorpeciera el cambio de ventanas para mantener la temperatura porque causa menos recaudación por IVA"
Para Nogueiras, el directivo de la empresa eólica gallega, la tasa al autoconsumo ya no tiene sentido: "El objetivo casi único de la política en la anterior legislatura fue atajar el déficit de tarifa. Eso causó la reforma eléctrica y el impuesto al sol. En España había un problema de déficit acumulado. Eso tapó cualquier otro tipo de objetivo, fue una prioridad. Confiamos en que una vez que a eso se le ha puesto coto, al margen de si la forma fue la adecuada y se ha embridado el déficit anual, es el momento de hacer una planificación energética".
Una planificación que no mire el gasto de energía como algo bueno porque la energía paga impuestos. El gallego ponía este ejemplo: "también las medidas de cambio de ventanas mantienen mejor la temperatura de las casas y causan menos recaudación por IVA y no por eso se considera que hay que entorpecerlas".
En definitiva, se podía preguntar a los ciudadanos si creen que merece la pena pagar un poco más en el recibo a cambio de impulsar las energías renovables. ¿Estaríamos dispuestos a pagar un sobrecoste moderado? ¿O preferimos pagar unos céntimos menos y producir luz con carbón importado, tal y como está ocurriendo en las últimas semanas y durante todo el año 2015?