Atrapado en la inestabilidad. Así se encuentra Wang Jianlin, poseedor de la mayor fortuna asiática y de uno de los grandes patrimonios del mundo, para quien 2016 no ha comenzado precisamente con buenas noticias. Con intereses en España desde mediados de 2014, cuando concretó la compra del Edificio España, Wang ha sido uno de los principales damnificados del desplome sufrido en la primera semana del año por la Bolsa china, penalizada por la incertidumbre sobre la evolución de la economía del gigante asiático. En apenas cinco sesiones se ha dejado más de 5.000 millones, aunque esto podría ser sólo el principio.
Pero a los problemas en China, Wang también suma las incertidumbres políticas en España, que afectan a las multimillonarias inversiones que estudia realizar en el país. Especialmente, a la denominada 'operación Campamento', consistente en la adquisición de algo más de tres millones de metros cuadrados propiedad del Ministerio de Defensa en la periferia de Madrid para desarrollar un gran complejo de ocio. Una maniobra que precisa, obviamente, de la aprobación de un Gobierno cuya composición, hoy en día, es toda una incógnita debido a la complicada aritmética parlamentaria que dejaron las últimas elecciones generales y que incluso abre un horizonte de nuevos comicios en el corto plazo.
La Bolsa china ha tenido que ejecutar dos veces el mecanismo que estableció para limitar pérdidas durante los primeros días de 2016
Durante los primeros días de 2016, la Bolsa china ha tenido que ejecutar dos veces el mecanismo que estableció para limitar pérdidas, consistente en suspender la cotización cuando los descensos alcanzaran el 7%, hasta el punto de que las autoridades bursátiles del país han optado por eliminarlo. La incertidumbre sobre del crecimiento del gigante asiático ha provocado huidas masivas de inversores, que han afectado de forma significativa a las empresas de Wanda Group, el holding de Wang, que cotizan en Bolsa.
Una de ellas, Wanda Properties, focalizada en el centenar de centros comerciales que posee en China, es la más importante del conglomerado, y con su OPV Wang levantó más de 6.000 millones de euros el pasado año para acometer futuras inversiones. Buena parte de las empresas de Wanda está muy relacionada con el ciclo económico y el consumo, con lo que un frenazo en el crecimiento de la economía del país supondría un golpe en la línea de flotación de sus cuentas.
Idas y venidas con el Edificio España
En el plano político, los planes de Wanda en España ya se vieron condicionados por los resultados de las elecciones municipales y autonómicas del pasado 24 de mayo. Los nuevos gestores del Ayuntamiento de Madrid se han opuesto a la reforma del Edificio España que los propietarios habían planteado y que consistía en la demolición y posterior reconstrucción de la fachada principal del rascacielos.
El cambio de planes por no poder derribar la fachada ha hecho que los trabajos se aplacen
Para rehabilitar el inmueble y convertirlo en un conjunto de apartamentos de lujo y un gran hotel, Wanda prevé una inversión de unos 700 millones de euros. Unos planes que, por el momento, no están en el aire pero que sí han sufrido un notable retraso. El cambio de planes por no poder derribar la fachada ha hecho que los trabajos se aplacen y las obras, que deberían haber comenzado ya, no tengan, por ahora, fecha de inicio.
Campemento, una operación aún más en el aire
Distinto es el caso de la 'operación Campamento', la más ambiciosa del grupo. La pelota está en el tejado del Ministerio de Defensa, que debe sacar a concurso la compra de los terrenos donde se desarrollaría el complejo que pretende construir Wanda. Una decisión demasiado complicada para sacarla adelante un Gobierno en funciones y que quedaría en el aire si el Ejecutivo cambiara de manos, bien por un pacto de investidura en el que no entrara el Partido Popular, bien por los resultados de unas hipotéticas nuevas elecciones.
Otra de las operaciones en las que Wanda está interesada es la compra del complejo de vacaciones Marina d’Or, que también podría ser revisada en el caso de que las fluctuaciones de los mercados asiáticos continúen dando dolores de cabeza a Wang Jianlin.