Lejos de amilanarse por el conflicto internacional que mantiene con Repsol, la empresa estatal argentina YPF sigue tensando la cuerda con el que hasta abril de 2012 fue su propietario. Los intentos de mediación y negociación de Pemex, accionista de referencia de Repsol, con el Gobierno argentino para buscar un acuerdo que ponga fin a la reclamación de la española por la expropiación del 51% de YPF, están cayendo en saco roto.
La petrolera argentina ha sacado adelante el acuerdo con la estadounidense Chevron para la explotación conjunta de los yacimientos de Vaca Muerta en la provincia de Neuquén, unos activos que Repsol considera que le han sido confiscados ilegalmente y por ello no pueden ser explotados por otras compañías hasta que no se decida una compensación razonable por la expropiación.
De ahí que la empresa presidida por Antonio Brufau haya solicitado al Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas (CIADI), en Washington, medidas cautelares contra el acuerdo entre Chevron e YPF para invertir 1.240 millones de dólares en estos yacimientos. Pero éste no va a ser el único acuerdo que tendrá que intentar dinamitar la petrolera española si se confirman los nuevos planes de YPF.
Según el nuevo Plan Estratégico de YPF para salvar a Argentina del colapso energético y financiero, reduciendo las importaciones de gas al mínimo hasta alcanzar "el autoabastecimiento del país en 2019", la primera petrolera del país prevé aliarse con la francesa Total, la china Cnooc y la argentina Pan American Energy (PAN), además de comprar los activos de la brasileña Petrobras en Argentina.
El Plan Estratégico desvelado ahora persigue fuertes inversiones para un desarrollo rápido de los mejores yacimientos y reducir así la dependencia energética del exterior
Todos estos acuerdos irían encaminados a buscar inversiones conjuntas para desarrollar los nuevos yacimientos de crudo y gas no convencional del país, que están concentrados esencialmente en Vaca Muerta, el prometedor activo petrolífero que ha sido la causa principal de que Argentina expropiara a Repsol el 51% de YPF.
El máximo ejecutivo de YPF, Miguel Galuccio, ya ha presentado el plan a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y está dispuesto a ponerlo en marcha lo antes posible. Así que si YPF cierra algún acuerdo de inversión conjunta con estas petroleras, Repsol se verá obligada a denunciar ante el CIADI estos acuerdos, sin descartar otras actuaciones.
El desafío lanzado por la petrolera estatal argentina echa un jarro de agua fría al nuevo intento de acercamiento de las partes a través de Pemex, que controla 9,4% de Repsol (participación que tiene en venta) y se ha comprometido con el consejo de la petrolera a mediar con la presidenta Kirchner. De hecho, Pemex y Repsol han creado una comisión paritaria para retomar las negociaciones, después de que las ofertas enviadas por la presidenta argentina a través primero de Isidro Fainé, presidente de La Caixa (accionista histórico con un 13%), y después a través de la propia Pemex fueran desestimadas por unanimidad por ofrecer una compensación irrisoria.
Algunos analistas habían aventurado que la posible estrategia conjunta de España y Argentina frente a Reino Unido por el tema Gibraltar aceleraría el arreglo del conflicto por YPF
De hecho, algunos analistas internacionales habían aventurado que el posible acercamiento de España y Argentina para actuar conjuntamente en sus respectivos conflictos (Gibraltar y Las Malvinas) con el Reino Unido desatascaría el conflicto de Repsol con YPF y facilitaría la firma de un acuerdo de compensación razonable para las dos partes.
Pero YPF, controlada desde La Casa Rosada, no parece estar en esta misma línea. Su plan secreto, desvelado el pasado domingo por Clarín, pasa por invertir la friolera de 58.000 millones de dólares de aquí a 2030, un proyecto que traería, según YPF, el autoabastecimiento de gas del país en 2019, lo que evitaría la sangría de 13.000 millones de dólares que Argentina gasta anualmente en importaciones de energía.
Y aquí, el papel de Total, PAN (la segunda petrolera del país, controlada por la familia Bulgheroni) y la china Cnooc, que a su vez es aliada de PAN, es vital como cofinanciadores de los nuevos proyectos para poner a producir los yacimientos de crudo y gas no convencional, que requieren grandes montos inversores.
Según ha recogido Clarín esta misma semana, el plan ha sido calificado por los expertos económicos y energéticos del país de "extravagante" y "entelequia".