Nuevo vuelta de tuerca a la reforma laboral. ERC, EH Bildu, la CUP y el BNG, socios habituales del Gobierno, han anunciado que votarán 'no' a la norma estrella de Yolanda Díaz, al menos de momento. Los republicanos devuelven a la titular de Trabajo la foto que se hizo este miércoles en Barcelona con los líderes sindicales de CCOO y UGT de Cataluña.
Los cuatro partidos han insistido este jueves, en una rueda de prensa conjunta en el Congreso de los Diputados, en que el acuerdo entre sindicatos y patronal es "insuficiente" y han pedido al Gobierno de coalición "abrir un proceso de diálogo y negociación con el fin de alcanzar un acuerdo que permita acordar una reforma laboral ambiciosa".
Otra vez, las formaciones independentistas han expuesto sus condiciones a cambio de su 'sí' y han avisado a PSOE y Podemos de que solo de esta forma lograrán una "amplia mayoría en el Congreso" para dar luz verde , a la reforma laboral el próximo 3 de febrero.
El PNV no se suma
La declaración conjunta de los cuatro grupos, a los que por ahora no se ha sumado el PNV, exigen una "transformación completa" del mercado de trabajo y que el Ejecutivo "cumpla con la palabra dada a los trabajadores". En resumen, no quieren dejar ni rastro de la norma aprobada por el PP.
Sus reclamaciones son: la prevalencia de los convenios provinciales y autonómicos sobre los estatales, así como los sectoriales sobre los de la empresa; recuperar la autorización administrativa de la autoridad laboral para los ERTE; medidas para atajar la precariedad y las posibilidades de descuelgue salarial; recuperar las indemnizaciones por despido de 45 días por año trabajado; limitar la posibilidad de que la empresa movilice geográficamente a los empleados y además que se establezcan medidas amplias para facilitar la conciliación de la vida laboral y personal.
Mientras tanto, los empresarios amenazan con descolgarse del pacto si se introduce la más mínima modificación, al igual que Ciudadanos, la única fuerza del bloque de la oposición dispuesta a apoyar el texto. Lo cierto es que la opción de los naranjas pone en un brete la posición política de Díaz, centrada en construir un espacio político sobre los mimbres de la izquierda más purista.
Viaje a Cataluña
Esta declaración conjunta de las cuatro formaciones llega un día después de que la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, viajara a Barcelona para protagonizar distintos actos con CCOO y UGT y aumentar la presión sobre los republicanos. Además, la líder del partido morado se citó por la noche con el consejero catalán de Empresa y Trabajo, Roger Torrent.
Lo cierto es que ERC es la clave de la maraña laboral. Si se suma provocará un efecto dominó que, previsiblemente, arrastrará a otros socios habituales de la coalición, como EH Bildu, al acuerdo parlamentario que debe convalidar la norma estrella de Díaz. Eso sí, los morados siguen viendo el acuerdo con ERC "muy complicado". Y aunque han llegado a asumir que la reforma puede salir con Ciudadanos, ven el último movimiento de Díaz como la última jugada del último minuto. "A ver si le sale", zanjan.
La vicepresidenta segunda se escapó a Cataluña para buscar el apoyo de ERC, pero el objetivo de la titular de Trabajo es otro más, ya que pretende darle la vuelta a las conexiones de ERC con el mundo sindical, especialmente con UGT, amarrando ese apoyo de los dos grandes sindicatos para lanzarselo a Rufián y advertirle de lo peligroso que sería para él votar en contra de su postura.
En plata: Díaz sabe que ERC es un partido dubitativo y muy sensible a lo que piensen sus bases izquierdistas respecto de su acción política. Por eso, la vicepresidenta segunda se ha lanzado a recordar a los independentistas que los sindicatos, referentes para los partidos de izquierda, están con ella y con el acuerdo que se alcanzó en la mesa de diálogo social.
