“La Unión Europea está preparada para la temporada invernal de gas 2023-2024”, señalan desde Bruegel, el 'think tank' económico de referencia en Bruselas. Un mensaje de tranquilidad ante el primer invierno donde los países miembros, aparentemente, se han desconectado del gas ruso, tras dos años de guerra, y tienen sus almacenes llenos. Aunque desde la Agencia Internacional de la Energía (AIE) apuntan a España, Francia y Bélgica como las tres puertas por las que sigue entrando gas ruso a Europa.
“Las exportaciones rusas de gas natural licuado (GNL) a Europa se mantuvieron prácticamente estables”, compara la AIE en su informe de octubre sobre el mercado del gas en los tres primeros trimestres de 2023. “El 80% de las importaciones totales de GNL de Europa desde Rusia en el primer y tercer trimestre de 2023 se entregaron a Bélgica, Francia y España”, detalla el organismo energético internacional.
Tres países que se convierten en las puertas de entrada de los barcos con gas de Rusia. El gas natural licuado es el único gran recurso energético de origen ruso que se libra de las sanciones de la Unión Europea. El carbón de Rusia está prohibido desde el 10 de agosto de 2022, el petróleo desde el 5 de diciembre de ese año, el diésel de origen ruso se embargó desde febrero de este año y el gas natural por gasoducto fue el propio Gobierno de Putin quien bloqueó su venta pidiendo a sus clientes que pagaran en rublos.
España, el gran almacén
Rusia ha encontrado en las regasificadoras de España y en su capacidad de almacenamiento de GNL, la mayor de Europa según Gas Infrastructure Europe (GIP), el destino perfecto para los metaneros que operan las empresas trading. Francia y Bélgica, solo superados en este sentido por España y Reino Unido, son dos destinos para este tipo de carga. Este tipo de cargamento no encuentra salida en otros puertos como Reino Unido y Holanda, por las respectivas prohibiciones nacionales.
Aunque desde Bruegel ponen especial énfasis en España y Portugal. “La Península Ibérica es la región más expuesta si el GNL ruso se detuviera abruptamente, debido a su alta participación de GNL en el suministro final de gas, y una participación relativamente alta de Rusia en el suministro de esas importaciones”, comentan.
Según sus datos, en el primer trimestre de 2023, el GNL ruso supuso el 20% de las importaciones totales de gas natural a España y Portugal. Unas cifras que casan con los datos de Enagás que muestran cómo España ha pasado de depender de este suministro en un 5,7% al inicio de la guerra al 19,7% con el que cerró agosto. “Sí todas las importaciones rusas de GNL a la región terminaran de forma abrupta, el almacenamiento de gas se agotaría en enero de 2024”, comentan desde Bruegel.
Aumento de las importaciones
Las importaciones europeas de gas natural licuado hasta junio aumentaron un 8% frente al primer semestre de 2022. Un crecimiento que llenó los almacenes de la Unión Europea mientras caía la demanda de gas en las grandes industrias de los países miembros, lo que provocó en el tercer trimestre del año una rebaja del 9% de estas importaciones que como destacan los expertos de la AIE, fue la primera disminución desde la invasión rusa de Ucrania.
Dejando a España, Francia y Bélgica a un lado, el gran proveedor de gas natural licuado tras el corte de Rusia es Estados Unidos. La llegada de sus metaneros a Europa ha aumentado este año un 6% y es el responsable del 46% de las importaciones totales de GNL en la región.
La diversificación de proveedores, con Estados Unidos a la cabeza, y las compras centralizadas han permitido a los países miembros afrontan el invierno con sus reservas en niveles récord, al 98%. Si las temperaturas son menos invernales como en 2022 y la demanda mantiene su tendencia de septiembre, donde se desplomó un 17%, Europa debería superar sin problemas la temporada de invierno de gas.
¿Será suficiente?
Pero, tal y como señalan los analistas de Grupo ASE, esto es sobre el papel. “La realidad es que los mercados viven en una falsa sensación de seguridad porque Europa continúa amenazada por una oferta de gas muy limitada tras el corte de suministro ruso, cuya pérdida está muy lejos de haber sido compensada con el aumento de las importaciones de gas natural licuado”, comentan desde el agregador energético.
Los expertos ven que existe una oferta y demanda más ajustada. Para sustituir a Rusia, Europa se ha hecho más dependiente del suministro de metaneros que compite con todos los mercados del mundo. España sufre más esta situación después de reducir sus importaciones por gasoducto desde Argelia y disparar sus descargas de gas ruso.
Hermes
Que yo sepa, el gas ruso no está sometido ni a sanciones ni a embargo. No es ningún pecado importar GNL de origen ruso. Otros países importan mucho más gas ruso que España.