El jueves 3 de noviembre, Moncloa sorprendió con un anuncio: un 'megaplan' de inversión de 10.000 millones de euros para que España se convierta en uno de los principales centros de producción de combustible verde de Maersk. El Gobierno y la naviera cifraron hasta el número potencial de empleos que generará el proyecto de llevarse a cabo. En el próximo medio año, deberán resolver una serie de incógnitas que han dejado en el aire, como las ubicaciones de las infraestructuras o los detalles completos sobre la financiación.
Lo que el Ejecutivo y el gigante danés firmaron hace una semana y media fue un memorando de colaboración que recoge las líneas generales del proyecto. No obstante, desde Moncloa aseguran que llevan meses trabajando con la multinacional para sentar las bases del 'megaplan' inversor. La naviera pretende descarbonizar todas sus operaciones en 2040. Para ello, quieren convertir a España en un 'hub' de 'ecocombustible' que produzca dos millones de toneladas de metanol verde durante esta década.
Una de las estimaciones que más ha llamado la atención ha sido la del número de empleos que podría generar el proyecto. En concreto, cifran en 84.000 los puestos de trabajo asociados durante todo el proceso. De ellos, 40.000 serían para la construcción de infraestructuras -el proyecto contempla la construcción de dos centros de producción de combustible verde, así como de parques solares y eólicos propios- y otros 40.000 indirectos. Los 4.000 restantes corresponderían a puestos fijos.
¿España como inversor?
La financiación del proyecto correrá a cargo de Maersk y también podrá contar con otros socios inversores. Una de las posibilidades que está en el aire es que el Gobierno pueda asumir parte de la financiación a través de algún tipo de mecanismo, como los fondos europeos.
Incertidumbre tecnológica
El proyecto está pensado para la producción de metanol verde, que es el biocombustible mejor posicionado para convertirse en la alternativa a los combustibles fósiles en las flotas marinas. Pese a ello, todavía es una incógnita si finalmente se consolidará como la gran alternativa verde. Por este motivo, el Gobierno y la compañía nórdica dejan abierta la puerta a que las infraestructuras construidas puedan redirigirse a la producción de amoniaco.
En cualquier caso, el plan 'principal' pasa por la vía del metanol verde, para lo que se necesita hidrógeno verde -al igual que con el amoniaco- y CO2 biogénico. "El país posee características clave para ayudar a resolver este reto con sus grandes ambiciones de hidrógeno y sus objetivos de sostenibilidad", destacó la naviera en un comunicado. Para generar hidrógeno verde se necesita energía eólica y fotovoltaica. Por eso, Maersk promoverá la construcción de parques y comprará otros que ya estén funcionando o en fase de tramitación. Lo ideal es que estén ubicados cerca de los dos centros de producción.
Fuentes del sector explican que "todavía" nos encontramos "muy lejos de haber sustituido los combustibles fósiles en la generación de electricidad y aún más de hacerlo en el transporte, con energías renovables". "Todavía quedan muchas instalaciones de energía renovable que hacer antes de poder pensar en utilizar el recurso renovable español, que es muy abundante, eso sí, para fabricar ecocombustibles para exportación", añaden.
Pese a ello, resaltan que los costes de las renovables en España "son de los más bajos de Europa", una realidad que hace que no sea descartable que en la próxima década se pueda pensar en llegar a exportar hidrógeno o metanol verde desde España si se despliegan las renovables de acuerdo con los objetivos de la UE y del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC). "Una vez más, para ello es fundamental el rol de las Administraciones que tienen que gestionar la tramitación de los permisos para todas las nuevas instalaciones necesarias", sentencian estas mismas voces.
¿Algeciras, Huelva, La Coruña...? Las posibles candidatas
Queda, por tanto, conocer cuáles serán las ubicaciones finales de los dos grandes centros de producción que vertebrarán el 'megaplan'. El objetivo de Maersk es construir cinco o seis plantas de este tipo por todo el mundo. Por ahora, se barajan dos comunidades autónomas: Andalucía y Galicia. De hecho, en la elaboración de estos primeros pasos también han estado involucradas la Junta de Andalucía y la Xunta de Galicia.
En Andalucía, los polos industriales de la Bahía de Algeciras y de Huelva aspiran a albergar uno de estos centros de producción. En Galicia, el viernes trascendió que responsables del gigante nórdico visitaron recientemente el puerto exterior de La Coruña -conocido como Punta Langosteira- interesados en construir en las instalaciones una planta de metanol renovable, según reveló el presidente de la Autoridad Portuaria de La Coruña.
Como todavía se desconocen las ubicaciones finales, tampoco se puede saber que planta de producción comenzaría a operar primero. El 'megaproyecto', dividido en tres fases de producción, prevé que en 2025 arranque solo uno de los centros y más tarde inicie su actividad el segundo.
"Por su tamaño y características, este tipo de proyectos tienen un efecto tractor para la economía española muy importante. En el ámbito regional pueden revitalizar la actividad económica con un efecto directo e indirecto muy importante. En el aspecto social, en zonas con fábricas en riesgo de clausura, puede suponer una nueva oportunidad para los trabajadores industriales y unos importantes ingresos para los ayuntamientos que así podrán mantener más fácilmente sus servicios sociales", destaca Heikki Willstedt, director de Políticas Energéticas y Cambio Climático de la Asociación Empresarial Eólica.