La incorporación de Marcelino Fernández Verdes como consejero delegado de ACS parece que tendrá que esperar. El presidente del grupo, Florentino Pérez, no demuestra tener demasiada prisa para la llegada de quien él mismo designó hace casi dos años como su sucesor natural. En abril del pasado año, tras la junta de accionistas, Pérez aseguró que Fernández Verdes sería CEO de ACS en la primavera de 2016. Sin embargo, el mensaje que dio a los analistas este viernes, en la presentación de resultados del grupo, fue bien diferente.
"El nuevo consejero delegado llegará cuando tengamos resueltos todos los problemas y, ahora, no los tenemos resueltos", aseguró el presidente de ACS para responder una de las preguntas de los analistas sobre la futura llegada al grupo de Fernández Verdes. Pérez matizó que "los problemas están solventados al 80%" pero no lo están del todo y, por lo tanto, aún no es el momento para la llegada de Fernández Verdes.
Los problemas a los que se refería Pérez tienen que ver con el proceso de integración de los sistemas de trabajo de sus filiales Hochtief y Cimic, precisamente dirigidas por Fernández Verdes. Un proceso que se inició en 2012 y que, desde entonces, ha constituido la prioridad del grupo.
"Lo más importante ahora es concluir la consolidación, un proceso que podría acabar a finales de año", apuntó Pérez. "Todo lo demás vendrá por añadidura". Es decir, que para la llegada del nuevo CEO habrá que esperar, al menos, un año más. "Un año que será muy importante", apuntó Pérez, siempre refiriéndose a ese proceso de consolidación entre las compañías. ACS controla cerca de un 70% de Hochtief y ésta, a su vez, tiene un porcentaje similar de Cimic. El mercado ha especulado en numerosas ocasiones con una fusión entre las filiales o incluso con una integración entre ACS y Hochtief aunque, por el momento, el presidente del grupo prefiere no ir más allá.