El Gobierno ha accedido por fin a las peticiones reiteradas de la Generalitat de Cataluña y ha presupuestado 5,76 millones de euros procedentes de los fondos europeos Next Generation para cederle la autovía B-23 y que implante un carril para autobuses y vehículos de alta ocupación (carril BUS-VAO) en la entrada de Barcelona.
"Convenio con la Generalitat de Cataluña para la cesión de la B-23 e implantación del carril BUS VAO en el acceso a Barcelona", figura en el anteproyecto de Presupuestos Generales del Estado de 2022, con una dotación de 5.767.770 euros procedentes de los fondos europeos. El próximo año el Ejecutivo prevé ejecutar 26.896 millones de estos fondos.
Esta inversión, distribuida por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, se enmarca en el Componente 6 del Plan de Recuperación, concretamente en el apartado 'Red Transeuropea de Transporte. Otras actuaciones. Infraestructuras y Ecosistemas Resilientes' y es la única partida asociada a fondos europeos de las que aparecen en los presupuestos de 2022 predestinada a una comunidad o ciudad concreta.
La cesión de la B-23 para construir un carril BUS-VAO es una reivindicación histórica de la Generalitat que empezó a ganar fuerza en el año 2017.
Por entonces, cuando Mariano Rajoy ocupaba la Moncloa e Iñigo Joaquín de la Serna era ministro de Fomento, la Generalitat, el Área Metropolitana de Barcelona (AMC) y varios ayuntamientos intensificaron sus peticiones relativas a la cesión de la B-23 para transformar el tramo final que llega hasta la avenida Diagonal de la ciudad condal.
La congestión de esta autovía, especialmente concurrida por autobuses procedentes de otras localidades, está entre las principales razones para solicitar la creación de un BUS-VAO.
ERC, de los partidos que más han presionado
Aunque en el año 2018, ya con Pedro Sánchez en la presidencia, se anunció un pacto de traspaso entre Fomento y la Generalitat, el acuerdo no ha tenido resultados hasta la fecha.
"Pedimos como mínimo que algunas de las infraestructuras previstas, como el carril bus-VAO de la B-23 (entrada sur a Barcelona a través de la avenida Diagonal) o el carril bus de la C-31 (acceso norte desde Montgat), se tendría que hacer. Tenemos el dinero para hacerlo y es el momento de hacerlo, pero falta el acuerdo entre la Generalitat y el Gobierno central (titular de la vía)", solicitaba a principios de septiembre Ramon Lamiel, director del Servicio Catalán de Tráfico, en una entrevista con El País.
Ahora, en el marco de la negociación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2022, el Gobierno y la Generalitat parecen haber llegado a un acuerdo. ERC es uno de los partidos que más ha perseguido la cesión de esta vía y uno de los socios predilectos del Ejecutivo para sacar adelante las cuentas, como ha reconocido la propia ministra de Hacienda, María Jesús Montero.
Ya en 2018, el entonces senador por ERC Bernat Picornell Grenzner interpelaba al exministro de Fomento, José Luis Ábalos, recordándole la necesidad de hacer este carril BUS-VAO.
"Mi interpelación es un memorial de agravios de los últimos, como mínimo, veinte, treinta o cuarenta años. Es un repaso. Entramos en materia ya que la lista es muy larga", comenzaba. Después de enumerar seis peticiones, llegaba la séptima: "el carril BUS VAO en la B-23, entre Molins de Rey y Barcelona. Debemos apostar por unas infraestructuras que permitan mejorar el transporte público", reivindicaba.
La inversión real del Estado en Cataluña ha subido un 65% desde 2018
Desde entonces, el Gobierno de Pedro Sánchez ha ido aumentando la inversión real territorializable en Cataluña. En 2019 y 2020, el Ejecutivo operó con los Presupuestos prorrogados de 2018, en los que la asignación para esta comunidad era de 1.351,35 millones de euros, un 13,1% del total nacional.
En las cuentas de 2021, las primeras que aprobó Sánchez, esta cuantía pasó a 2.101,58 millones (un 17,1% del total), lo que supuso un incremento del 55,5%.
Para 2022, esta comunidad vuelve a ver incrementados sus recursos un 6% hasta los 2.230,74 millones (un 17,2% del total).
