El mercado de la vivienda en España vive una situación que desafía la lógica. En plena crisis de accesibilidad, con precios al alza y una oferta cada vez más limitada, el número de compraventas ha crecido un 10% en 2024, alcanzando las 641.919 operaciones, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Este volumen de transacciones lo convierte en el tercer mejor registro desde que hay datos, solo por detrás del boom inmobiliario de 2007 y del repunte postpandemia en 2022.
Este auge en la compra de viviendas, lejos de indicar una mayor accesibilidad, parece apuntar hacia un mercado cada vez más exclusivo, dominado por inversores y perfiles económicamente más acomodados. Pero, ¿qué factores están impulsando esta tendencia y por qué la crisis de vivienda no frena la demanda?
El informe de Idealista destaca que el crecimiento de las compraventas no ha sido uniforme en todo el país. De hecho, Baleares es la única comunidad autónoma que ha registrado un descenso en las operaciones (-3,8%), lo que pone de manifiesto la presión de los precios en zonas con una alta demanda y la dificultad de acceso a la vivienda para los compradores locales.
En contraste, regiones como Galicia (+22,3%) o La Rioja (+20%) han experimentado fuertes incrementos, reflejando un interés creciente por zonas menos saturadas y con precios más asequibles. Este dinamismo también responde a una mayor demanda de vivienda nueva, que ha crecido un 23,4% interanual, su mejor cifra desde 2013.
Tipos de interés y la influencia del BCE
Uno de los principales motores de este repunte ha sido el cambio de política monetaria del Banco Central Europeo (BCE). La expectativa de bajadas en los tipos de interés ha impulsado a muchos compradores a adelantar sus decisiones, aprovechando condiciones hipotecarias algo más favorables. Esto ha reactivado especialmente el mercado de obra nueva, que ya representa un 22,6% de las transacciones totales.
Sin embargo, este auge comprador no implica una mayor facilidad de acceso a la vivienda. Francisco Iñareta, portavoz de Idealista, advierte en este mismo informe que "la oferta sigue reduciéndose", lo que está generando tensiones en los precios y podría acelerarlos en los próximos meses. Es decir, mientras las transacciones crecen, los precios no dan tregua a los compradores con menos recursos.
¿Vivienda para todos o solo para unos pocos?
El crecimiento de la compraventa en un contexto de crisis inmobiliaria deja entrever que el acceso a la vivienda podría estar volviéndose cada vez más elitista. Con una oferta reducida, precios elevados y un mercado que premia a quienes cuentan con mayor liquidez, la adquisición de un inmueble parece estar dejando atrás a las rentas medias y bajas.
La paradoja es clara: se venden más viviendas, pero no necesariamente a quienes más las necesitan. La vivienda sigue siendo una inversión segura en tiempos de incertidumbre económica, lo que ha llevado a inversores y compradores con mayor capacidad financiera a dominar el mercado.
En este escenario, 2025 podría consolidar esta tendencia si no se toman medidas estructurales que faciliten el acceso a la vivienda para todos. De lo contrario, podría confirmarse lo que algunos expertos ya sospechan: que comprar una casa en España está dejando de ser un derecho para convertirse en un lujo reservado a unos pocos.