Las alarmas vuelven a saltar en el sector inmobiliario. El precio de la vivienda se ha situado en los mínimos de los últimos ocho años y, sin embargo, las señales que envía el mercado no conducen a pensar que el coste de los pisos haya tocado suelo. Realia, una de las grandes del sector, confirmó ayer que seguirá recortando precios si es necesario. El ajuste desde los máximos marcados inmediatamente antes de la crisis roza el 30% pero aún está muy lejos del 50% y hasta el 60% que registraron mercados de referencia como Londres y París.