Economía

La subida del IVA convierte a Rajoy en el árbitro del pulso que libra su equipo económico

El presidente del Gobierno tiene la última palabra en la pugna que se vive dentro del equipo económico sobre la subida del IVA, una batalla en la que terminará habiendo ganadores y perdedores.

  • Cristóbal Montoro, este miércoles, en su escaño azul.

A los periodistas que cubren la información parlamentaria les sorprendió ayer la vehemencia con la que el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, insiste en exponer las desventajas que tendría en estos momentos una subida del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA). No solo cree que castigará todavía más el consumo, sino que vaticina tampoco serviría para aumentar la recaudación a medio plazo. Puso como ejemplo lo sucedido en experiencias anteriores cuando se apostó por aumentar este impuesto. Siempre se cita el caso de Pedro Solbes en 1995, cuando se subió del 14 al 16% y los ingresos por este tributo terminaron cayendo un 11% como consecuencia del florecimiento de la economía sumergida.

Lo extraño de esta insistencia del ministro reside en que, a la velocidad que van los acontecimientos, podría terminar quedando desautorizado si, finalmente, Mariano Rajoy se decanta por aumentar el IVA cediendo así a las presiones de Bruselas, del Fondo Monetario Internacional, y a las que volverá a recibir este viernes el ministro Luis de Guindos cuando asista al Ecofin.

El titular de Economía y su equipo son firmes partidarios de ceder ante Bruselas y subir este impuesto, en un momento en el que las presiones arrecian y España está en el foco de los mercados. La incertidumbre sobre quien ganará este pulso ha hecho que en las últimas horas nadie del Gobierno, y menos aún su presidente, haya descartado esta subida.

La recaudación tributaria se sigue desplomando mientras aumentan las presiones internacionales para que España suba la imposición indirecta

Fue el propio Guindos quien abrió con mayor contundencia este debate en el Consejo de Ministros y quien se apuntó también el tanto de que Rajoy diera el visto bueno a la subida del IVA en 2013 con el objetivo de recaudar alrededor de 8.000 millones de euros extra, gracias también al aumento de los impuestos especiales. Desde que se produjo este anuncio, el pasado abril, Hacienda ha comprobado que la recaudación tributaria sigue desplomándose y que las presiones sobre España para que corrija el déficit vía ingresos han ido creciendo.

Este escenario, llevó a Hacienda a elaborar un ‘plan B’ en el que se introducen modificaciones en los tres tipos de IVA que rigen en la actualidad. El tipo superreducido es aplicado a los bienes de primera necesidad como el pan, la leche, los huevos, las frutas, los libros o los pañales. Son productos gravados con el  4%. El IVA reducido, ahora en el 8%, descansa en los servicios de turismo, hostelería y actividades de ocio como el cine o el teatro. El IVA general se sitúa en el 18% y afecta al resto de los productos y servicios.

El grueso del plan consiste en pasar muchos de los productos que ahora tributan en el tipo reducido al tipo general, con lo que, en teoría, el aumento de la recaudación sería automático. Hasta ahora, según fuentes gubernamentales, no se contemplaba el aumento del tipo general del 18% al 20%, como han sugerido las autoridades comunitarias, aunque no se puede dar nada por descartado.

Según datos de la Agencia Tributaria correspondientes al primer trimestre del año, la recaudación por IVA cayó el 4,3% con respecto al mismo periodo del año pasado, debido al descenso del gasto realizado por las tres administraciones y del gasto en compra de vivienda nueva. Este es un argumento más que ayer Montoro esgrimió a su favor para oponerse a la subida del impuesto.

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