La luz arrancaba el 2021 siendo uno de los menores problemas para los españoles. La pandemia había parado la actividad, pese al aumento del teletrabajo, y el precio de la electricidad cerraba 2020 en 33,97 euros el megavatio hora, el nivel más bajo en 17 años y un 28,8% menos que el año anterior.
Pero con el arranque del mes de enero, el debate de la ‘factura de la luz’ entró en la cabeza de los españoles para quitar, por algunos momentos, protagonismo al coronavirus. La borrasca Filomena tuvo la culpa de este primer susto. El 8 de enero de 2021, los telediarios llenos de imágenes de España bloqueada por la nieve. Aquel día el precio mayorista de la electricidad, ‘pool’, triplicaba la media de 2020 y marcaba el segundo precio más alto de la historia, después del 11 de 2002, con un precio de 94,99 euros megavatio hora.
Una vez pasó la borrasca, el mercado se estabilizó. Aunque se abrieron heridas que meses después iban a resentirse con mucha facilidad: los españoles se familiarizaron con los precios del ‘pool’, los políticos vendían sus estrategias energéticas a golpe de ‘tuit’ y España mostraba, de nuevo, una gran dependencia energética. “En el caso de España, la dependencia energética alcanzó en 2019 un 74,96%, es decir, importamos unas dos de cada tres partes de la energía que necesitamos para abastecernos. Según datos de la Comisión Europea, somos el cuarto país de la Unión Europea con mayor dependencia energética”, recuerda Begoña Casas, profesora de Economía y Empresa de la Universidad Europea.
El mes de enero se cerraba con un precio de mercado de 60,17 euros/MWh, por entonces escandaloso por culpa de Filomena, un hecho que se moderó en febrero con un desplome hasta los 28,49 euros/MWh. Un mes que se ha convertido en el único ‘valle’ del año. El trauma que había provocado la ola de frío a nivel mundial, principalmente en los grandes países asiáticos, y la recuperación de la actividad con el avance de la vacunación iban a marcar ‘el año en el que la luz no paró de escalar’.
“Cerramos un año 2021 que va a ser recordado por la convulsa escalada precios del gas y la electricidad”, explica Carlos Solé, socio responsable de Energía de KPMG . “La demanda global en el mercado internacional del gas natural fundamentalmente por el crecimiento del consumo en Asia y la recuperación económica tras la crisis del coronavirus, unido a que el incremento de la producción no ha seguido el mismo ritmo ha generado una tensión al alza en los precios del gas. Este incremento se ha trasladado al mercado eléctrico europeo generando precios en el entorno de los 200 €/MWh, fuera del rango de cualquier previsión”, añade.
El escenario es que el precio de la electricidad es casi ocho veces superior. El pasado 22 de diciembre el mercado registraba un nuevo récord en 379,49 euros/MWh frente a los 49,44 euros/MWh del mismo día de 2020. Un escenario que afecta a toda Europa pero, como recuerda la profesora Begoña Casas, "España es el quinto país con los precios más altos de la electricidad, tal y como señala Eurostat".
Un descontrol de precios del mercado que se ha reflejado en la factura final. El perfil de factura media de la luz que ha manejado el Ministerio para la Transición durante esta crisis se basa en un consumidor 'regulado' acogido a la Tarifa 2.0A, 2.0TD a partir de 1 de junio de 2021, con una potencia contratada de 3,8 kW y 2.300 kWh/año. Un tipo de factura que entre 2012 y 2020 ha tenido un coste mensual de media de 43 euros al mes, 47 euros si se ajusta al Índice de precios de consumo (IPC) actual. En concreto, la tarifa de 2018, la más cara de esos años, alcanza los 47,6 euros al mes. La media de 2021 hasta noviembre de esta factura, tras el paquete de medidas del Ejecutivo, es de 52 euros.
La culpa de este descontrol de precios se encuentra en el encuentro de muchos factores. "Básicamente las razones han sido el fuerte incremento de precios del gas en los mercados internacionales, junto con la revalorización de los derechos de emisión de CO2", comenta Pablo Dorronsoro, socio responsable del área de Energía de Pinsent Masons. "Al mantenerse la demanda fuerte y ser las centrales de ciclo combinado las que marcan precios, la internalización en éstas de las dos componentes citadas y el carácter marginalista del mercado de la energía ha determinado que el precio sea muy elevado", puntualiza Pablo Dorronsoro.
Cinco factores
Para la profesora de la Universidad Europea la crisis de los precios de la luz de 2021 se produce por cinco factores. El primero sería la ya citada dependencia energética de España. El segundo factor viene determinado por el precio del gas que no ha dejado de subir en 2021. "Si comparamos el 21 de diciembre de 2020 (18,73 euros) con el 21 diciembre de 2021 (154,76 euros), el precio del gas ha aumentado 8,26 veces en tan sólo un año. El gas se precisa para la producción eléctrica, con lo cual, a mayor coste de esta materia prima", explica Begoña Casa.
El tercero viene determinado también por las emisiones de CO2, que han pasado de 24,40 euros/tonelada en enero de 2020 a 80,99 en diciembre de 2021. Es decir, actualmente son 3,32 veces más caras, según SENDECO. "Las emisiones de CO2 funcionan en la práctica como un impuesto que se acaba trasladando al consumidor final. Por ello, el aumento del precio de las emisiones acaba incidiendo al alza en la factura de la luz", remarca.
El cuarto factor para la profesora es la parte de los impuestos de la factura de la luz. La factura eléctrica en España incluye diversos impuestos: el IVA del 21% que se ha rebajado temporalmente al 10%, el impuesto de generación eléctrica: 7% (actualmente se ha suprimido temporalmente) y el impuesto sobre la electricidad 5,1127% (se mantiene sin rebajas ni supresiones temporales).
Ello supone que la partida tributaria supone en condiciones generales un 33% del total de la factura de la luz y en las condiciones actuales de reducción temporal o supresión temporal de impuestos, un 15%. "Uno de los objetivos prioritarios, además de revisar a la baja o eliminar definitivamente alguno de estos impuestos redundantes, consistiría en racionalizar el recibo de la luz, para hacerlo comprensible por todos los ciudadanos y sacando del mismo partidas que pueden ser financiadas por otras vías, sin tener que trasladarlas al consumidor", propone Begoña Casas.
El último factor que señala es el cierre del gasoducto Magreb-Europa (GME) que suministraba gas a Marruecos y España el pasado mes de octubre debido al conflicto entre Marruecos y Argelia, ha contribuido a elevar el precio del gas y, por tanto, de la electricidad. Dicho gasoducto suministró en 2020, 6.000 millones de m3 de gas a España.
"Aunque se han aumentado las capacidades de suministro del segundo gasoducto Argelia-España (MEDGAZ), el cierre del primero, nos deja a España con un déficit de 4.000 millones de m3 de suministro de gas. La diferencia se está intentando cubrir mediante el transporte de gas por vía marítima mediante buques metaneros. Téngase en cuenta que, dado el aumento del precio de los fletes a escala mundial y el aumento del precio del propio combustible de los buques, esta situación está contribuyendo al aumento de los precios del gas hacia el cliente final y por tanto, de la electricidad en España", concluye la profesora.
La luz seguirá cara en 2022
El consenso de los expertos consultados es que 2022 se moderará la escalada, pero seguirá a precios fuera de lo normal. "Los analistas empiezan ya a decir que los precios se mantendrán muy elevados durante buena parte de 2022", afirma Pablo Dorronsoro.
"El análisis del mercado de futuros de la electricidad muestra que los precios elevados de electricidad se mantendrán al menos durante 2022. Este período podría extenderse más en el tiempo si no se adoptan medidas correctoras", comenta Begoña Casas. "El cambio de modelo energético –desde las energías fósiles cuyo consumo se irá reduciendo progresivamente para potenciar las energías renovables – supondrá que mientras las energías renovables no estén en condiciones de cubrir las necesidades energéticas actuales en sustitución de las energías fósiles, a falta de otras fuentes de energía durante el período transitorio, los precios de la electricidad seguirán al alza", añade.
"Las tendencia hacia una mayor volatilidad de los precios por la creciente penetración de renovables y las incertidumbres sobre el precio de las commodities (gas natural y precio del CO2 fundamentalmente) plantean la necesidad de revisar las estrategias de gestión de riesgos de los agentes vendedores y compradores en los mercados de energía", concluye Carlos Solé, socio responsable de Energía de KPMG.