El Banco de España (BdE) ha elevado cuatro décimas su previsión de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) este año, hasta el 2,3%, y ha dejado sin cambios la de 2025 (1,9%) y 2026 (1,7%). El cambio se debe, fundamentalmente, a las sorpresas positivas que ha arrojado el Instituto Nacional de Estadística, que avanzó un crecimiento en el primer trimestre del 0,7%, frente al 0,4% que estimaba el BdE, y revisó al alza los trimestres anteriores.
Este crecimiento se fundamenta sobre todo en las exportaciones de servicios, concretamente en las de servicios turísticos. "Estamos viendo que el dinamismo de la actividad turística española se mantiene muy elevada y va marcando nuevos máximos históricos, con un crecimiento intertrimestral del 19%", ha destacado Ángel Gavilán, director general de Economía y Estadística del Banco de España.
En contra juegan, de acuerdo con los supuestos técnicos más recientes, los precios del petróleo y los tipos de interés a corto plazo proyectados a futuro, que son ahora más elevados que los contemplados en marzo y, por tanto, acarrean unas condiciones menos favorables para el dinamismo de la actividad en los próximos trimestres.
En este sentido, las tasas de crecimiento del PIB que se proyectan para los próximos trimestres no son muy diferentes de las que se contemplaron en marzo (en torno al 0,5% intertrimestral), y se prevé que estas converjan paulatinamente hacia aquellas acordes con la capacidad de crecimiento potencial de la economía española (1,6%).
El Banco de España destaca que si bien el BCE decidió bajar sus tipos de interés de referencia en 25 puntos básicos en su reunión del 6 de junio, la trayectoria futura de los tipos de interés oficiales esperada por los mercados financieros se ha desplazado levemente al alza, debido, principalmente, a las sorpresas -también al alza- registradas en la evolución reciente de la inflación.
El Banco de España aumenta la inflación
El supervisor bancario espera que continúe la moderación de la inflación, pero, en comparación con el ejercicio de proyecciones de marzo, la tasa de inflación general en 2024 se revisa al alza en 0,3 puntos -hasta el 3%- y en 0,1 puntos en 2025 y en 2026 -hasta el 2% y el 1,8%, respectivamente-. Es decir, no bajará del 3% este año, como estaba previsto, ni del 2% en 2025.
La revisión al alza en 2024 se debe a las mayores contribuciones previstas del componente energético y de la inflación subyacente (en concreto, en los servicios), mientras que las de 2025 y 2026 se explican, sobre todo, por una senda de desaceleración de la inflación de los servicios ligeramente menos acusada que la contemplada en marzo -apenas se ha reducido en dos décimas desde comienzos de año-.
La resistencia a la baja de la inflación de los servicios mayor de la anticipada se habría debido, en gran medida, al inesperado dinamismo que la actividad turística ha mostrado recientemente, una parte del cual se mantendría de cara al futuro y supondría ciertas presiones inflacionistas adicionales.
El Banco de España recomienda "mucha cautela antes de dar por doblegado el actual episodio inflacionista. Especialmente, en un contexto de aumentos aún apreciables de la remuneración por asalariado, modestos avances de la productividad, claros indicios de tensionamiento en el mercado de trabajo y notable dinamismo de la actividad en los servicios".