La guerra interna en la patronal va subiendo de temperatura. La 'rebelión' del presidente de Cepyme, Gerardo Cuerva, se ha topado con el duro contraataque de un conjunto de altos mandos de la organización, que amenazan incluso con tomar el control del proceso electoral.
La deriva del pulso que el empresario granadino ha lanzado a CEOE apunta en dirección a los tribunales. Hasta la sede de Cepyme han llegado en los últimos días 15 cartas firmadas por miembros del Comité Ejecutivo. El texto, al que ha tenido acceso Vozpópuli, es idéntico y arremete con dureza contra Cuerva, por vulnerar lo que consideran una "grave vulneración" de los estatutos. A esas 15 misivas se suman otras dos, firmadas igualmente por representantes del comité, que instan -en tono mucho más dialogante- a explorar vías para resolver la crisis abierta en el seno de la patronal.
Para entender el cisma hay que recordar lo sucedido la pasada semana. La dirección de Cepyme denunció en público presiones del entorno de Antonio Garamendi para obstaculizar la renovación de Cuerva como presidente. Su mandato culmina el próximo 16 de marzo y aspira a la reelección, pese a la oposición del presidente de CEOE, de cuya estructura 'cuelga' Cepyme.
El pasado martes, Cuerva anunció al Comité Ejecutivo la modificacion del reglamento de la patronal para restringir la delegación de voto. El objetivo: esquivar las posibles presiones de CEOE en las elecciones y blindar los "principios democráticos" en la votación. El empresario recibió 15 votos en contra y 11 a favor de proponer la medida. Posteriormente, logró el aprobado de la Junta Directiva.
La iniciativa del empresario desató una tormenta en la patronal, cuyos efectos aún perduran. Uno de ellos es el envío de las mencionadas cartas, que podrían alcanzar la veintena, según fuentes empresariales. El contenido, adelantado por ABC, no ahorra en duros calificativos. Los firmantes denuncian los "lamentables hechos" acaecidos en las últimas reuniones del comité y de la junta, "en las que se cometieron una serie de graves irregularidades, tanto de forma como de fondo, que supusieron una grave transgresión de los Estatutos de Cepyme y que han dañado gravemente la confianza de los miembros en la organización y su imagen externa".
Los denunciantes aseguran que Cuerva vulneró los Estatutos, por trasladar a la Junta un texto que debe ser propuesto por el Comité. Por ello, exigen la "inmediata retirada" de la reforma planteada y el "inmediato inicio" del proceso electoral. Los empresarios aseguran que conforman "la mayoría del Comité Ejecutivo" y se reservan "las correspondientes acciones legales en tutela de los derechos de los miembros de Cepyme".
Severa advertencia por carta
La carta concluye con un severo aviso: los firmantes pondrán en marcha los "trámites precisos" para el inicio del proceso electoral, y rechazarán cualquier "acto ni propuesta de acuerdo que se proponga desde la presidencia" y que sean ajenos a los comicios. El aviso es claro: tomarán el control del proceso electoral, si Cuerva se mantiene firme y convoca los comicios sin dar marcha atrás.
Las advertencias son rechazadas con igual dureza en el entorno del presidente de Cepyme. "No podemos aceptar que nuestra organización no se rija por principios democráticos. Es inconcebible", aseveran fuentes de la patronal. Y añaden; "en pleno siglo XXI, en la Europa democrática, quieren votar como con Franco".
La dirección de Cepyme insiste en que las organizaciones empresariales "se deben regir por principios democráticos, tal y como dicta el artículo 7 de la Constitución". "Quienes defiendan otra cosa y lo hacen públicamente, como lo están haciendo, deben dar muchas explicaciones", aseguran. Por esta razón, y conscientes de la polvareda que levantaría el cambio del Reglamento, se han armado con informes jurídicos. Con ellos se defenderán en el caso de que los firmantes de la carta acaben acudiendo a los tribunales.
Quienes censuran la maniobra de Cuerva aseguran que las reglas del juego no pueden cambiarse justo antes del partido, en referencia a la delegación del voto y la inminente celebración de las elecciones. En este sentido, recuerdan que el actual presidente ha tenido seis años para potenciar esos principios democráticos en la organización. Se quejan, igualmente, de que Cuerva decidió corregir las deficiencias del Reglamento cuando Garamendi le retiró la confianza.
En Cepyme, sin embargo, aseguran que el Comité Ejecutivo es un órgano colegiado del presidente y no tiene competencias para cambiar las normas internas. Por eso, "deben aceptar que la Junta Directiva ha apoyado mayoritariamente votar de forma libre y secreta". La guerra patronal sigue vive y ninguna de las partes es capaz de pronosticar con claridad hacia dónde derivará.