La semana que viene se cumplirá un año desde que Pedro Sánchez ofreció Radar Covid a las comunidades autónomas. Desde su puesta en marcha, la gestión de la app española para rastrear contactos ha sembrado más dudas que certezas. La falta de transparencia que rodeó al proyecto, los problemas con el reparto de códigos y su poco uso han ensombrecido una aplicación que nació para complementar el trabajo de los rastreadores manuales. Desde el Ejecutivo defienden que la herramienta ha sido un "apoyo fundamental".
Las apps de rastreo se popularizaron en Europa en la primavera del año pasado. Siguiendo el ejemplo de los países asiáticos, surgió la necesidad de complementar el trabajo de los rastreadores. En España, el departamento responsable de impulsar la aplicación fue la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial (Sedia), dependiente del Ministerio de Asuntos Económicos. De hecho, al principio, hubo un conflicto de competencias entre este departamento y el de Sanidad y un cambio de criterio técnico.
La herramienta española estuvo lista en agosto, varias semanas más tarde que la italiana o la alemana. La aplicación, desarrollada por Indra, se probó con éxito en La Gomera en julio. Para Radar Covid se optó por el sistema de Google y Apple basado en el bluetooth. Gracias a esta tecnología, los usuarios contagiados pueden alertar a sus contactos estrechos. Todo de forma anónima, sin nombres ni ubicaciones. Para ello, el contagiado tiene que introducir en la app un código de 12 dígitos que le debe facilitar la autoridad sanitaria de su CCAA.
Lío con el reparto de códigos
El propio presidente defendió los buenos resultados del simulacro canario y emplazó a las CCAA a que integraran Radar Covid en sus sistemas de salud. La tecnología funcionaba, pero no servía de nada si no se acoplaba a cada región. Andalucía y Cantabria, por ejemplo, tardaron pocos días en ponerla en marcha. Cataluña, la última en sumarse, completó su conexión el 27 de octubre. Una tarea fundamental de las comunidades fue la de decidir cómo repartían los códigos de 12 dígitos.
No se estableció un criterio único; cada región lo hizo, y lo sigue haciendo, a su manera. Hasta el 18 de julio, la última vez que Radar Covid actualizó sus estadísticas, el Gobierno ha entregado un total de 1,1 millones de códigos. "A partir de ahí, cada comunidad autónoma, en función de sus procedimientos, hace entrega de los mismos a los casos confirmados, que de manera voluntaria deben introducirlo en la app", explican fuentes de la Sedia.
Para el reparto de códigos, un paso fundamental, no se estableció un criterio único; cada región lo hizo, y lo sigue haciendo, a su manera
Casi un año después, algunas comunidades aún no han completado el proceso de adhesión. Al menos, no del todo. Tal y como reveló Vozpópuli, al menos hasta el 15 de julio, siete regiones todavía no han firmado un convenio de adhesión a la app y siguen funcionando a través del Acuerdo marco temporal. O lo que es lo mismo, en fase de pruebas. Se trata de País Vasco, Navarra, Canarias, Andalucía, Extremadura, Cataluña y Cantabria.
¿Es útil o no lo es? La pregunta del millón
El reparto adecuado de códigos, por tanto, es uno de los pilares para que Radar Covid sea eficaz. Su éxito también depende del volumen de descargas. El año pasado, la Sedia defendía que ocho millones de descargas (un 20% de adopción) podía reducir el impacto de la pandemia en un 30%.
La Universidad de Oxford calculó que la adopción de estas apps debía rondar entre el 50 y un 60% para que fueran eficaces. En cualquier caso, hasta el 18 de julio, Radar Covid se ha descargado más de 7,5 millones de veces (un 18% de adopción). El dato aparece en el apartado de estadísticas de la app y roza el objetivo que marcó la Sedia.
Hay que tener en cuenta que ese número de descargas no significa que 7,5 millones de españoles se hayan descargado la aplicación. Puede haber personas que se la hayan bajado más de una vez, otras que la hayan eliminado o que nunca la han utilizado.
La consultora Pickaso, sin embargo, calcula que Radar Covid acumula 6,7 millones de descargas. De ellas, 5,6 millones fueron en dispositivos Android y poco más de un millón, en iOS (Apple) Unas cifras bastantes más bajas que las de Alemania (24,5 millones de descargas), Francia (16,8 millones), Inglaterra (16 millones) e Italia (10,3 millones). En todos estos países, eso sí, vive más población que en España. Aunque Radar Covid mantiene el tipo desde enero: su número de descargas ha crecido prácticamente al mismo ritmo que el de las apps vecinas.
Solo llama la atención el volumen de descargas de TousAntiCovid, la plataforma francesa, que ha crecido un 80% desde principios de año. Francia también ha atravesado sus problemas. Hasta octubre utilizaron StopCovid, una primera app que se limitaba a rastrear los contactos con poco éxito. La nueva aplicación permite, además, guardar el pasaporte sanitario y ofrece datos sobre la evolución de la pandemia.
Queda responder a la pregunta del millón: ¿Radar Covid está siendo útil? En sus primeras semanas de vida, la plataforma no ofrecía el número total de positivos registrados en la app. Gracias a un bot creado por el joven ingeniero Pedro José Pereira Vieito conocimos una cifra aproximada: A finales de septiembre, sólo el 1% de los contagios registrados en España se reportaba en Radar Covid.
Radar Covid sólo ha registrado el 1,7% de los positivos notificados en España desde la puesta en marcha de la 'app'
Desde hace meses, la Sedia publica datos oficiales. En concreto, se han declarado en Radar Covid 69.154 positivos desde el 19 de agosto de 2020. Desde ese día hasta el domingo 18 de julio se han notificado, al menos, 4.031.068 contagios, según los datos de Sanidad. Esto significa que solo el 1,7% de positivos se han registrado en Radar Covid desde su puesta en marcha.
Por comunidades autónomas, Asturias, País Vasco, Galicia, Castilla y León y Madrid son las regiones que más códigos han introducido en la app por número de casos confirmados. En cifras absolutas, Madrid lidera el ranking, con 24.855 códigos activados. Donde menos éxito ha tenido la herramienta ha sido en Ceuta (0 códigos) y Melilla (3 códigos), la Comunidad Valenciana (266 códigos) y Extremadura (71 códigos).
Las mismas fuentes de la Sedia consideran que la herramienta ha sido un “apoyo fundamental” para el rastreo manual. "Mientras exista peligro de transmisión comunitaria, sin duda alguna Radar Covid seguirá siendo una herramienta vital para contribuir a la detección y aislamiento de posibles contactos estrechos", añaden.
Un proyecto opaco
A la Sedia también se le ha criticado por su falta de transparencia con Radar Covid. Principalmente, por la opacidad que existía en torno al proyecto en los primeros meses. En total, el Ejecutivo se ha gastado 3,5 millones de euros en su desarrollo, promoción y mantenimiento. El simulacro se adjudicó a Indra por 330.000 euros a través de un contrato tramitado de emergencia y sin publicidad.
Después, en diciembre, se volvió a recurrir a la misma empresa para el mantenimiento, el soporte, y la evolución de Radar Covid. Este contrato, al igual que el anterior, se adjudicó de emergencia y sin publicidad, pero por 1,7 millones. También hay que sumar otra licitación de 1,5 millones para una campaña de promoción el uso de la aplicación.
La otra polémica se produjo durante los primeros días de vida de Radar Covid, a finales de agosto y principios de septiembre. El Gobierno no liberó el código de la aplicación hasta el 9 de septiembre. Esta decisión impidió que otros programadores independientes indagasen antes en el desarrollo de Radar Covid y propusieran mejoras. Por otro lado, también se criticó la falta de transparencia con las estadísticas. La Sedia no ofrecía públicamente el dato de positivos reportados a la plataforma. Este problema lleva meses resuelto. Tanto la aplicación como la web de Radar Covid ofrecen datos sobre el número de descargas, los códigos solicitados por las CCAA y los códigos introducidos en la aplicación.