La recaudación fiscal del Estado se ha recuperado considerablemente en el primer cuatrimestre del año, a pesar de que algunas empresas -sobre todo pymes- siguen teniendo problemas de liquidez que les ha llevado a aplazar el pago de impuestos en abril por valor de 289 millones de euros.
En los cuatro primeros meses del año, las arcas de la Agencia Tributaria han ingresado 27.249 millones de euros, mucho más de lo que recaudaron en el mismo periodo del año anterior por la repercusión que tuvo la pandemia de la covid-19 en la economía, pero también más de lo que ingresaron entre enero y abril de 2019. En concreto, 2.900 millones de euros más que entonces, según recoge el último informe de recaudación.
El buen comportamiento de la recaudación fiscal se debió principalmente a la incipiente recuperación económica y al esfuerzo de las empresas por abonar pagos que tenían pendientes del año anterior -derivado de aplazamientos tributarios aprobados en 2020 para aliviar sus problemas de liquidez-.
Sin embargo, también ha habido compañías, sobre todo pequeñas y medianas, que han sido incapaces en estos primeros cuatro meses del año de asumir sus compromisos con Hacienda y han aprovechado la moratoria fiscal prorrogada este año para aplazar el pago de 289 millones de euros en tributos.
Fuentes de la Agencia Tributaria precisan a Vozpópuli que esta cuantía es muy inferior, no obstante, a los aplazamientos que se solicitaron el año pasado en un periodo similar (de enero a mayo en el caso de 2020), equivalente a unos 2.600 millones de euros. De lo que se deduce que las necesidades de liquidez de las compañías han bajado a una novena parte en comparación con el peor momento de la pandemia.
Pese a la mejora, las pymes son las que están sufriendo comparativamente más los efectos económicos de la covid-19, tal y como se ha confirmado en un reciente estudio del Banco de España, que muestra que "la facturación y el empleo efectivo (teniendo en cuenta los ERTEs) cayeron más en las empresas pequeñas, incluso una vez que se tiene en cuenta el distinto impacto de la crisis por sectores de actividad".
La facturación de las pymes se hunde
De hecho, la facturación de las empresas grandes ha subido (un 2,2% la de las compañías con entre 50 y 250 empleados, y un 4,4% la de las firmas de más de 250 trabajadores), mientras que la de las pymes ha caído (-1,3% en empresas de menos de 10 empleados y -0,7% en las de entre 10 y 49 trabajadores).
La fuerte caída de sus ingresos ha elevado sus necesidades de liquidez, ya que además los colchones de liquidez que habían acumulado antes de la crisis eran insuficientes para cubrir la magnitud de la perturbación, explica el supervisor.
"Estos aplazamientos evidencian que hay un problema de liquidez como consecuencia de la pandemia, con lo que las empresas están haciendo uso de la medida que se aprobó con el covid de que aquellas con menos de 6 millones de facturación podían solicitar un aplazamiento temporal sin intereses de sus obligaciones tributarias", señala a este medio Gregorio Izquierdo, director del Instituto de Estudios Económicos.
Alfredo Bonet, secretario general del Círculo de Empresarios, apunta que "el parón de la actividad económica que ha producido la pandemia en el último año ha generado un grave problema de liquidez en los sectores más afectados. Las líneas del ICO han permitido a muchas empresas suavizar esas tensiones de liquidez, pero la prolongación de los contagios en los primeros meses de este año volvió a agravar un problema que solo se resolverá cuando termine el proceso de vacunación y regresemos a la normalidad".
"En estas difíciles circunstancias, las empresas y autónomos utilizan todos los recursos disponibles para preservar su liquidez y resistir hasta ese momento, y el aplazamiento de las deudas tributarias con las distintas Administraciones es un instrumento legítimo al que recurrir. Su esperanza es que a partir del verano puedan recuperar sus ingresos y hacer frente a las deudas contraídas tanto de carácter tributario como de préstamos de liquidez", añade.
Las novedades fiscales apenas aportan a la recaudación
El primer cuatrimestre del año ha servido para comprobar el rendimiento de las medidas fiscales aprobadas en los Presupuestos Generales del Estado de 2021, que solamente han aportado una recaudación adicional de 208 millones de euros, cifra lejana a la que debería corresponder a un cuatrimestre según las previsiones del Gobierno.
En el Plan Presupuestario 2021, el Ejecutivo estimó que la recaudación aumentaría en unos 1.400 millones de euros en este ejercicio por las nuevas medidas tributarias, con lo que el incremento para los primeros cuatro meses del año debería rondar los 350 millones de euros.
En lo que va de año, la subida del tipo en la base general del IRPF para rentas de más de 300.000 euros ha generado un incremento de recaudación de 37 millones de euros; la modificación de la exención al 95% a plusvalías y dividendos para empresas ha aportado 4 millones; la subida de tipo en el IVA para las bebidas azucaradas y edulcoradas ha contribuido con 34 millones de euros; y la subida del tipo el Impuesto sobre las Primas de Seguro ha supuesto 133 millones de euros.
La Agencia Tributaria admite que la modificación de la exención de dividendos ha tenido un impacto "pequeño, debido principalmente a que las empresas y grupos implicados han ingresado en su mayoría el pago mínimo que no está afectada directamente por la medida", pero creen que "esto no supone que la medida no vaya a tener el efecto esperado" en el futuro. "El impacto pleno lo tendrá cuando se presente la cuota anual del ejercicio", matizan.