Repsol se propuso el pasado 3 de septiembre recomprar el 1,45% de su accionariado, 23,6 millones de acciones, antes del 18 de diciembre y sin gastarse más de 227,2 millones de euros. Un objetivo que ha conseguido en menos de tres semanas y muy lejos del tope que se había marcado en esta inversión. Un hecho que viene favorecido porque el precio de la acción de la petrolera sigue perdiendo valor en cada jornada de 2020.
Las primeras acciones que compró Repsol en este programa se situaban en 6,46 euros y su última compra de este pasado miércoles se realizo por un precio que ronda los 6,04 euros, un 5% menos en sólo tres semanas. La media del precio pagado ronda los 6,5 euros, por lo tanto, la inversión total en este programa de recompras, sin que la petrolera ofrezca una cifra oficial, rondaría los 153 millones de euros.
Es decir, la compañía se 'ha beneficiado' por este lado de la mala tendencia bursátil en este año negro marcado por el coronavirus. La intención de la empresa que preside Antonio Brufau con este programa es retirar acciones del mercado después de haber pagado el dividendo a sus accionistas. Esto viene por la fórmula de retribución que tiene, conocida como 'scrip dividend', por la cual amplía capital y compensa a sus accionistas con acciones en vez de efectivo. Después vuelve a recomprar acciones para que ese proceso no erosione el valor.
La intención de estas recompras de acciones es claro. “El Programa de Recompra se ejecuta con la finalidad de reducir el capital social de Repsol mediante amortización de acciones propias. Al mismo tiempo, la finalidad de tal reducción de capital es ayudar a la retribución del accionista mediante el incremento del beneficio por acción”, explicó la petrolera en su comunicado a la CNMV. Un proceso para el pago del dividendo que tampoco ha logrado animar su cotización.
Un año sin buenas noticias
Este proceso que ha realizado Repsol, en un corto período y con una inversión muy por debajo del máximo, se produce en un año de desplome del valor de su acción y de sus resultados. Todo ello marcado por el impacto del coronavirus en su negocio. La cotización de la compañía vale ahora un 55% menos de lo que finalizaba 2019, llegando a perder hasta un 15% en sólo una jornada cuando España vivía sus primeros días de estado de alarma.
En sus cuentas ha quedado patente que la empresa sufre un doble impacto: la covid-19 en el consumo de las gasolineras y una sobreproducción petrolera que ha llevado al 'oro negro' a cotizar en negativo en alguna jornada de 20202. Con todo ello, entre enero y junio, Repsol perdió 2.484 millones de euros en el primer semestre tras anunciar deterioros de 2.673 millones en la valoración de sus inventarios y por la revisión en su hipótesis de precios futuros del crudo y del gas y el ajuste del valor de sus activos de 'Upstream' (Exploración y Producción).
Aunque en todo este ambiente de negatividad los analistas que sigue a Repsol jornada tras jornada piensan que esto sólo es efecto de un "escenario adverso en 2020". "Creemos que la solidez del balance de Repsol es un factor diferenciador respecto a otras ocasiones en las que ha tenido que lidiar con bajos precios del petróleo o situaciones críticas", detallaba tras sus resultados semestrales Álvaro Navarro, analista de Mirabaud.
A finales de julio, después de conocer las cuentas del semestre de Repsol, este analista recomendaba "comprar" las acciones de la compañía. El analista del banco suizo estimaba por entonces que las acciones de Repsol deberían valer 12 euros, un 58% más de lo que cotizaba en julio y un 103% de su valor actual. Unas cuotas que, en estos momentos, parecen muy lejos.