Economía

De Orcel a Aboukhair: el gafe de Botín con sus consejeros delegados

En Boadilla los cambios e infortunios no han cesado desde que se anunció a bombo y platillo el nombramiento del banquero italiano

  • La presidenta del Grupo Santander, Ana Botín. -

Ocurre una cosa muy curiosa en los despachos nobles del Banco Santander. Los hombres que se acercan al poder del banco de la llama roja terminan gafados. Y es que en Boadilla los cambios e infortunios no han cesado desde aquel 25 de septiembre de 2018, cuando se anunció de forma sorpresiva el cese de José Antonio Álvarez como consejero delegado, siendo sustituido por Andrea Orcel.

Las alegrías duraron poco porque tres meses después, el 15 de enero de 2019, en hecho relevante remitido a la CNMV, el Santander anunció que la comisión de nombramiento y retribución decidió dejar sin efecto el fichaje del banquero italiano. Un comunicado que pesará para siempre como una losa en la reputación de la hija de Emilio Botín.

Sin duda alguna será una de las manchas más importantes en su expediente como presidenta del banco más importante de España. Aquel otoño del 18 sirvió a Ana Botín como lección de vida. Es consciente de que en su puesto se le permite errar en el tiro una sola vez y por eso, Álvarez sigue siendo el número dos.

El consejero delegado de Banco Santander está de salida de la entidad desde aquella fecha. Es evidente. El problema está en que no es tan fácil encontrar un sustituto. Existe un gran problema: el sueldo. Andrea Orcel puso un techo en la banda salarial que será muy difícil de romper sin hacer el ridículo.

El BCE tiene la escopeta cargada para disparar a cualquier candidato que no sea de su agrado.

Ya sólo por eso es muy complicado conseguir traerse a un gran banquero de Europa, mucho menos de Estados Unidos a las filas del banco. La promoción interna es una opción, pero el Banco Central Europeo tiene la escopeta cargada para disparar a cualquier candidato que no sea de su agrado.

El supervisor presidido por Christine Lagarde quiere terminar ya con las presidencias ejecutivas de la banca española. Esas en las que los 'botines' o los 'torres' siguen teniendo más poder que el primer ejecutivo de la entidad.

Álvarez está entre la espada y la pared. Las fuentes consultadas aseguran que su dimisión está cerca, que puede ser cuestión de meses. Pero no se hará efectiva hasta que Botín no haya encontrado a su digno sucesor. Una tarea que no será sencilla. El 'soldado' Álvarez ha estado ahí para 'comerse muchos marrones' que han llegado cuando él ya no debería estar ahí. El covid, el juicio contra Orcel o la propia digestión del Popular.

Santander España

En este último caso entra en juego otro de los hombres con el 'gafe Botín'. Rami Aboukhair fue el encargado de integrar el mastodonte Banco Popular en la para nada ligera estructura del Banco Santander. El banquero mestizo, de madre malagueña y padre sirio, siempre ha sentido el apoyo de su jefa.

Les une una larga trayectoria profesional que comenzó en Banesto y se afianzó en UK. Quizás, el haber estado en todos estos momento ha servido para que la presidenta haya pasado por alto grandes fallos en la gestión de España, como la supresión de la principal ventaja de la Cuenta 123 o la estrategia comercial en fondos de inversión en 2018, que les hizo perder más de 1.000 millones de euros en reembolsos.

A pesar de todo, Botín siempre se ha encargado de alabar el "buen trabajo" que ha hecho el banquero en España y no dudó en 'ascenderlo' a Europa para que fuera él el que dirigiese la estrategia para toda Europa en banca de particulares.

Rami Aboukhair dejó el Santander en diciembre de 2021 para emprender proyectos personales. Decidió dar un cambio de aires a su carrera y sorpresivamente fichó por la empresa García Carrión. Su flirteo vinícola duró poco, tres meses. Dejó el puesto de consejero delegado el pasado 19 de abril porque no se le estaba permitiendo cumplir con sus funciones. Tal y como detalla el diario Expansión,  "su salida se produjo sin previo aviso" y "apenas dos meses después de su contratación".

A pocos le encajaba su perfil financiero y "pijo" con la forma de trabajar y hacer de una empresa tan familiar como García Carrión

Los que conocen al banquero no se han mostrado sorprendidos por su decisión. A pocos le encajaba su perfil financiero y "pijo" con la forma de trabaja y hacer de una empresa tan familiar como García Carrión. Las fuentes consultadas lo comparan con el agua y el aceite, lo definen como la crónica de una muerte anunciada, un final esperado.

Algunos ven cierto paralelismo con el 'affaire' de su antigua casa con el banquero italiano. Quizás él también es uno de ellos, porque es cuanto menos curioso que Aboukhair haya fichado al abogado de Orcel para defenderse de los García Carrión.

Al final la experiencia es un grado y de eso el Santander sabe mucho. Y es que no hace falta recordar que el mayor gafe no son los 51 millones que tendrá que pagar el banco al nuevo consejero delegado de UniCredit, sino los 54.000 millones de euros que se han pedido en Bolsa desde la llegada a la presidencia de Ana Botín.

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