Las cenas y comidas de Navidad regresan tras tres años sin poder celebrarse. La pandemia impidió que los empleados de las empresas y grupos de amigos se juntasen para celebrar las fiestas, mientras que el pasado año, aquellos que retrasaron las cenas hasta el último momento, se toparon con ómicron y su rápida capacidad de infección.
Ahora, el enemigo ha dejado de ser, a priori, el covid para dar paso a un escollo más perceptible para el ojo del ciudadano: la inflación. Un problema que, tras consultar con varios restaurantes, no ha resultado ser un problema para el sector de cara a la Navidad, debido a que la crisis energética no ha reducido el número de reservas. Realmente, según cuentan, el efecto es el contrario: las expectativas son muy buenas pese al aumento de los precios.
Según cuentan a Vozpópuli varias voces del sector, las reservas han superado a estas alturas las de 2019, algo que en algunos casos ya se vivió el pasado año aunque terminaran en cancelaciones. Desde la hostelería han observado que las reservas se están realizando antes: mientras el grueso llegaba en noviembre, muchas mesas ya tienen inquilinos desde septiembre.
Esto hace pensar a los propietarios de los locales consultados que llegará una avalancha de comensales a sus restaurantes por Navidad. Pese al aluvión de clientes, el miedo a la inflación persiste, ya que exige a los propietarios a tomar un camino de los dos disponibles: subir los precios o asumir el coste de la inflación. Los hosteleros consultados por Vozpópuli se decantarán por la segunda opción para no enfadar a su clientela.
Estos son los hosteleros que han permitido que los precios de los bares y restaurantes haya subido la mitad que el IPC: Hostelería de España muestra con satisfacción que de media, los precios han subido un 5,1% mientras pagan, de media, las facturas un 10,5% más caras que antes.
Las cifras dan pánico: los precios de los alimentos y de las bebidas no alcohólicas aumentaron 6 décimas en septiembre y ya se sitúan un 14,4% respecto al año 2021. Pero lo que más miedo da a los hosteleros es la escalada del precio de la energía, que ya es un 22,4% más cara que el pasado año y promete, especialmente en el caso del gas, aumentar de manera significativa a lo largo de los meses de frío.
Este efecto ya lo contamos en Vozpópuli. "La luz ha pasado de costar 3.480 a 9.330 euros", relataba con indignación un hostelero a este diario que también ha optado por mantener sus precios y soportar la sacudida que le ha dado la inflación a su negocio. Es por este motivo que el sector ya ha pedido medidas, como la reducción temporal del IVA en la hostelería o el mantenimiento del IVA reducido que actualmente está vigente.
Además, solicitan la bajada de los impuestos especiales de los productos que tienen un "mayor peso en la hostelería" como es la cerveza. Según Competur, la alianza que agrupa a la hostelería, los productores de cerveza y la hotelería en representación del sector turístico, esta bebida alcohólica supone entre un 25% y un 40% de los ingresos del sector. Chocan así de manera frontal con la petición que hizo Bruselas al Gobierno la pasada primavera: planteaban una subida de los impuestos especiales a las bebidas alcohólicas.
Pese al incremento del precio de los alimentos y de la energía, los hosteleros se muestran optimistas de cara a la temporada navideña y esperan 'llenos' en prácticamente todos los fines de semana del mes de diciembre. Por lo que se ve, las ganas de celebrar una Navidad como las de antes está teniendo, de momento, un peso mayor que la crisis energética que asola Europa en estos momentos.