Desde Silicon Valley hasta el Vaticano; cada vez son más los que quieren formar parte del ecosistema startup. Hasta la Santa Sede ha lanzado un “llamado”, la aceleradora Laudato Sí (bendito sea), para alentar a las startups a orientar sus avances hacia “los desafíos más audaces de la humanidad”. Este año, el reto apunta al cambio climático y a la migración involuntaria; y ya tiene varios proyectos en marcha.
“Estamos apoyando activamente la justicia social al encontrar, financiar e incubar empresas que están solucionando los problemas más grandes del mundo”, señala la nueva apuesta del Vaticano en su página web.
La aceleradora inspirada por el papa Francisco ha seleccionado ya varias startups y las ha presentado en el demo day (día de presentación) celebrado el pasado 4 de diciembre. Los nueve elegidos a completar el proceso de aceleración de ocho semana en Roma han sido seleccionados para abordar el desplazamiento forzado y la alteración climática.
“Estamos apoyando activamente la justicia social al encontrar, financiar e incubar empresas que están solucionando los problemas más grandes del mundo”
Entre los seleccionados están: Rice Products, dedicada al desarrollo de productos de harina a partir de desechos; Aqua, destinada a la gestión de agua potable; INNOV8TIA, especializada en la transformación lodo tóxico en energía y agua; Mandulis Energy, enfocada en comprar desechos agrícolas y los transformarlos en combustible de cocina limpio; Nokero, una luz solar alternativa al queroseno; Papr, vinculada a las soluciones de flujo de trabajo sin papel; Protrash, que paga a los miembros de la comunidad por los reciclables con tarjetas de efectivo para alimentos, medicinas u otras necesidades básicas; Scooterino, una plataforma europea de moto compartida; y Smart Yields, destinada a la búsqueda de soluciones para los agricultores.
La aceleración
Aunque lleva el sello del Vaticano y ha sido impulsado por el cardenal Peter Turkson, detrás de la aceleradora está un conjunto empresarial norteamericano financiado por fondos de capital riesgo internacionales. En concreto, la aceleradora es una creación de Stephen Forte, director general de Fresco Capital, y Eric Harr de Imagine Ventures. Y son ellos (y el resto de inversores) los que ponen el dinero para los proyectos.
Laudato Sí ofrece -a cambio de una participación en las ganancias de entre el 6% y el 8%- una financiación inicial de unos 100.000 dólares (unos 85.000 euros). Y además del aporte económico, la aceleradora incluye asesorías durante ocho semanas.
En su proceso de búsqueda, Laudato Sí ha marcado siete áreas prioritarias de actuación: la energía, la alimentación, la industria y las finanzas, la conservación, el agua, el potencial humano y las soluciones urbanas. Desde el Vaticano esperan que con esta nueva iniciativa, las startups propongan “nuevos modelos industriales que reduzcan las emisiones y ayuden las comunidades desfavorecidas”.
No es la primera vez que la Santa Sede se dirige a las empresas tecnológicas. A principios de año, el papa Francisco en una charla TED aseguraba que sería "maravilloso si el aumento de las innovaciones científicas y tecnológicas correspondiese también con una mayor equidad e inclusión social".
