El puesto de vicepresidente del BCE, al que optan el ministro de Economía, Luis de Guindos, y el gobernador del banco central irlandés, Philip Lane, está dotado con un salario base bruto de 334.080 euros, al que se suman complementos por representación, residencia, educación o hijos, en función de las circunstancias personales de quien ocupe el cargo.
Según el último informe de cuentas anuales publicado por el Banco Central Europeo (BCE), referente al ejercicio de 2016, el vicepresidente es el segundo directivo mejor remunerado de la entidad, solo por detrás del presidente, que dispone de un salario base de 389.760 euros.
Los otros cuatro miembros del Comité Ejecutivo -el órgano que se encarga de la gestión del banco y pone en práctica las decisiones del Consejo de Gobierno, que incluye a los gobernadores de los bancos centrales nacionales- percibieron ese año un salario base de 277.896 euros.
Todos los miembros del Comité Ejecutivo tienen derecho a complementos salariales por representación y residencia, salvo el presidente, que dispone de una vivienda oficial propiedad del banco. Los salarios están sujetos a tributación, pero pueden beneficiarse de deducciones por aportaciones al plan de pensiones y a los seguros médicos y de accidentes, mientras que los complementos salariales están exentos del pago de impuestos y no computan a efectos de jubilación.
El vicepresidente dispone de vehículo oficial, un consejero y dos asistentes, al igual que el resto de miembros del Comité Ejecutivo, y puede recurrir al resto del personal del BCE para ejercer sus competencias.
Respecto a las funciones atribuidas a este puesto, el vicepresidente ejerce las del presidente en su ausencia y comparece junto a él en las conferencias de prensa posteriores a las reuniones sobre política monetaria del Consejo de Gobierno. Aunque el presidente, actualmente Mario Draghi, es quien lleva la voz cantante en las comparecencias ante los medios, el vicepresidente interviene también en ocasiones para aclarar alguna cuestión.
Los asuntos de los que se ocupa no están preestablecidos y los decide el Comité Ejecutivo, teniendo en cuenta el perfil de quien desempeñe la vicepresidencia. En enero de 2016 se modificaron por última vez las funciones asignadas al vicepresidente, que desde entonces es responsable de las políticas de estabilidad financiera, las llamadas macroprudenciales y las de investigación.
Como tal, se encarga de supervisar las políticas destinadas a impedir una acumulación excesiva de riesgos, mejorar la capacidad de resistencia del sector financiero, limitar los efectos de contagio y promover una visión general del sistema en materia de regulación financiera.
El mandato del vicepresidente, al igual que el de todos los miembros del Comité Ejecutivo -nombrados por el Consejo Europeo por mayoría cualificada- tiene una duración de ocho años no renovables. Excepcionalmente, los mandatos de los miembros del primer Comité Ejecutivo del banco en 1998 tuvieron diferentes duraciones a fin de que su renovación no coincidiera en un mismo año.
El mandato del portugués Vitor Constancio como vicepresidente expira el 31 de mayo, mientras que el de Draghi lo hará el 31 de octubre de 2019. Otros dos miembros del órgano directivo, el belga Peter Praet y el francés Benoît Couré, deberán ser sustituidos también en mayo y diciembre del próximo año, respectivamente.