La morosidad de la banca está controlada, pero existe un riesgo latente en medio de una crisis de precios e incertidumbre económica. CaixaBank y Sabadell han engordado hasta 45.000 millones de euros la bolsa que suman entre ambos bancos de crédito en vigilancia especial. No son préstamos fallidos, pero se considera que el riesgo de entrar en impago ha crecido significativamente en los últimos meses.
En ambos casos, la exposición a este tipo de créditos ha crecido más de un 3% entre el tercer y el cuatro trimestre de 2022, los últimos datos disponibles. Esta evolución trimestral es un indicador más fiable del deterioro de este tipo de carteras, según fuentes financieras, que apuntan a que parte de los préstamos en vigilancia podrían aflorar como mora en la primera mitad del año.
CaixaBank tiene 30.616 millones clasificados en la categoría de stage 2 o fase 2, como se conoce en el argot financiero a los créditos bajo vigilancia especial. Supone casi 1.000 millones más respecto a septiembre, aunque casi 2.800 menos que un año antes. En el caso de Sabadell, el aumento es tanto intertrimestral como interanual.
El banco presidido por Josep Oliu declara una exposición de 14.337 millones en préstamos bajo vigilancia especial, un 3,8% respecto al tercer trimestre y un crecimiento del 11% frente a un año antes. De este modo, los créditos en stage 2 han pasado de tener un peso del 7,6% al 8,4% del total de la cartera.
Existen señales de riesgo latente, lo que pone de relieve la necesidad de un enfoque prudente en la gestión de riesgos y la dotación de provisiones"Andrea Enria, jefe de supervisión del BCE.
Santander y BBVA, sin embargo, han contenido su exposición a los créditos bajo vigilancia especial por su riesgo de mora. El grupo liderado por Ana Botín tiene 69.100 millones bajo esta categoría, 900 menos que en septiembre y un importe 1.700 millones inferior al del cierre de 2021. Santander, que no desglosa este tipo de préstamos por países, tiene bajo la categoría de stage 2 el 6,2% del crédito.
BBVA, por su parte, declara una exposición de 37.277 millones en el grupo, el 8,8%. Se trata de una reducción del 2,9% frente al tercer trimestre y del 5% frente al cierre de 2021.
"Existen algunas señales de riesgo latente, lo que pone de relieve la necesidad de adoptar un enfoque prudente en la gestión de riesgos y la dotación de provisiones. Aunque las cifras globales de exposiciones dudosas han seguido mejorando, los préstamos dudosos ya han comenzado a aumentar en carteras específicas, como la de crédito al consumo. La dinámica de los préstamos con dificultades (préstamos en fase 2), cuya ratio media aumentó ligeramente en 2022, deberá vigilarse de cerca", advirtió ayer Andrea Enria, jefe de supervisión del Banco Central Europeo (BCE), sobre el sector financiero europeo en su conjunto.
Presión del BCE para detectar la mora
El supervisor único concentrará sus esfuerzos en este tipo de préstamos, que podrían empezar a aflorar antes de la mitad de año, según fuentes financieras. "El BCE quiere garantizarse que estén bien identificados y si cuentan con las provisiones adecuadas", señalan las fuentes.
La inyección de ingresos por las subidas de tipos, que el BCE acaba de llevar al 3%, puede tener un efecto secundario: más morosidad. De momento, las cuatro grandes entidades tienen controlada la tasa de impagos, con una media ligeramente superior al 3%. Santander, BBVA, CaixaBank y Sabadell han recortado su nivel de morosidad, si bien los ejecutivos bancarios descuentan un ascenso en los próximos meses.
"Habrá un empeoramiento de la morosidad, pero será razonable", dijo Gonzalo Gortázar, consejero delegado de CaixaBank durante la presentación de resultados de la semana pasada.