Cataluña es la comunidad autónoma española que cuenta con un mayor número de impuestos propios, un total de 18 tributos con los que recauda 610 millones de euros al año, y destaca también por ser la que más grava por IRPF a las rentas más bajas.
Las comunidades autónomas tienen facultad para establecer impuestos propios siempre que no haya duplicidad con otros semejantes de las corporaciones locales o el Estado, que no afecten a negocios de otras comunidades y que no supongan un obstáculo para la libre circulación de personas, mercancías o servicios.
En virtud de esta capacidad, Cataluña ha diseñado un total de 18 impuestos y se sitúa a la cabeza por número de tributos propios, seguida muy de lejos por Andalucía (que tiene ocho), el Principado de Asturias (con siete) y la Región de Murcia (seis). Contrasta especialmente con la Comunidad de Madrid (que sólo tiene tres tributos propios), al igual que Cantabria.
Los 18 impuestos propios que aplica Cataluña le permiten recaudar una cuantía de 610 millones de euros cada año, según cifras de 2017 recogidas en el Panorama de la Fiscalidad Autonómica y Foral divulgado este martes por el Consejo General de Economistas (CGE), lo que supone los ingresos más altos por tributos propios de todas las comunidades autónomas.
Le siguen a bastante distancia Canarias (que ingresa 468 millones de euros) y Extremadura (94 millones), mientras que la Comunidad de Madrid es la que menos recauda por sus impuestos, solamente 5,2 millones de euros.
Dentro de los tributos propios de Cataluña -que le aportan únicamente un 2,8% del total de ingresos que recibe vía impuestos, ya que el resto lo ingresa por tasas estatales- hay tres que han sido declarados inconstitucionales por el Tribunal Constitucional.
Se trata del Impuesto sobre los depósitos en las entidades de crédito, el Impuesto sobre la producción de energía eléctrica de origen nuclear y el Impuesto sobre la provisión de contenidos por parte de prestadores de servicios de comunicaciones electrónicas y de fomento del sector audiovisual y de la difusión de la cultura digital.
Además, se ha admitido el recurso de inconstitucionalidad del Impuesto sobre el riesgo medioambiental de la producción, manipulación y transporte, custodia y emisión de elementos radiotóxicos.
Si ganas menos de 30.000 euros, mejor Madrid que Cataluña
En el caso del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), las comunidades autónomas deciden sobre el 50% de la tarifa total y pueden regularla libremente, aunque están obligadas a hacerlo con progresividad.
Cataluña es la comunidad que más penaliza los sueldos, especialmente los más bajos, ya que sus tipos impositivos van del 12% al 25,50%, mientras que en el lado contrario la Comunidad de Madrid es la que menos grava las rentas (con una escala del 9% al 21%).
El CGE explica con un ejemplo el impacto de trabajar en una comunidad o en otra. En concreto pone el caso de un trabajador soltero y sin hijos, de menos de 65 años y que no cumpla ninguno de los requisitos que le permitiría acogerse a alguna deducción estatal o autonómica.
Si sueldo es de 16.000 euros al año, en Cataluña tendrá que pagar 1.004,59 euros de IRPF, mientras que en la Comunidad de Madrid contribuirá con 864,41 euros. Si gana 20.000 euros anuales, en Cataluña pagará 2.510,70 euros, frente a los 2.269,46 euros de Madrid.
Para los trabajadores que ganan 30.000 euros al año, estar empleados en Cataluña sigue siendo lo más perjudicial, ya que pagarán 5.102,90 euros al año de IRPF, frente a los 4.795,14 euros que pagan los madrileños.
Las rentas más bajas (de 16.000, 20.000 y 30.000 euros al año) se verán especialmente perjudicadas si residen en Cataluña y, después, en Andalucía, Aragón y el Principado de Asturias. Mientras que podrán aprovechar una mayor parte de su sueldo en la Comunidad de Madrid y las Islas Canarias.
Para sueldos superiores (de 45.000 y 70.000 euros al año) es Extremadura la comunidad que más penaliza por IRPF, mientras que para los superiores a 110.000 euros la más restrictiva es la Comunidad Valenciana.