Ya no se envían cartas y esto es un problema para Correos. Pero el comercio electrónico ha llegado al rescate de la compañía pública de mensajería. El e-commerce ha permitido que la empresa de mensajería vuelva a superar la barrera de los 1.800 millones de euros de ingresos en 2017, un nivel que no lograba desde 2012, después de que su facturación haya goteado a la baja en los últimos años, en 2008 superaba los 2.200 millones de euros.
Según recoge su Memoria Anual de 2017 que ha publicado este verano, Correos ha logrado una facturación en el último ejercicio de 1.859 millones de euros, que supera en un 5,6% a los 1.761 millones logrado en 2016. No obstante, estos registros no le permiten a la empresa salir de 'números rojos'. Sus pérdidas se elevan este año hasta los 146 millones de euros, por el efecto de las compensaciones del Servicio Público Universal.
Por ello, el comercio electrónico es la gran esperanza de la compañía. "El incremento de los volúmenes de paquetería asociados a las ventas por Internet se ha mantenido en cifras de dos dígitos en los últimos años, intensificándose esta tendencia positiva en 2017", explica la compañía que pertenece al 100% a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). Una tendencia que va en línea con el auge de este canal de venta en el país. En la última década el comercio electrónico en España ha aumentado de media un 26%.
El incremento de los volúmenes de paquetería asociados a las ventas por Internet se ha mantenido en cifras de dos dígitos en los últimos años, intensificándose esta tendencia positiva en 2017"
En el conjunto del ejercicio 2017 se prevé que la facturación del sector haya sobrepasado los 30.000 millones de euros, lo que significa que en el último lustro el negocio online casi se ha triplicado. Según sus datos, en el primer semestre de 2017, nueve de cada diez compradores online recibieron algún paquete asociado al e-commerce y el 87% de esas entregas se realizaron en el domicilio del cliente.
Correos ha encontrado un aliado en el crecimiento de los volúmenes. "Supone una oportunidad de negocio y un reto operativo, especialmente para poder atender los picos de actividad que se producen durante los últimos meses del año, en los que se concentra gran parte de la demanda de distribución de pedidos online (vinculada a fechas como Black Friday, Cyber Monday y el periodo navideño)", indican.
Alianza con Alibaba
Correos ha sabido beneficiarse de este explosión del comercio electrónico aliándose con los grandes operadores. Además de su acuerdo con Amazon, la compañía pública es el operador logístico de referencia en el mercado español para el grupo Alibaba.
La compañía asegura que cuenta con "soluciones específicas para acortar los plazos de entrega y mejorar la experiencia de los consumidores españoles que compran productos chinos a través de AliExpress, la plataforma de Alibaba que conecta a los vendedores chinos con el mundo, y de la que España es el segundo cliente mundial".
Correos también cuenta con su posición de distribuidor del comercio exterior español hacia China, con la apertura en 2017 de su propia tienda en Tmall Global, plataforma del Grupo Alibaba para que las pequeñas y medianas empresas puedan ofertar sus productos a los compradores online chinos, el mayor mercado del mundo.
Unos acuerdos que también afectan al empleo. En total, las empresas del Grupo Correos emplean a 52.721 personas, un 3% más que en 2016. Correos señala que ha incrementado su plantilla para dar respuesta a las necesidades laborales derivadas del incremento de los volúmenes de paquetería y de la aplicación de la ley que incorporó el requerimiento de realizar un segundo intento de entrega vespertina.
Caída del mercado postal
La otra cara de la moneda es que el mercado postal sigue cayendo en picado. Una negocio que parece que continuará desangrándose. Según los datos de Comisión Nacional del Mercado de la Competencia (CNMC), el volumen del sector postal tradicional en España pasó de los 3.831 millones a los 3.285 millones.
"Los factores que más han impulsado esta tendencia han sido la digitalización de las comunicaciones empresariales (transaccionales o publicitarias), la generalización de la factura telemática o el avance de la Administración electrónica", valora Correos. Unos progreso tecnológico que no se frenará y que le hará cada vez más dependiente de la evolución del comercio electrónico.