Las cosas en Ford Almussafes no van bien. A diferencia de otras plantas “españolas” como las de PSA, Renault o Seat, la fábrica valenciana lleva años perdiendo producción y, de hecho, cerró 2021 con menos de 165.000 coches fabricados, el nivel más bajo desde 2012. Un dato relevante sobre todo si se tiene en cuenta que tiene capacidad para fabricar hasta 450.000 coches al año, lo que significa estar funcionando apenas por encima del 30% de su capacidad.
Pero para poder aumentar sus volúmenes de producción, no queda otra que acceder a uno de los pocos eléctricos que queda por adjudicar por parte de Ford, toda vez que algunos de los modelos que todavía se fabrican en Almussafes, como el Mondeo o el Galaxy, son de segmentos cada vez más minoritarios y en claro retroceso en el mercado.
Y en la disputa por hacerse con ese esperado nuevo eléctrico –la otra planta en liza es la alemana de Saarlouis–, empresa y trabajadores se encuentran en plenas negociaciones, pero el sindicato UGT, mayoritario en Ford Almussafes, ha reiterado su rechazo a rebajas salariales, aunque ha abierto la posibilidad de una contención salarial, que se recuperaría posteriormente con valores en torno al IPC, si la planta acoge la fabricación de modelos eléctricos.
En un comunicado a la plantilla, UGT expone algunas cuestiones relativas a las negociaciones que se están llevando a cabo en el Acuerdo por la Electrificación, en el que la dirección de la planta pide la reducción de los costes salariales, la extensión de la jornada de trabajo y el aumento del número de días de trabajo por año, para ofrecer un acuerdo a la multinacional en Europa que debe tomar la decisión final.
En la última reunión de esta negociación, celebrada esta semana, la dirección propuso reducir en una semana las vacaciones anuales de los trabajadores de la planta valenciana e insistió en la rebaja salarial, además de plantear la posibilidad de establecer medidas, como una bolsa de horas o un corredor de vacaciones, que ya existen en otros convenios del sector.
Ante un nuevo encuentro, el sindicato UGT ha recalcado que no entrará a negociar ninguna rebaja salarial, pero "cuestión distinta" sería entrar en unos primeros años de contención salarial, recuperando después valores en torno al IPC, también en función de ser los elegidos para la electrificación, lo que garantizaría los puestos de trabajo a partir de 2025.
Factor decisivo, la mano de obra
Y es que el coste de la mano de obra es uno de los aspectos que más puede decantar la balanza en uno u otro sentido, y según datos de Eurostat, en la industria en España es de 22,8 euros la hora de media, mientras que en Alemania es de 36,6 euros. Y ese precio de la mano de obra, tanto del fabricante como de sus proveedores, puede suponer hasta un 39% del coste total de producción de un coche. Aun así, Ford pide rebajas salariales a la plantilla de Almussafes.
Tanto la planta de Almussafes como la de Saarloui deben presentar antes de que finalice este mes un acuerdo de futuro ante el anuncio de Ford de que todos sus productos serán totalmente eléctricos en 2030 y el rediseño de la propia compañía en Europa.
UGT advierte de que habrá que resolver la situación de la planta durante los próximos tres años, una solución que será muy diferente si se adjudican modelos eléctricos o no, pues se tendrá que dimensionar la plantilla adaptándola a la nueva realidad. Los próximos años van a ser "muy convulsos" y no se afrontarán de la misma manera con carga de trabajo garantizada que sin ella, teniendo en cuenta que los dos nuevos modelos eléctricos pendientes de asignar no se fabricarán hasta 2025, explica el sindicato en una comunicación a los trabajadores.
En el mejor de los casos, cualquier medida que se pacte en Valencia respecto a fabricar esos modelos no se podrá aplicar hasta llegado ese año, y una vez que se asigne la fabricación de esos modelos a Almussafes, especifica el sindicato.
