Banca

Los lazos entre SVB y Credit Suisse: mala gestión privada salvada con dinero público

La profesionalidad de sus cúpulas estaba en entredicho mucho antes del colapso. El SVB tenía vínculos con el movimiento woke y Credit Suisse protagonizó los escándalos de Archegos y Greensill por la falta de control interno.

  • Sedes de Silicon Valley Bank (SVB) y Credit Suisse.

Los tambores de crisis financiera resonaron con fuerza la semana pasada en todo el mundo. La caída del Silicon Valley Bank (SVB) arrastró a Credit Suisse, que tuvo que pedir ayuda al Banco Nacional de Suiza tras meses en el foco de los inversores. Pero en ambos colapsos hubo conexiones pese a ser entidades con negocios opuestos: la mala gestión de la cúpula acabó salvada con la manguera del dinero público. La misma solución que en 2008, a pesar de que las autoridades supervisoras y políticas de todo el mundo se afanan por marcar distancia con la crisis que desencadenó la quiebra de Lehman Brothers.

No son casos de una inyección de capital directa de los estados, como ocurrió en España con Bankia. Pero el dinero público ha vuelto a ser clave como cortafuegos al pánico de los inversores. Primero, la Reserva Federal salió al rescate de todos los clientes del Silicon Valley Bank, con un plan de emergencia para todo el sistema bancario de hasta 25.000 millones de dólares como salvaguarda para evitar el contagio. Como elemento diferenciador, prometió que la factura no la acabarían pagando los contribuyentes.

Y al otro lado del Atlántico, Credit Suisse acabó anunciando que pedirá hasta 50.000 millones al Banco de Suiza para garantizar su viabilidad. El episodio del SBV arrastró a la entidad suiza, si bien lo que le acabó hiriendo de muerte fue la negativa del Banco Saudí de inyectarle más fondos para subir su participación por encima del 10%. El dinero público tenía que volver a salir al paso para aplacar a los mercados.

Han corrido como la pólvora en los círculos financieros las conexiones del Silicon Valley Bank con el movimiento woke como prioridad frente a la gestión profesional del negocio"

El detonante en ambas crisis es una mala gestión de la cúpula, como han puesto de manifiesto las propias instituciones monetarias. En los círculos financieros de la City de Londres y de casi todo el mundo han corrido como la pólvora los vínculos del Silicon Valle Bank con el movimiento woke como muestra de una gestión deficiente, como señalan fuentes financieras.

El colapsado banco especializado en financiar a empresas emergentes y tecnológicas se volcaba en los identitarismos de raza y género, con un comité de dirección formado exclusivamente por mujeres. También contaba con activistas dentro de los movimientos LGTBQ, como la responsable de riesgos de la filial en Reino Unido, Jay Ersapah. “Parece que era un banco que atendía más a la corrección política woke que a la profesionalidad al frente del negocio”, indican las fuentes consultadas.

Escándalos de Greensill y Archegos

La mala gestión en el caso de Credit Suisse quedó patente en 2021, con los escándalos de Greensill y Archegos, que provocaron un roto patrimonial y de reputación en la entidad. La falta de controles internos en sus inversiones hizo perder al banco 5.500 millones de euros por los préstamos que hizo al fondo Archegos, que usó el dinero para hacer apuestas de alto riesgo. Las dudas se centraron por la falta de controles de riesgos, que no detectaron ni la elevada concentración ni la pérdida de valor de las inversiones financiadas.

Aunque la mala gestión venía de antes. En 2018, un banquero de Credit Suisse especializado en Europa del Este fue acusado de sustraer cientos de millones de euros de las cuentas de oligarcas rusos y dictadores. Los controles internos no detectaron estas transacciones y el banco fue condenado por ello.

El fichaje estrella que duró menos de un año

También ha sufrido continuos cambios en la cúpula. Antes del Covid, en 2020, tuvo que dimitir el CEO, Tidjane Thiam, por un caso de espionaje a un antiguo banquero de la compañía. Ese mismo año Credit Suisse fichó como presidente a António Horta-Osorio, el ejecutivo estrella de la City que reflotó a Lloyds y muy cercano al círculo de Emilio Botín. Menos de un año después tuvo que dimitir tras un escándalo por infringir el confinamiento de Suiza para contener el virus.

Las autoridades europeas descartan, al menos de momento, el contagio sobre el sistema bancario europeo. Así lo corroboró también el Banco Central Europeo (BCE) el pasado viernes en una reunión extraordinaria de su brazo supervisor. Lo que parece cada vez más cercano, como señalan fuentes vinculadas con los lobbies financieros, es que los escándalos del SVB y Credit Suisse den la puntilla al modelo de banca comercial como se conoce actualmente.

"En el mejor de los casos, los bancos serán un 'utility' más. En el peor, serán desintermediados por los bancos centrales el día que introduzcan sus propias cuentas comerciales", advierten las fuentes consultadas. Habrá que ver si se cierra pronto la incertidumbre por los episodios del SVB y Credit Suisse, o si la sombra de Lehman Borthers sigue planeando todavía sobre las bolsas.

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