Los precios de la luz y las materias primas están haciendo mella en los negocios, aunque las pymes, por ser más pequeñas, son las que tienen menos recursos y márgenes para afrontar la inflación y la subida de los gastos energéticos. Es por ello que en Vozpópuli nos hemos puesto en contacto con varios empresarios de distintas ramas para conocer su experiencia. En todos ellos, hay un denominador común: la indignación por unos precios que no dejan de aumentar y ahoga sus negocios.
Es el caso de Pepe Morán, propietario del restaurante De La Riva, situado en la calle Cochabamba (Madrid), que se muestra indignado por la subida de precios, especialmente los energéticos. Muestra a Vozpópuli cómo las facturas no han dejado de aumentar. En 2020, el cuatrimestre de mayo-agosto pagó 3.480 euros de luz y gas. En 2021, en ese mismo periodo, el precio creció hasta los 3.970 euros para dispararse, definitivamente, en 2022: 9.330 euros.
Sus costes en energía se han triplicado, algo que achaca a un "devenir malo" antes del estallido de la guerra de Ucrania, a la que considera "la puntilla". Según cuenta a este diario, los precios de las materias primas no han crecido tanto. "Entre un 7 y un 15%", indica a este medio. Para muestra, un botón: "Doce kilos de torreznos costaban 201 euros en mayo y ahora, 232".
Pese a la escalada de costes, Pepe no ha querido aumentar sus precios: "Aún tengo margen para esperar". Señala que los hosteleros que peor lo pasan son aquellos que ofrecen menú del día, ya que sus márgenes están ajustados al milímetro.
En 2020, el cuatrimestre de mayo-agosto, De la Riva pagó 3.480 euros de luz y gas. En 2021, en ese mismo periodo, el precio creció hasta los 3.970 euros para dispararse, definitivamente, en 2022: 9.330 euros.
Con esas, hemos hablado también con Carmen, dueña de El Encanto, ubicado en la calle Leganitos, muy cerca de Gran Vía. Este restaurante ofrece menús del día y aunque se sitúa muy cerca de una de las arterias principales de la ciudad, su clientela no es turística. "Aguantamos el tipo como podemos, pero no podemos aumentar los precios", señala a este diario.
Cuenta que los autónomos son muy maltratados en España. "Somos unos desgraciados, solo pagamos", cuenta a este diario. Aunque no tenía las cifras a mano, sí pudo afirmar que "la subida de costes ha sido considerable" y que para los negocios, no existen alternativas para pagar menos: "Nuestra única opción es pagar o cerrar".
Tras hablar con dos negocios asentados y con años de trabajo a sus espaldas, charlamos con Laura, una de las socias de Replay Outlet boardgame Cafe, un bar-restaurante situado en la calle Ribera de Curtidores que abrió sus puertas hace poco más de un año. Señala que los gastos son altísimos: "Por la luz de julio de 2021, pagamos 449, 18 euros. En julio de 2022, 1016,65". En cuanto a las materias primas, más de lo mismo: "Nuestro proveedor de carne ha pasado de cobrarnos 97,42 euros a 173,71 en un año".
Aunque su local ha aumentado la facturación (de 4872 euros en la segunda semana de septiembre de 2021 a 5700 en esas mismas fechas de 2022), esto no le ha reportado beneficios económicos, sino todo lo contrario: la situación está cada vez más apretada debido a una incesante subida de precios: "De una semana a otra, un pedido sube 20 euros".
Esto ha obligado a que su negocio suba los precios un 10%, pese a que a ella todo le cuesta un 100% más. No quiere subir más los precios, porque ya nota cómo llegan ciertas notas negativas en Google. "La comida es cara para lo que dan", reza una de estas críticas, que han comenzado a llegar desde que se vieron obligados a subir sus tarifas debido a la escalada de precios.
"Por la luz de julio de 2021, pagamos 449, 18 euros. En julio de 2022, 1016,65". En cuanto a las materias primas, más de lo mismo: "Nuestro proveedor de carne ha pasado de cobrarnos 97,42 euros a 173,71 en un año"
Señala que ya no es solo cuestión de dinero. En su negocio, hacen un escandallo (análisis de costes) cada 3 o 4 meses para recalibrar sus cuentas. "Antes, esto lo hacíamos cada año", lo que a Laura le cuesta tiempo y no poder estar atendiendo otras facetas de su negocio.
Fuera de la hostelería, Vozpópuli ha charlado con Vik Guirao, propietaria de una empresa de papelería online que produce sus propios productos y que lleva su mismo nombre. Cuenta que las materias primas han aumentado alrededor de un 30%, aunque su empresa casi no ha cambiado de política de precios. "Como producimos nosotros mismos lo que vendemos, no hemos tenido que subir tanto los precios", aunque esto se ha compensado "reduciendo el margen" de beneficio de la empresa.
Es el caso de Fran García, dueño de la tienda de ropa de La Romería, en la calle de Moratín. Este empresario ha optado, tras ver cómo el precio de la luz se desbocaba, por abrir menos horas para reducir su gasto energético. No ha subido precios: "Mantenemos la fidelidad con los clientes". Ahora, solo abre en las horas que más afluencia de público tiene su negocio, ya que antes le merecía la pena abrir sin vender tanto, mientras que ahora no se puede permitir ese lujo.