España tiene una escasa relación comercial con Ucrania. Pero si se analiza provincia a provincia y producto a producto, se dan excepciones. La antigua república soviética hace gala de su fama histórica de motor agrícola en provincias como Valencia y Tarragona, sus grandes compradores de maíz. Lo mismo que ocurre con el aceite de girasol en regiones como Málaga, Vizcaya, Orense y Sevilla.
El conflicto con Rusia ha mermado la economía ucraniana en los últimos años. Las tensiones en el este de Ucrania estallaron en 2014, con la guerra entre el Ejército nacional y los separatistas prorrusos apoyados por Moscú y la posterior anexión de Crimea. La guerra golpeó duramente al Producto Interior Bruto ucraniano durante los primeros años del enfrentamiento. La crisis se enquistó, pero la salud del PIB fue mejorando, aunque todavía tenía por delante una pandemia.
Las empresas españolas se han ido interesando más por Ucrania a medida que ha superado los episodios más violentos de la guerra. El año pasado, España facturó 631 millones por las exportaciones a la antigua república soviética. La balanza comercial, sin embargo, pesa más del lado ucraniano. Importamos más que exportamos. En 2021, Ucrania realizó exportaciones a España por valor de 1.284 millones de euros, según las cifras provisionales de la Secretaría de Estado de Comercio. De esta cantidad, 804 millones procedieron del sector de la alimentación, lo que supuso un 2,26% del total de las importaciones a España de productos alimenticios.
El granero de la URSS
El producto ucraniano más reclamado por los españoles es el maíz. Tras la rusa, la economía ucraniana era la más potente de la Unión Soviética. En su suelo negro nacía más de una cuarta parte de la producción agrícola soviética y sus granjas proporcionaban importantes cantidades de carne, leche, cereales y verduras a otras repúblicas de la URSS.
"Ucrania es una potencia agrícola porque tiene un suelo tremendamente rico y fértil, con los famosos suelos negros, con mucho nitrógeno. Son tierras muy nuevas y la extensión es gigantesca", explica a Vozpópuli Diego Maestre, experto en horticultura que trabajó sobre suelo ucraniano entre 2011 y 2019 para una empresa biotecnológica de producción de semillas.
El año pasado, España se gastó 357 millones en maíz ucraniano, o lo que es lo mismo, un 27,6% del gasto español en maíz extranjero fue a parar al país del este. El gran comprador fue Tarragona, que compró el cereal por valor de 118 millones de euros. Le siguieron Valencia (67 millones), Murcia (casi 45 millones), La Coruña (41 millones), Madrid (34 millones) y Huelva (26 millones). Pero si se tiene en cuenta al resto de países importadores, el ranking cambia de orden. Los 26 millones de Huelva, por ejemplo, supusieron el 60% del valor de las compras de maíz extranjero realizadas por la provincia. En Valencia representaron un 42% del total y en Tarragona, un 34%.
Gran importador de aceite de girasol
El aceite de girasol es el otro producto estrella. Y para España, Ucrania es un vendedor prioritario. En 2021, de los 603 millones gastados para traer este tipo de aceite a nuestro país, 371 llegaron desde Ucrania (62%). En este caso, Sevilla fue el gran comprador, con 106 millones, seguida de Vizcaya (76 millones), Orense (75 millones), Barcelona (48 millones), Murcia (46 millones), Valencia (9 millones) o Málaga (6 millones). Como ocurre con el maíz, el listado cambia si se tienen en cuenta a los otros importadores de aceite de girasol. Tanto en Málaga como en Vizcaya, el de origen ucraniano significó el 83% del valor de las compras del aceite de girasol en el extranjero. Para Orense, representó el 76% y para Sevilla, el 61%.
El catálogo de productos que España vende a Ucrania es distinto. Los empresarios españoles exportan, principalmente, artículos relacionados con los automóviles, las máquinas y aparatos mecánicos. En menor medida, también se envían pescados, crustáceos y moluscos.