Toda historia tiene su intrahistoria, y la de la suspensión del primer juicio contra la trama Gürtel en Valencia, también. No es que este Buscón diga taxativamente que existe una ‘causa-efecto’, pero los hechos son los que son: la presidenta de la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV), Pilar de la Oliva, que ha adoptado tal decisión tiene que renovar su mandato el próximo mes de octubre… en pleno juicio de la Gürtel. Nos explicamos.
De la Oliva, una juez de un juzgado de Instrucción afiliada a la conservadora Asociación Profesional de la Magistratura, fue elegida como candidata de consenso para ese cargo en octubre de 2010 por el anterior Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Pero este mandato es por cinco años, al cabo de los cuales tiene que someterse otra vez al escrutinio del Consejo. Y el plazo en este caso concluye, pues, en el próximo mes de octubre.
Al tomar la decisión de suspender el juicio de la Gürtel en Valencia –una decisión adoptada sin duda con muchísimo juicio y bajo la premisa de “garantizar al máximo el derecho de defensa de los acusados"-, lo que hace también es correr fechas. Es decir: primero, que le da un respiro –sin querer, naturalmente- al PP para que pueda afrontar una campaña electoral en Valencia para el 24-M sin agobios judiciales; segundo, que al iniciar otra vez el juicio el 11 de junio, como ya ha quedado fijado para dar tiempo a los abogados a que se estudien el sumario, llegamos justo a octubre con el caso abierto.
¿Y qué es lo que hay que renovar en octubre? Pues ese cargo en el TSJCV. ¿Y quién va a ser capaz de no renovar a la presidenta en tales circunstancias, con un juicio abierto? He ahí la cuestión. Así que, sin quererlo, sin buscarlo, sin desearlo, a Pilar de la Oliva el caso le ha salido redondo. Así es la vida.
