España

El liderazgo mediático "menguante" de Pablo Iglesias y su equipo preocupa dentro del partido

Voces internas creen que algo se ha roto a la vista del resultado de las elecciones andaluzas y que la otrora explosión en los 'mass media' ha entrado en una espiral descendente. Desde el sector crítico sostienen que hay un "agotamiento del discurso basado en la polarización de la gente frente a la casta".

  • Los líderes de Podemos Juan Carlos Monedero (d), Pablo Iglesias (c) e Iñigo Errejón (i).

Una característica inherente a la eclosión de Podemos en un escenario político adormilado fue su golpe o punch, su proyección en los medios de comunicación. Han sido principalmente las tertulias de televisión de las principales cadenas generalistas las plataformas que mejor han sabido exprimir los dirigentes de Podemos para trasladar su mensaje al gran público. Desde los meses previos a las elecciones europeas del pasado mayo lo hicieron con un liderazgo que ha tenido especial reflejo tanto en las encuestas de opinión como en el mapa de las audiencias (los mayores picos coincidieron con la aparición en antena de Pablo Iglesias y sus colaboradores). 

"El gran dispositivo mediático de nuestro tiempo, lo más importante para establecer lo que piensa la gente (más aún que la educación, la familia o la Iglesia) es la televisión, independientemente de que se transmita por satélite, TDT o internet. La televisión moldea nuestra sensibilidad estética (...) La nuestra ha tratado de ser una estrategia de combate político en la batalla de las ideas que se libra en los medios cuyo peso es fundamental a la hora de determinar cómo piensa la mayoría", afirma el secretario general de Podemos en su libro Disputar la democracia. Política para tiempos de crisis, publicado el año pasado.

Sin embargo, hay quienes dentro del partido creen que algo se ha roto a la vista de los resultados de las elecciones andaluzas y que el tirón mediático de antes ha entrado en una espiral descendente. El paso "no suficientemente largo" dado por Podemos en los comicios del 22-M, donde ha obtenido 15 diputados cuando la mayoría de los sondeos, incluido el CIS estatal, pronosticaba 20 escaños o más, ha provocado un agrio debate interno sobre la búsqueda de motivos para explicar este chasco.

Ha sido en este contexto en el que han surgido voces que apuntan a cierto retroceso en el nivel de proyección en los mass media. "Si bien los portavoces continúan acudiendo a los habituales espacios de referencia, el poder de convicción y de penetración en el electorado/espectador ya no es el mismo que antes", señala un miembro destacado del partido.

Así se pronuncia, por ejemplo, el veterano fundador de Izquierda Anticapitalista (ahora Anticapitalistas) e integrante del grupo impulsor de Podemos, el profesor de Ciencias Políticas de la UNED Jaime Pastor. En un artículo publicado en la revista Viento Sur, responde a quienes atribuyen el resultado del 22-M a "inercias izquierdistas y movimientistas"  con el apoyo "alcanzado en la ciudad de Cádiz (28%), lugar en donde se presentaba Teresa Rodríguez y en donde quizás el anclaje territorial (clave fundamental entre un liderazgo mediático menguante y unas redes digitales más espectadoras que activas) que está alcanzando Podemos sea uno de los pocos que se han logrado en tan poco tiempo de vida", afirma el ideólogo de la formación trotskista.

"Si bien los portavoces continúan acudiendo a los espacios de referencia, el poder de convicción y de penetración en el electorado/espectador ya no es el mismo", afirma un miembro destacado de Podemos

En esta misma línea reflexión, titulada Después del 22-M andaluz, el camino hacia el cambio sigue abierto, Pastor, encuadrado en el sector crítico de Podemos, sostiene que "el problema está, más bien, en que se empieza a comprobar la tendencia al agotamiento de un discurso basado fundamentalmente en la polarización de 'la gente frente a la casta' y en mantener la 'ambigüedad calculada' en torno a otras divisorias y líneas de fractura que están también en el centro de la agenda política, especialmente en el plano socioeconómico, de género y de modelo productivo o en el nacional-territorial".

Para el editor de la revista Viento Sur, a cuyo consejo asesor pertenecen estrechos colaboradores de Iglesias como Iñigo Errejón o Luis Alegre, "ese 'modelo', que pudo funcionar para las elecciones europeas, se ha ido mostrando insuficiente cuando va acompañado de la aspiración a ser fuerza política dispuesta a 'ganar' y gobernar". "Confiemos en que ahora, de cara a las candidaturas autonómicas y a las municipales se vayan concretando programas de gobierno que partan de la prioridad al rescate ciudadano", añade Pastor.

Monedero como exponente del retroceso

Uno de los casos que explica ese retroceso a la hora de tener la iniciativa y acaparar la cuota de pantalla remite al número tres del partido, Juan Carlos Monedero. Desde que dio una rueda de prensa a mediados de febrero para aclarar la situación fiscal de sus negocios con el Gobierno de Venezuela y sus socios bolivarianos (ingresó 425.000 euros por asesoramiento), apenas se ha dejado ver por los platós de televisión.

Pese a ser uno de los principales activos de Podemos (es cofundador y tesorero de la formación) por el calado en la militancia de sus impetuosos alegatos y su influencia ideológica en la estrategia del partido, Monedero, desde su affaire, no apareció en primera línea hasta el 17 de marzo, cuando participó en un mitin de la campaña andaluza celebrado en Mijas (Málaga).

Esta estancia en un segundo plano coincidió además con la apuesta del partido por la exjuez Manuela Carmena como candidata a la Alcaldía madrileña en la candidatura unitaria de Ahora Madrid. Hasta última hora se había especulado con la opción de Monedero y el propio Iglesias lo había señalado como el mejor posicionado para disputar el Ayuntamiento de la capital.

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