La economía española desaceleró su crecimiento notablemente en 2016, coincidiendo con un período de inestabilidad política, marcado por dos elecciones generales una en diciembre de 2015 y otra en junio de 2016, y muestra una suave tendencia descendente desde comienzos de 2018, coincidiendo con la moción de censura a Rajoy y llegada de Sánchez a La Moncloa. Asimismo, los datos disponibles para la economía catalana indican que Cataluña ha registrado un proceso de desaceleración incluso más intenso que el conjunto de España en los últimos trimestres, a partir de la aprobación de las denominadas leyes de desconexión en otoño de 2017. Sin duda, hay otros factores como la desaceleración del comercio mundial y el Brexit que han influido en esta evolución desfavorable, pero resulta difícil escapar a la conclusión de que la inestabilidad política en los últimos años ha incidido negativamente en el crecimiento de la producción y el empleo.
Desaceleración y ralentización
Empecemos este tour por España. El Gráfico 1 presenta las tasas de crecimiento interanual del PIB (series revisadas de índices de volumen corregidas de efectos estacionales y de calendario) donde se aprecia claramente la desaceleración a partir del último trimestre de 2015, a la que siguió un efímero repunte tras ser investido Rajoy, y una suave desaceleración desde el segundo trimestre de 2018, coincidiendo con la moción de censura y la llegada de Sánchez a La Moncloa.
Gráfico 1. Evolución del PIB de España, 2009-2019
(Tasa de variación interanual, en porcentaje)
Para comparar la evolución de España y Cataluña, los únicos datos homogéneos disponibles son las cifras de la Contabilidad Regional (CR) elaboradas por el INE, una estadística anual cuyas cifras, conviene advertir, no se han actualizado tras la última revisión de la Contabilidad Nacional realizada por el INE en septiembre de 2019. Las dos primeras columnas en el Cuadro 1 muestran las tasas de variación anual del PIB de España y Cataluña, con cifras insisto anteriores a la última revisión, y se ha incluido entre paréntesis y en caracteres rojos las cifras revisadas para España. Como puede constatarse, la revisión redujo ligeramente el crecimiento del PIB en 2018, 2017 y 2016 y lo elevó en 2015.
La tercera columna en el Cuadro 1 presenta las estimaciones anuales de variación del PIB en Cataluña elaboradas por el Instituto de Estadística de Cataluña (IDESCAT) que, como puede observarse, difieren de las de la CR: la cifra de IDESCAT es algo más baja en 2015, más elevada en 2018 y muy similares en 2016 y 2017. Habida cuenta que el INE ha revisado a la baja el crecimiento de la economía española en 2018 de 2,58 a 2,35 por ciento, la diferencia entre la cifra de crecimiento para Cataluña de IDESCAT, 2,6%, y la de CR, 2,25%, podría aumentar un par de décimas cuando ésta última se revise. Menciono este hecho para apuntar que el IDESCAT podría haber sobreestimado en 4 ó 5 décimas el crecimiento de la economía catalana en 2018. En todo caso, las cifras de CR y de IDESCAT coinciden en que tanto la economía catalana como la española han ido perdiendo velocidad desde 2015.
Cuadro 1. Variación anual del índice de volumen del PIB de España y Cataluña
(En porcentaje)
La otra alternativa para comparar la evolución del PIB en España y Cataluña es examinar la evolución de las tasas interanuales de crecimiento del PIB a partir de los índices de volumen de la Contabilidad Trimestral, elaboradas independientemente por el INE y el IDESCAT, respectivamente. El Gráfico 2 muestra dichas tasas desde el primer trimestre de 2001 hasta el tercer trimestre de 2019. La línea verde incluida en el gráfico representa el diferencial entre ambas tasas, de modo que un valor positivo indica mayor crecimiento de Cataluña.
Gráfico 2. Crecimiento del PIB en Cataluña y España, 2001-2019
(Tasas interanuales de variación, en porcentaje)
A la vista del gráfico, se puede afirmar que salvo en los períodos recesivos o de muy intensa desaceleración, el diferencial ha sido favorable a Cataluña. De hecho, la diferencia resultó positiva en 56 de las 85 observaciones y el diferencial medio fue de +1 décima. A partir del tercer trimestre de 2017, el diferencial positivo se ha ido reduciendo pasando de +8 décimas en el cuarto trimestre de 2017 a valores negativos en los cuatro últimos trimestres. Esta caída podría ser incluso más abultada si, como hemos apuntado, el IDESCAT hubiera sobreestimado el crecimiento de Cataluña en 2018.
Conclusión
La economía catalana se está desacelerando con más rapidez que la economía española en su conjunto. En ambos casos, además de factores internacionales como la desaceleración del comercio mundial y el Brexit, hay indicios de que el ciclo político interno ha jugado un papel significativo. En el caso de España, la inestabilidad política sustanciada en la celebración de cuatro elecciones generales desde diciembre de 2015, la paralización de las reformas y la ausencia de una política presupuestaria definida han aumentado la incertidumbre de consumidores, empresas e inversores. En el caso de Cataluña, la incluso más aguda y crónica inestabilidad política en que está sumida esta Comunidad desde el cuarto trimestre de 2017, han provocado la parálisis de la Generalitat y el traslado fuera de Cataluña de las sedes de más de 4.100 sociedades, y han sumido en la incertidumbre a consumidores, empresas, turistas e inversores. En una próxima columna, examinaré estos aspectos más sectoriales. De momento, los ciudadanos tenemos el 10-N la oportunidad de aportar nuestro granito de arena para normalizar la situación política en España y en Cataluña, y afrontar como sociedad el futuro con mayores garantías de éxito.