Convocar elecciones para hacer desaparecer a Ciudadanos y gobernar en solitario. Ese era el objetivo de Alfonso Fernández Mañueco cuando activó el 'botón nuclear' el pasado mes de diciembre. El antecedente del 4-M de Ayuso en Madrid, y las encuestas, hacían más que recomendable ese movimiento. Ahora, sin embargo, a una semana de las elecciones, el escenario es muy diferente.
Tal y como adelantó Vozpópuli el pasado lunes, el partido arrancó la precampaña con unos sondeos que situaban al PP entre los 37 y 38 escaños, suficientes para garantizarse una victoria frente a toda la suma de izquierdas y forzar a Vox a dar el voto afirmativo para la investidura pero sin entrar en el gobierno. Exactamente lo mismo que logró Ayuso en Madrid en mayo.
Las cuentas, sin embargo, empezaron a no cuadrar la semana pasada. Ya entonces, los cargos del PP contactados reconocían que, en el mejor de los casos, el partido podría aspirar a 35 escaños. En el partido, sin embargo, ya admitían que el objetivo mínimo debería ser llegar a 36 para que Vox no exigiera entrar en el futuro ejecutivo de Mañueco.
El riesgo de una crecida de Vox
"Si más de la mitad de sus procuradores son imprescindibles para garantizar 41 'síes', van a exigir entrar en el Gobierno". Así de contundentes se mostraban hace unos días los dirigentes del PP contactados. Y ese escenario, temido por Génova y también por Fernández Mañueco, es a día de hoy "más que una amenaza real".
Las fuentes consultadas por Vozpópuli admiten que "hace tiempo que las encuestas más optimistas nos dan un techo de 35 y que Vox ha superado ya la horquilla de los 10-12 escaños". El suelo electoral de los de Abascal, de hecho, se encontraría, ahora mismo, en esos 12 procuradores.
De esta forma, se estaría cumpliendo la peor suma posible para que Mañueco alcanzara la mayoría absoluta en el debate de investidura: "35 escaños nuestros, en el mejor de los casos, y 12 de Vox, en las peores previsiones para ellos".
El crecimiento de Vox, que se debe en parte al retroceso del PP, podría impedir, eso sí, que la suma de la izquierda sacara más procuradores que Mañueco. Ese objetivo, sin embargo, se lograría a costa de un 'estirón' de Vox que, con un mínimo de 12 escaños, "exigirá, sí o sí, entrar en el Gobierno".
"Run-run" con Juanma Moreno
La situación en Castilla y León es tan delicada, que algunos cargos del partido en esta región reconocen, abiertamente, que "necesitamos un golpe de efecto que salve a Mañueco". Un golpe de efecto que estas mismas fuentes sitúan en Andalucía: "Si Juanma Moreno convoca elecciones la semana que viene, nosotros nos levantamos y Vox se hunde".
Si Juanma Moreno convoca elecciones la semana que viene, nosotros nos levantamos y Vox se hunde
Estas mismas fuentes afirman, además, que ese "run-run" ha llegado a otros dirigentes del PP e incluso a Vox: "En el partido se ve con buenos ojos algo así porque hay que movilizar al electorado. Esa convocatoria antes de las elecciones en Castilla y León dejaría tocados a Abascal y los suyos".
Si Moreno decidiera disolver ya el Parlamento de Andalucía, el anuncio debería producirse el próximo martes, día 8, para que las elecciones cayeran en domingo. Concretamente, el 3 de abril: justo antes de Semana Santa.
Fuentes del PP andaluz próximas a Génova consultadas por Vozpópuli ven, sin embargo, muy difícil esa convocatoria electoral a apenas unos días vista: "El Parlamento se disolvería con leyes clave a mitad de tramitación y antes del Día de Andalucía".
Ven más factibles las fechas del 24 de abril, o los domingos 15 o 22 de mayo, a pesar de que las campañas coincidieran con la Semana Santa o la Feria de Abril. Una circunstancia, admiten, que sería buena para Moreno: "Nosotros ya gobernamos y no necesitamos una campaña donde el electorado esté pendiente de los actos, sino de poder celebrar por primera vez en dos años estas fiestas".
