Se llama Ignacio Ansaldo Adriansens y fue durante un par de meses el primer presidente de Vox. Ahora, sin embargo, este madrileño propietario de una pequeña empresa de jardinería es un simple afiliado de la formación que encabezan los ex militantes del PP Santiago Abascal y José Antonio Ortega Lara. Algo parecido ocurre con Julio Utrilla Cano y Gonzalo Padrón Ramos. El primero, directivo de una firma especializada en seguridad, fue también durante poco más de 60 días vicepresidente del nuevo partido. Padrón, con negocios de alquiler de inmuebles, ocupó el cargo de secretario general en los primeros pasos de la recién estrenada formación. Son los tres pequeños empresarios que figuran en los primeros documentos presentados por Vox en el Registro del Partidos del Ministerio del Interior para legalizarse. Tres desconocidos cuyo papel fue, precisamente, que este trámite burocrático pasara totalmente inadvertido para el partido del Gobierno, al que amenaza con robar votos entre el sector más duro de su militancia.
Ignacio Ansaldo figuró durante dos meses como presidente de la nueva formación e, incluso, puso la dirección de su negocio de jardinería como primera sede de Vox
Así lo ha confirmado el propio Ignacio Ansaldo a Vozpópuli en conversación telefónica. "Lógicamente fue un movimiento estratégico", asegura este empresario cuya única experiencia política hasta ahora había sido aparecer como número cuatro en las listas que el PP presentó en las elecciones municipales de 2011 en la localidad guipuzcoana de Arraste-Mondrágon. "Pero no era militante", aclara inmediatamente para asegurar que aquel bautismo electoral lo hizo para apoyar a la cabeza de lista 'popular', "la única afiliada en aquel pueblo que tuvo el valor de dar ese paso en un lugar donde, no lo olvidemos, no hay libertad". De hecho, asegura que los otros dos empresarios que prestaron su nombre para inscribir el partido también colaboraron en aquellos mismos comicios por idénticos motivos. "Los tres somos amigos". Ahora, sin embargo, su decisión de prestar su nombre e, incluso, la dirección de su empresa en Alcobendas, una localidad al norte de la capital, como primera sede formal del partido lo hizo a instancias de uno de los verdaderos impulsores de Vox, el abogado Francisco Javier Ortega Smith-Molina, al que define como el "cerebro jurídico" del nuevo partido. "Me lo pidió a principios de noviembre y no lo dudé", afirma.
Así el 11 de noviembre, Ignacio Ansaldo y sus amigos Julio Utrilla y Gonzalo Padrón acudieron al despacho del notario José Luis Ruiz Abad y plasmaron su firma en el documento fundacional del partido y en sus primeros estatutos. Dos días después, era el primero quien acudía a las dependencias del Registro de Partidos a presentar la solicitud para legalizar la formación con dicha escritura. Para entonces, Santiago Abascal, uno de los rostros más visibles de la nueva formación política, aún no había anunciado su intención de causar baja en el PP. No lo haría hasta el 25 de noviembre con una carta que provocó un pequeño terremoto en Génova 13. Para entonces, sin embargo, el partido aún no estaba inscrito formalmente, porque el Ministerio del Interior había decidido unos días antes rechazar la solicitud al considerar que cuatro de los artículos de los estatutos de Vox no cumplían la Ley de Partidos. Ello a obligó a los tres pequeños empresarios a mantenerse al frente de la formación varias semanas más. De hecho, todos figuran como los máximos responsables de la formación en el segundo documento notarial que el partido presentó el 29 de noviembre en Interior para subsanar los errores.
Cese y rueda de prensa el mismo día
Finalmente, Vox fue inscrita como plenamente legal el 17 de diciembre, aunque su existencia no trascendió entonces 'camuflada' como estaba bajo la dirección de los tres pequeños empresarios. Su salida pública a la luz tendría que esperar un mes. El 16 de diciembre se celebraba la primera rueda de prensa de sus máximos líderes, con Abascal y Ortega Lara a la cabeza. Ese mismo día, a primera hora, Ignacio Anseldo y sus dos amigos habían dejado de ser los dirigentes de la formación. Ellos mismos habían acudido al Ministerio del Interior a entregar un nuevo documento notarial, en este caso para comunicar que cesaban en sus cargos de la Comisión Organizadora Provisional y que eran sustituidos por José Luis González Quirós como presidente, Francisco Javier Ortega Smith-Molina como vicepresidente e Iván Espinosa de los Monteros y Simón como secretario general. Ni Abascal ni el funcionario de prisiones que sufrió el mayor secuestro de ETA figuran aún en ninguno de los documentos oficiales de la formación, según pudo constatar este diario en el expediente de Vox que existe en el Registro de Partidos.
No obstante, el empresario madrileño recalcaba ayer a este diario que incluso estos nuevos dirigentes "son provisionales. Será la primera Asamblea la que decida democráticamente quién ocupa los cargos directivos entre los que se presenten", explica.
-¿Optará usted a uno de ellos?
-No es mi intención. Fui presidente del partido sólo por motivos estratégicos y ahora mi intención es ser un militante más.
Sin "notoriedad pública"
Por su parte, quien lleva ahora las riendas del partido en el aspecto organizativo, el filósofo González Quirós, también admite que optaron por recurrir a estos tres empresarios amigos, quienes "se prestaron" al registro del partido, puesto que sus perfiles carecían de "notoriedad pública" y no pertenecían a ningún partido político. Según afirma Quirós en declaraciones a este diario, se habría retrasado la puesta en marcha de Vox "si en el Ministerio del Interior se hubiesen encontrado con el nombre de Ortega Lara". Asimismo, el que fuera colaborador del expresidente del Gobierno José María Aznar señala que tanto Ignacio Ansaldo como los otros dos socios "no podían suponer ninguna sospecha o precaucación para los funcionarios de Interior". Además, subraya, estas personas ya habían tenido relación con los promotores de Vox en una plataforma previa, Reconversión.
Preguntado por el hecho de que Vox realizara su primera solicitud al registro de partidos el pasado 13 de noviembre, once días antes de que Abascal rompiera su carné del PP número 1.999 (y doce de que lo anunciara), Quirós desvincula tales acontecimientos y dice no ver contradicción alguna. "Abascal no es el padre de la criatura, ni el autor de la idea ni el que ha puesto el nombre. Detrás de Vox estamos un grupo de personas que nos venimos reuniendo y trabajando mucho desde hace tiempo y que hemos tomado ideas de Reconversión para la creación del partido", aclara el presidente provisional. No obstante, Quirós reconoce que el exdiputado vasco del PP también ha formado parte de dicha plataforma cívica, de la que ha emanado Vox.