Hasta ahora, la crisis de deuda se había basado en un principio muy básico: la desconfianza. Los inversores no creen en la capacidad de los Estados de pagar su deuda y por eso exigen una alta rentabilidad. Los tipos de interés suben, lo que, desde un punto de vista positivo, permite cubrir la oferta.
Mientras esto ocurría en España o Italia, en Alemania sucedía lo contrario. El país germano era visto como el más seguro de toda la 'zona euro' y los inversores compraban su deuda como un 'valor refugio', lo que bajaba los tipos de interés. Sin embargo, este "exceso de confianza" ha terminado por dar problemas al país.
En la jornada del miércoles, el rendimiento ofrecido por los bonos alemanes a diez años resultó un 5,2% inferior al abonado en la subasta del pasado 19 de octubre, lo que provocó otra crisis de deuda diferente: los inversores no acudieron a comprar y el Tesoro tuvo que conformarse con colocar 3.644 millones de euros, un 60% del objetivo inicial. Fue uno de los peores resultados de las subastas en su historia reciente, según los datos difundidos por la Agencia Federal de la Deuda Alemana.
Así, la crisis de deuda apunta ahora a Berlín, pero sin soltar al resto de los países miembros. En los mercados secundarios, el diferencial entre la deuda italiana y el 'bund' se ampliaba a media sesión hasta los 501 puntos básicos, con un rendimiento del 6,96%.
El francés tampoco quedaba inmune: el 'spread' alcanzaba los 167,4 puntos básicos, acercándose así a la barrera de los 200 puntos, una cifra que nunca en su historia ha alcanzado. Las malas cifras llegaban, además, en un día en el que la agencia de calificación 'Fitch Ratings' advertía al Gobierno galo de la posibilidad de perder la 'triple A' si la crisis de deuda se intensificaba.
Mientras, en España, la prima de riesgo mantenía la tendencia alcista de las últimas semanas, situándose en niveles superiores a los 460 puntos básicos con una rentabilidad de 6,67%. Y eso a pesar de comenzar la sesión con un ligero alivio, tras el anuncio del Fondo Monetario Internacional (FMI) de que abriría una nueva línea de crédito para países con problemas.
La noticia de la subasta pública alemana frustró esa mejoría y volvió a poner en alerta al futuro presidente Mariano Rajoy, del que la Unión Europea espera la puesta en marcha de nuevas medidas, especialmente orientadas a acabar con el desempleo juvenil.
"Debe haber algo que va profundamente mal si el paro está por encima del 20%", decía el comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn. "Si yo fuera un español joven y me enfrentara a un paro juvenil de más del 40%, mientras que el paro en Países Bajos es del 4% o el de Austria del 5%, me preguntaría por qué, y esto tiene que estar relacionado, no con la localización geográfica, sino con las instituciones, las políticas y el funcionamiento, o el mal funcionamiento, del mercado laboral".
Teniendo en cuenta esto, la Comisión Europea le ha pedido a Mariano Rajoy que emprenda de forma prioritaria una reforma laboral que incluya la introducción de un contrato único. Esa, han dicho, "puede ser parte de la solución".
Mientras, el nuevo primer ministro italiano Mario Monti, también en el punto de mira, ha felicitado a Rajoy por su victoria electoral y le ha invitado a "afrontar juntos" los "desafíos" de esta "coyuntura económica internacional".
LAS BOLSAS RESPONDEN
Como suele ser habitual, las declaraciones de los líderes europeos y lo que ocurre en los mercados secundarios han terminado contagiando a los de renta fija, provocando grandes desplomes en todas las Bolsas europeas.
El Ibex 35 ha retrocedido un 2,09% al cierre de la jornada, una caída que le ha alejado de la cota de los 8.000 puntos enteros y lo ha situado en los 7.739. Se trata de la tercera caída consecutiva y del segundo mínimo del año. Los mayores descensos los han protagonizado Indra (-5,08%), Arcelormittal (-4,01%) e Inditex (-3,44%).
Al selectivo madrileño sólo le superó el italiano, que cerró la sesión con un desplome del -2,6%. Otros índices europeos también cerraron en rojo: el Cac de Paris lo hizo con un -1,4% y el Dax de Francfort con un -1,2%.
Wall Street también vivió una jornada negra, perdiendo un 1,66%. La situación de Estados Unidos, sin embargo, es un tanto diferente. Más que la subasta pública alemana o la crisis de deuda en otros países de la 'zona euro', lo que preocupa a los inversores al otro lado del Atlántico es el paro.
Las pérdidas se producían, entre otras cosas, por la publicación de los últimos datos: en la semana que concluyó el pasado 12 de noviembre, el número de personas que recibían algún tipo de protección frente al desempleo aumentó hasta los 3.691.000 personas, lo que supone 68.000 beneficiarios más que en la semana anterior.
LA CRISIS REABRE EL DEBATE DE LOS EUROBONOS
El fiasco de la subasta alemana ha permitido mantener vivo el debate de los llamados 'eurobonos', una propuesta que apoyan muchos economistas y gran parte de los estados miembros. El único que se opone frontalmente es Alemania.
Sus malos resultados en la subasta del miércoles no han hecho cambiar de opinión a la canciller Angela Merkel, que ha reiterado su negativa a plantear si quiera esa posibilidad. "Las propuestas de eurobonos de Bruselas no funcionarán, puesto que la confianza sólo puede recuperarse a través de cambios en los tratados", ha asegurado.
Poco después, la Comisión Europea ofrecía todo tipo de facilidades para lograr un acuerdo. En concreto, el Presidente del Ejecutivo comunitario, Jose Manuel Durao Barroso, presentaba tres opciones para la emisión de 'eurobonos' con el objetivo de que alguno de ellos pudiera contentar a todos.
La insistencia de la Comisión llegaba después de conocer la férrea oposición de Berlín, lo que fue interpretado por algunos periodistas como un desafío a Merkel. "Nuestra intención no es ir en contra de nadie, y menos en contra de la mayor economía de la UE", aclaraba Barroso. "No obstante, creo que tenemos, no sólo el derecho, sino la obligación de producir análisis racionales y objetivos sobre las cuestiones que son importantes ahora para el debate", aseguraba.
"Creo que no es apropiado en nuestra UE decir desde el principio que no se pueda llevar a cabo un debate (...) A veces escuchamos ideas con las que no estamos de acuerdo, algunas de ellas han sido extremadamente negativas, aumentando la falta de confianza y creando confusión", decía en referencia a las iniciativas procedentes de Berlín.
De las tres opciones que propone Bruselas, en la primera, la única que no exige una reforma del Tratado, no habría una mutualización del riesgo, sino que cada país avalaría su cuota correspondiente. Esta alternativa "proporcionaría menos beneficios que una emisión común, pero requeriría menos precondiciones".
Las otras dos alternativas sí exigen una reforma del Tratado porque incluyen garantías conjuntas para los eurobonos, con lo que los países de la eurozona serían responsables de pagar las deudas de otros. Para Bruselas, estas dos últimas serían las que más beneficios proporcionarían.
"No hay una bala de plata que nos saque de la crisis, sino que tenemos que trabajar en todos los frentes", han concluido.