Las posición beligerante en relación al ERE de Telefónica de la entonces primera fuerza sindical, CC.OO., fue el causante de que Telefónica anunciara al mercado record histórico de su beneficio en el ejercicio de 2010 superando la barrera de los 10.000 millones de euros, y a su vez, de que sufriera las primeras pérdidas trimestrales desde 2002 entre julio y septiembre de este año.
Estaba todo calculado. El plan de Telefónica era firmar el expediente de regulación de empleo en noviembre de 2010, y no seis meses después como finalmente fue (junio de 2011), con el fin de cargar los 2.671 millones que cuesta el proceso de recortar el 20% de la plantilla (6.500 empleados en tres años) a las cuentas de 2010. Esta provisión se vería compensada con las plusvalías contables de 3.500 millones procedentes del control total de Vivo, el primer operador móvil de Brasil, su joya de la corona. Una cosa por otra.
La compañía que preside César Alierta empezó a dar los pasos normales en estos casos: a principios de 2010 tanteó a las dos fuerzas sindicales, CC.OO. y UGT, pero a diferencia de otros años, se encontró con el rechazo y el bloqueo de CC.OO. Saltó un nuevo año en el calendario, y por fin en abril de 2011, Alierta anunció el inicio del proceso en la City.
Golpe a CC.OO.
Pero no sólo Telefónica salió perdiendo de esta situación. La propia CC.OO. ha sido duramente castigada y ha dejado de ser la primera fuerza sindical en Telefónica. Cuando buena parte de la plantilla de España se enteró que CC.OO. estaba bloqueando un ERE, dio sus votos a
UGT y ésta se ha convertido en la primera fuerza sindical, algo que no sucedía desde 1982.
En Telefónica, un ERE es la oportunidad para buena parte de la plantilla mayor de 52 años de cobrar un 70% de su sueldo y cotizar a la seguridad social hasta los 65 años, además de cobrar dos años de paro, que sufragará la propia Telefónica para no ocasionar gastos a la administración. Este último punto es algo inédito y el mecanismo para llevar a cabo esta inyección de dinero a las arcas del Estado (unos 300 millones) se pondrá en marcha sin cambios pese al vuelco político producido en las elecciones generales, aseguran en la compañía.
Esto es una muestra de que la llegada de un ERE (siempre voluntario) en Telefónica, a diferencia de lo que ocurre en otras grandes empresas, es un motivo de alegría debido a las buenas condiciones que ofrece la compañía para mayores de 52 años.
Por ahora se han apuntado 1.700 personas, según fuentes de la compañía, pero se espera que entre esta semana y la próxima se llegue a las 2.400 personas a finales de mes. Este año, a diferencia de otros, la plantilla se suma al ERE con temor a que los sucesivos procesos que puedan llegar no tengan las buenas condiciones que ofrece este año. “A Alierta se le quiere en la empresa, muchos temen la llegada de un nuevo gestor que cambie la política con los empleados en los procesos normales de reestructuración”, dicen algunos empleados.
Telefónica: 1.000 CV para 25 puestos
La primera compañía española Telefónica seleccionó esta semana mil curriculums para cubrir 25 puestos, las primeras vacantes que se cubrirán desde que la compañía inició en junio el ERE.
En dicho proceso, Telefónica se comprometió con los sindicatos a crear empleo. Y en octubre, utilizando las plataformas de las fuerzas sindicales (UGT y CCOO son los mayoritarios) lanzó una convocatoria para el personal ajeno a la compañía para 25 puestos de trabajo como
vendedores para la red presencial de ventas de Empresas, repartidas entre las siguientes localidades: Madrid, Barcelona, Girona, Lleida, Logroño, Pamplona, Murcia y Vitoria.
El plazo de solicitud venció el 14 de noviembre (podría ampliar la convocatoria ante la necesidad de cubrir otras 40 plazas de vendedores en Grandes Cuentas) y a partir de ahora comienzan las entrevistas y una prueba de dinámica de grupo. Los sindicatos, que cuentan con
representación en los tribunales de contratación del personal, se encuentran en este momento impartiendo cursos de preparación a dichas entrevistas. Además, Telefónica acaba de hacer una primera selección de 622 becarios, de las 3.663 solicitudes, para cubrir 138 plazas.
