España

Chacón hace proselitismo en el PSOE con la oferta a los militantes de un nuevo Suresnes

 Sus fieles no parecen albergar dudas de que puede dar la campanada en el 38º Congreso y convertirse en secretaria general, siguiendo el ejemplo de Zapatero en 2000.

 Sus fieles no parecen albergar dudas de que puede dar la campanada en el 38º Congreso y convertirse en secretaria general, siguiendo el ejemplo de Zapatero en 2000. Ya busca oficina electoral desde la que desarrollar la campaña sin la vigilancia de Ferraz y su táctica pasa por proponer a la organización un nuevo Suresnes, tomando como referencia el histórico cónclave que enterró a Rodolfo LLopis para abrir paso a Felipe González, Alfonso Guerra y Manuel Chaves, conocidos en 1974 como el grupo de los sevillanos.

Chacón está ejercitando el proselitismo en las filas del PSOE con el gancho de que lo que necesita en estos momentos no es un debate sobre personas, sino una tormenta de ideas que, convenientemente encauzada, fije el sustento ideológico con el que hacer frente a la desorientación programática que ha conducido a su partido al desastre electoral. “Estamos ahora mismo en el periodo de las ideas”, señaló este jueves en el Congreso al ir a recoger sus credenciales.

Los dirigentes que respaldarán la candidatura de la ministra a la secretaría general perciben que el punto más débil de Rubalcaba es, precisamente, la falta de un programa que se aleje de la política que él mismo avaló como vicepresidente primero en la etapa Zapatero. La elección de Jesús Caldera como coordinador de la ponencia que se debatirá en febrero en Sevilla se considera un error. Caldera fue también el mullidor de la oferta electoral con el que el PSOE se estrelló el 20-N.

El entorno de Chacón está explotando a su favor la arremetida de José Bono con sus reservas a que alguien del PSC sea quien dirija el PSOE a nivel nacional. Este enfoque ha unido en contra de su candidatura a dos figuras irreconciliables dentro de la organización como son Alfonso Guerra y el propio Bono, cabezas visibles de lo que en su día se conoció como la corriente guerrista y la renovadora. Rubalcaba fue también actor principal de esta última.

Parlamentarios afines a Chacón denuncian también estos días la pinza que se ha establecido contra ella entre los dirigentes socialistas más jacobinos y los nacionalistas catalanes. Mientras los primeros acentúan el catalanismo de la ministra, los segundos intentan asociarla, en exclusiva, a los intereses de Madrid. Para deshacer esta pinza, Chacón está contando con la ayuda de José María Barreda y Tomás Gómez, entre otros barones territoriales que carecen de feudo territorial que defender.

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