Siete años de restricciones al campo andaluz podrían llegar a su fin, al menos parcialmente, la próxima semana. Los días 25, 26 y 27 de marzo se celebrarán las reuniones de los comités de sequía, en las que se decidirán las dotaciones de agua para los agricultores. Estas decisiones afectarán principalmente a las Cuencas Mediterráneas Andaluzas, la demarcación hidrográfica del Tinto-Odiel-Piedras-Chanza y el Guadalete-Barbate, todas ellas gestionadas por la Junta de Andalucía.
El propio consejero de Agricultura y Agua, Ramón Fernández-Pacheco, adelantó esta semana que habrá cambios significativos, aunque evitó hablar del "fin de la sequía" y no ofreció detalles concretos sobre las medidas que se adoptarán.
Un alivio para los embalses andaluces
En una reciente conversación con Vozpópuli, el secretario general de la Asociación de Comunidades de Regantes de Andalucía (Feragua), Pedro Parias, se mostraba escéptico el pasado 11 de marzo sobre la posibilidad de que los regantes de la Cuenca del Guadalquivir recibieran una dotación de agua similar a la de la pasada campaña. Sin embargo, hoy su percepción ha cambiado y afirma que en "habrá una situación de normalidad en distintas cuencas".
Las borrascas Jana, Konrad, Laurence y, más recientemente, Martinho han tenido un impacto significativo en el nivel de los embalses andaluces. Actualmente, estos se encuentran al 55,77% de su capacidad, con 6.673 hectómetros cúbicos almacenados. Para entender la magnitud del incremento, solo en la última semana el volumen de agua ha aumentado casi un 10%.
La Cuenca del Guadalquivir, por ejemplo, ha alcanzado el 56,38% de su capacidad total tras un aumento de 816 hm³ en solo siete días. Las Cuencas Mediterráneas Andaluzas, una de las más afectadas en la parte oriental de la comunidad, han subido hasta el 49,53%, mientras que el sistema Guadalete-Barbate ha experimentado un incremento del 10,12%, situándose en el 48,51%. Por su parte, la cuenca del Tinto-Odiel-Piedras-Chanza ha alcanzado el 69,42%.
En todas estas demarcaciones, Parias pronostica que podrían eliminarse las restricciones o, en caso de mantenerse, serían muy laxas. Hace apenas unos meses, la Junta de Andalucía barajaba la posibilidad de traer agua en barcos para abastecer a la población, pero ahora ese escenario ni siquiera se plantea en las provincias más beneficiadas por las lluvias.
Almería sigue en crisis
No todas las provincias han logrado recuperarse del todo. Almería sigue siendo la más afectada, con embalses que apenas alcanzan el 10% de su capacidad, lo que la mantiene en estado de sequía extrema. Sin embargo, como señala Parias, "tienen la ventaja de poder desalar agua, así como recurrir a la extracción subterránea".
En menor medida, los problemas persisten en Granada, donde la Red HIDROSUR sitúa los embalses al 31,56%, y en Jaén, con un 48%. Según el secretario general de Feragua, "es en Jaén donde más falta hace que llueva". Además, parte de la provincia jiennense es clave para el suministro de cultivos como el arroz sevillano, que depende de estos recursos hídricos, especialmente en los meses de verano.
Déficit de infraestructuras
Este episodio de lluvias también ha puesto de manifiesto el déficit de infraestructuras hidráulicas en Andalucía, uno de los grandes retos a los que se enfrenta la comunidad. Desde las precipitaciones primaverales de 2024 hasta la actualidad, el consejero Fernández-Pacheco ha insistido en la necesidad de construir presas como la de Alcolea, en Huelva; Gibralmedina, en el Campo de Gibraltar; o Cerro Blanco, en Málaga. Estas infraestructuras habrían permitido almacenar una cantidad significativamente mayor de agua y haber evitado imágenes que evidenciaban "el desaprovechamiento" de agua.
Por ejemplo, la presa de Alcolea tiene capacidad para 230 hm³, pero en las últimas semanas se han perdido 336 hm³ por la falta de un embalse adecuado.
El Gobierno andaluz ha reiterado su petición al Ejecutivo central para que priorice la construcción de estas infraestructuras. Actualmente, la Junta de Andalucía tiene en marcha 130 obras hidráulicas con una inversión de 853 millones de euros y planea licitar nuevas actuaciones por 576 millones a lo largo de 2025. Su prioridad sigue siendo garantizar el suministro de agua en el futuro y evitar que una nueva sequía sorprenda a la región sin los recursos necesarios.